Bulgaria suspendió la construcción del gaseoducto South Stream por la presión de EE.UU., informa el diario ruso ‘Kommersant’. Según sus fuentes, lo hacen por Ucrania, que está dispuesta a entregar el control de sus gaseoductos a empresas de EE.UU.
Según ‘Kommersant‘, el primer ministro de Bulgaria, Plamen Oresharski, ordenó suspender las obras de construcción del gaseoducto South Stream tras reunirse con tres senadores estadounidenses: John McCain, Ron Johnson y Christopher Murphy. «Bulgaria se rindió a la influencia de Washington, que a menudo utiliza visitas similares semioficiales de senadores para dialogar con países ‘problemáticos’, donde la participación directa de la Casa Blanca sería inadecuada», afirman los corresponsales de ‘Kommersant’.
Bulgaria debía convertirse en un territorio clave para el South Stream: precisamente allí este gasoducto entraría en la UE tras pasar por el lecho marino del mar Negro, trayendo gas ruso a Europa. Se suponía que el South Stream iba a ser inaugurado a finales del 2015 y suministraría 61.000 millones de metros cúbicos de gas al año a Europa sin pasar por Ucrania, anulando el valor de su sistema de transporte de gas.
Según el diario ruso, los intentos cada vez más activos de EE.UU. para evitar la construcción del South Stream pueden estar asociados con la idea de vender el sistema ucraniano de transporte de gas a un consorcio de inversionistas estadounidenses y europeos, que ahora se está discutiendo activamente. La semana pasada, el primer ministro en funciones de Ucrania, Arseni Yatseniuk, anunció la reestructuración de Naftogaz para sacar los gasoductos y almacenamientos de gas del control de la empresa. Estos activos, según Yatseniuk, se prevén «explotarlos en conjunto con EE.UU. y la UE».
De acuerdo con ‘Kommersant‘, Kiev ya está negociando con Shell, ExxonMobil y Chevron el destino del sistema ucraniano de transporte de gas. El problema principal reside en las garantías de tránsito por parte de Gazprom, ya que sin ellos el valor y la importancia del sistema ucraniano de transporte de gas serán mínimos. Es decir, para hacer rentable la participación de EE.UU. y la UE, necesitan eliminar cualquier alternativa, obligando así a Gazprom a usar el tránsito ucraniano.
Según el jefe adjunto de la Fundación Nacional de Seguridad Energética de Rusia, Alexéi Grivách, para Gazprom, renunciar a Ucrania como país de tránsito de gas ruso a Europa, es una cuestión de principios; es más, Rusia buscará rutas alternativas de suministro de gas a Europa, incluso tras la paralización del proyecto de South Stream. Una opción mencionada por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, consiste en construir un gasoducto ruso a través de Turquía.
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