Soñé que ya nada existía.
Que todo, era ya nada.
Y una paz con melancolía me afligía.
Soñé que la nada era ya todo.
Que el tiempo no quería.
Que el momento se expandía.
Abrace la nada cual naufrago a una guía.
Descubrí en el sueño, que todo concluía.
Diluido mi patrimonio.
Acabose la tristeza,
comenzaba otro día,
fulguroso como el que nunca percibí.
Abrazándome a la nada la acogí con vida.
Ya todo era nada…
Y sin embargo…
La nada lo era todo en mi vida de acogida.
Era adoptado por la madre que siempre pedía.
Transportado al molino como la espiga,
sembrado en el surco igual que las semillas.
Elevado a lo alto cuando el Sol insistía.
Pensando… pensando…
Pensé que el dolor…
Jamás complacería,
ni volvería.
Decidí que de este sueño desprenderme,
nunca más querría.
Y de un salto en chapuzón penetré en la nada.
Y nadé cuanto supe,
sin aliento,
sin descanso,
en la nada encontrada,
en la nada buscada.
Y en la nada pacía.
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Autor: Deéelij
http://emiliocarrillobenito.blogspot.com.es/2014/06/la-nada-lo-era-todo.html
Maravilloso, gracias.