Jean-Baptiste de Franssu formaba parte de los siete laicos que conformaban el nuevo Consejo de Economía de la Santa Sede, encargado de marcar las políticas económicas de la Santa Sede y de sus departamentos financieros. El financiero francés es el tercer presidente del IOR en tres años y tendrá que poner en marcha la fase II de reformas del IOR.

Este martes el IOR hizo público su balance de 2013. Según el informe se registraron ganancias de 2,8 millones de euros, una cifra muy por debajo de los 86 millones de euros registrados en 2012, debido a los gastos en las operaciones de reforma y los enormes costes en amortizar otras inversiones anteriores. Además, se informó de que en 2013, el IOR destinó 8,3 millones de euros en los «servicios profesionales», necesarios para su «reorganización y reforma», incluidas las auditorías externas de Deloitte y Promontory Group. Las cuentas publicadas mostraron que el IOR destinó 54 millones de euros a la Santa Sede, cuyos gastos son principalmente la Curia y nunciaturas.

El banco ha informado de que ha completado su primera fase de reforma. El 30 de junio de 2014, el Banco contaba con 15.495 clientes, y logró 6.000 millones de euros en activos. Además, ha cerrado unas 3.000 cuentas, 2.600 de las cuales llevaban mucho tiempo sin usarse. Las 396 cuentas restantes no cumplían con los requisitos, porque el IOR sólo está disponible para organizaciones católicas, sacerdotes, empleados del Vaticano, y diplomáticos acreditados ante la Santa Sede. Además, el IOR apuntado que está cerrando otras 359 cuentas.

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