La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. EFE
El anteproyecto de ley que estudió el Consejo de Ministros contiene una rebaja media del IRPF para 19,9 millones de declarantes del 12,5%entre 2015 (8%) y 2016 que llegará al 24,5% para las rentas inferiores a los 24.000 euros. Los tramos de los tipos parasarán de siete a cinco, y la rebaja se hará en los dos próximos ejercicios. El primer impacto de la reforma en los bolsillos se notará en las nóminas de enero del próximo año.
En 2016, el tipo más bajo pasaría a ser del 19%, frente al 24,75% actual y el más elevado sería del 45% frente al 52% actual. El tramo más bajo afecta a los que ingresan menos de 12.450 euros y el tramo más alto los que ingresan de 60.000 euros en adelante.
Grandes ganadores
Pero los grandes ganadores de la reforma son las rentas más altas («sólo hay 25.000 declarantes con ingresos superiores a 150.000 euros» dijo Montoro) que, de pagar un tipo máximo del 52% actual, pasarán a pagar el 45% en 2016. También son ganadoras las familias numerosas, para las que se aprueban deducciones de 1.200 euros anuales; y las empresas, que no tendrán que pagar por el 10% de los beneficios si los dedican a aumentar sus recursos propios y reducir deuda. Además, el tipo del impuesto de sociedades bajará del 30% al 25% en 2016.
La reforma, según explicó Montoro, se ajusta a lo contemplado en elPrograma de Estabilidad que el Gobierno envió a Bruselas, es decir, con un impacto en la recaudación de unos 7.600 millones en dos años. Pero el Ejecutivo, que ha decidido no subir el IVA en contra de las «recomendaciones» del Bruselas, del FMI y del Banco de España, ni ha concretado nuevos impuestos mediambientales, ni ha detallado cómo compensará la caída de la recaudación. Lo fía todo a una mejora de la economía que ensanchará lad bases imponibles y aumentará los ingresos del Estado.
Los ecos del anuncio de rebajas llegaron a Bruselas. El comisario de Economía, Olli Rhen, se quejó porque el Gobierno español no ha consultado las medidas en contra de lo que aseguró el ministro de Economía, Luis de Guindos.
Un regalo
Para las empresas, la reforma es todo un regalo. Una de las principales novedades es la creación de la llamada reserva de capitalización. Con este nuevo instrumento, las empresas podrán destinar hasta el 10% de su beneficio a elevar sus recursos propios y por ese dinero no tendrán que pagar impuestos. Con ello se trata de incentivar la capitalización de las compañías de forma que vayan creando una reserva de recursos que les permita seguir desarrollando y actividad y emprender nuevos proyectos sin endeudarse. «Se trata de promover la autofinanciación», ha explicado el ministro Cristóbal Montoro.
Las pymes también podrán beneficiarse de esta figura de nueva creación y además contarán con otra, denominada «reserva de nivelación» por la que «haciendo uso de su beneficio no repartido podrán crear un fondo con provisiones durante cinco años con la finalidad de compensar posibles pérdidas futuras y por ese dinero que reserven tampoco pagarían impuestos», ha explicado el titular de Hacienda.
Deducciones
Para completar el panel de buenos anuncios para las empresas, Montoro, sin más detalles, anunció también un aumento en las deducciones por I+D+i, uno de los agujeros por los que en opinión de muchos expertos, se escapa la recaudación de forma escandalosa.
Las familias numerosas son también objeto de trato favorable en la reforma. Podrán cobrar por anticipado una deducción de 1.200 euros anuales en el IRPF, a razón de 100 euros mensuales, como la que actualmente perciben las madres con hijos menores de tres años. También podrán hacerlo las familias con ascendientes con discapacidad o discapacitados a su cargo.
El ahorro también tiene su rincón en la reforma. Según cantidades, tributará entre el 19% y el 23% en 2016, frente a los tipos actuales del 21% mínimo y el 27% máximo.
¿Y cuándo no?