Espiritualidad y vida son una misma realidad. No puede haber vida sin espíritu, ni espíritu sin vida. El amor es el lazo, el camino que unifica, donde la existencia aflora en lo cotidiano y refleja a cada instante una vivencia integrada de plenitud y conciencia.
Cielo y tierra, lo sagrado y lo humano, son una misma manifestación del Ser, de nosotros mismos. En esta verdad todo expresa su armonía, todo se expande en infinitas manifestaciones y se concilia a su vez en un canto único y universal.
El canto del ser, uno y diverso, común y a su vez genuino en cada forma, hace del alma la expresión de lo cósmico, la melodía de un Corazón que inagotable se manifiesta, alumbrando los instantes, elevando a nuestro ser en comunión de amor con la vida, con nuestra propia esencia.
Pues yo soy tú y tú eres yo, y ese reconocimiento profundo, sincero, es la razón eterna, verdadera, de nuestro infinito e incondicional amor.
El canto del ser, uno y diverso, común y a su vez genuino en cada forma, hace del alma la expresión de lo cósmico, la melodía de un Corazón que inagotable se manifiesta, alumbrando los instantes, elevando a nuestro ser en comunión de amor con la vida, con nuestra propia esencia.
Pues yo soy tú y tú eres yo, y ese reconocimiento profundo, sincero, es la razón eterna, verdadera, de nuestro infinito e incondicional amor.
http://lasletrasdelaire.blogspot.com.es/2014/06/espiritualidad-y-vida.html