La maldición de Tutankamon”,. había una placa de arcilla con inscripciones jeroglíficas.dicha placa podía ser una de los ocho pedazos de Sol radiactivo y que representaban a los 8 dioses del universo “Todo aquel que ose perturbar el sueño eterno del faraón será herido por las alas del pájaro de la muerte”. Carnarvon jamás regresó a su patria. Sufrió de fuertes escalofríos, fiebre y sufría una ligera intoxicación de sangre. Murió victima de la radiactividad el 5 de abril a los 57 años; Los médicos egipcios e ingleses que atendieron al infortunado aristócrata atribuyeron su muerte a la picadura de un insecto….
ESTA FAMILIA PODÍA SER PERFECTAMENTE ATLANTE, TRAIDA DESDE LA CIUDAD SANTA DE RAMÁ PARA GOBERNAR.
“La siguiente víctima fue el arqueólogo norteamericano Arthur Mace, quien ayudó a Howard Carter a horadar el muro de la cámara funeraria y que, aunque no entró con la selecta comitiva, pudo hacerlo con mayor comodidad más tarde. Comenzó a quejarse de una sensación de fatiga y de un fuerte dolor en el pecho, perdió el conocimiento y murió victima de la radiactividad. La muerte de Carnarvon llegó a los oídos de su amigo George Jay Gould, magnate del ferrocarril que vivía en Estados Unidos, quien quiso conocer la tumba que algunos llamaban asesina; murió al día siguiente victima de la radiactividad con fiebre muy alta. Algo por el estilo le sucedió al industrial sudafricano Joel Woolf, quien tuvo el valor de demostrar que no le temía a los faraones. Entró a la tumba y de regreso a Londres, enfermó en el barco y murió victima de la radiactividad sin llegar a Inglaterra. En 1924 le tocó el turno a Archibald Douglas Reed, técnico radiólogo, a quien su trabajo obligó a estar en íntimo contacto con la momia del faraón.
Durante los siguientes cuatro años, el número de víctimas alcanzó el número de veintidós de las cuales trece habían estado presente en el momento de ser abierta la cámara real o penetraron en ella más tarde. Para 1936, 33 personas vinculadas directa o indirectamente con el descubrimiento de la tumba de Tutankamon habían muerto trágicamente. Sólo Howard Carter permaneció inexplicablemente indemne y murió de causas naturales en 1939. nadie quiere hablar de los atlantes pero en las tumbas de sus reyes se colocaban 8 trozos de barritas solares energéticas para que las tumbas no sean profanadas. estos pedazos de sol no tenían valor a simple vista, nadie se podía esperar que hubiese radiactivida.
Está completamente prohibido hablar de los atlantes porque esto puede desenmascarar a la gran ramera.
http://planetaenigmatico.wordpress.com/2014/06/03/la-maldicion-de-tutankamon/
Desde luego todos los que se atrevieron a «molestar» al gran faraón tuvieron un final extraño que aún no se esclareció. Puede que sea debido a esa radioactividad…
Hoy en día se conocen todos los isótopos de todos los átomos existentes en la tabla periódica, prácticamente inestables, es decir radioactivos, todos ellos. El autor del artículo ni siquiera da la noticia de que se ha puesto en evidencia dicha radioactividad en tal fecha con uno de los abundantes contadores Geiger que hoy disponemos, no así en la época de Lord Carnavon. Y sí, es notorio las misteriosas circunstancias que rodearon a todas aquellas muertes.@gmail.com
Hola enmimismado:
El descubrimiento de la tumba de Tuntankamon hijo de Aquenaton supuso un inconveniente histórico.
En esta tumba se encontraron papiros que anunciaban la condición egipcia de Moises, algo que podía servir a aquellos que aún se resistían para crear el Estado de Israel.
La familia Rosthchild tenía que hacer algo después de todo el esfuerzo y dinero invertidos.
Había que silenciar a todos los que conocían estos documentos.
La maldición de Tuntankamon significó una conspiración de la élite, para esconder el silencio.
Una radioactividad que actúa durante miles de años y luego pierde su eficacia?????
Imagino que todos recordamos la muerte de Litvinenko.
Un saludo
Jamás se me hubiese ocurrido y creo que a much@s como yo, semejante conspiración.
Clama a los cielos.
Litvinenko y el Polonio… Muchas gracias por la información, estimado Maestroviejo… Es curioso ver cómo la época de Moisés es casi coetánea con Akenatón, el faraón monoteísta, ya que Tutankamón era su hijo. O sea, Ramsés II no era el faraón que persiguió a Moisés. ¡Qué equivocados están los eruditos con sus apuestas…! Gracias otra vez por tu intervención.