domi Cuando un animal nos deja

Para quienes pertenecemos al grupo de los amantes y defensores de los animales que una mascota parta de este mundo nos quiebra el corazón y solemos vivir un luto muy similar al que vivimos con los humanos. Muchas veces criticados por exacerbar el sentimiento de pérdida de un animal como si fueran personas, los animalistas sufrimos cada perdida como si nos hirviera la piel de tanto dolor.

Cuando un animal nos deja

Este fin de semana murió uno de mis gatos, el querido y recordado Ché Guevara, murió en mis brazos bañado en mis lágrimas y en un corto suspiro felino la vida se le fue como el aire que desaparece, como el sol que se esconde pero vuelve, como la lluvia que cae para desaparecer detrás de los cristales del observador… simplemente se me fue. Lloré como una condenada,  y me tuve que aguantar el discurso uniforme del resto  del mundo que me decía “ pero si no es el primer animalito que pierdes ya debes estar acostumbrada” o “ pero si te quedan cuatro gatos”, sin embargo  mi dolor era más fuerte que todos  los relatos humanos  que todos mis rescates de animales, que todas mis campañas por salvarlos, que todos mis adoptados a lo largo de mi vida, un dolor redondo y terrible que bañaba cada centímetro de mi cuerpo que se estremecía ante cada recuerdo de gato vivo, de gato presente, de gato ronroneando en mis piernas,  de gato gris y con una melena similar a la  mítica imagen del Guerrillero revolucionario Ché Guevara. No está  más, su cuerpo inerte en mis brazos, la mirada inocente de mi hijo estremecido por mi llanto, el paseo inquieto del resto de la manada felina alrededor, las cortas pero terribles lágrimas de mi madre, me hacían más débil y vulnerable ante la muerte que se presentaba tan insolente y eterna, terriblemente eterna, la muerte es para siempre , la vida es por un instante.

Entonces recordé todas las partidas de mis animales, y el corazón se me estrujaba como un limón amargo y mi cuerpo se retorcía cuan estuviera viviendo mil torturas, hasta que la mente reacciona y estaciona todos tus pensamientos como una procesión de deseos imposibles, y comienzas a pensar en los detalles tan humanos, tan animales, como anticipar el lugar donde descansarán los restos de mis gatos y mi opción, la de siempre, el majestuoso y generoso cerro San Cristobal que con sus laderas secas y mustias  invitaba al descanso de la mirada que se perdía  en la arbolada , ahí quedo lo corpóreo , el cuerpo inerte de un gato que moría.

Cuando se detuvieron las lágrimas, los ojos desgarrados se cerraban para soñar con los paraísos de animales, con las leyendas de una vida más allá para cada mascota, con los santos que dedicaron su vida a salvarlos y que en ese momento veneras como si fuera un dios nueva que trae consuelo a una humana que llora la muerte de su gato. Pensé en los versos de Neruda quien se declaraba un materialista a morir pero que la muerte de cada mascota si tenía una espiritualidad etérea que la razón no alcanzaba a tocar, pensé en el puente del arco iris, en los versos del poeta que enarboló hasta el cielo la figura felina  en su hermosa Oda al Gato, pensé en Dios.

Han pasado dos días y su ausencia se nota en cada esquina de mi casa, en cada  sillón en que durmió, en cada camita que solo se habilitaba en los rincones más recónditos del hogar. No es lo mismo cada perdida, no es lo mismo cada día sin él en mi existencia  humana.

Porque sentimos más que el resto, sufrimos más , amamos más y estamos condenados a la dictadura del sentimiento terrible que se te vuelve realidad con cada muerte de una mascota, así vivimos los animalistas, así morimos, llenos de amor, llenos de dolor. Sin embargo no cambiaría ni una célula de este ser sufriente por la de un humano frío sin amor a la vida salvaje y silvestre.

Yo te amo Ché Guevara y tu recuerdo felino permanece  intacto como una promesa única de amor infinito que no se pierde en vaguedades como la muerte y el silencio. Tú estás aquí en mi corazón compartiendo un trocito de este palpitante órgano con todos mis animales que partieron a estrellas más felices más lumínicas que esta pobre realidad humana que día a día nos toca vivir.

Vivimos con sus ausencias cargadas al lomo como cruces cristianas, mas aún así en  cada mañana venidera nos  seguimos levantando por los que quedan junto a nosotros, por los que faltan por rescatar, por los que faltan por escribir  y hacer eternos su recuerdo entre los versos que no se marchitan ni mueren, que viven para siempre como tu querida presencia en mí, mi gatito Che Guevara.

http://www.prensanimalista.cl/web/2014/08/14/cuando-un-animal-nos-deja/

9 comentarios en “domi Cuando un animal nos deja

  1. Yo tengo la esperanza que cuando yo parta me encuentre con mis seres queridos y también con mis mascotas, yo tuve un gato que nació en Navidad y quizás por eso era muy especial , a pesar de tener un jardín muy grande donde siempre venían los pajaritos a comer alguna cosita mi gato nunca mató a ninguno ni caso que les hacía, y me decían en casa que 10 minutos antes que yo llegara del trabajo mi gato ya estaba en la puerta esperándome, le gustaba mirar la tv.cuando había futbol queria tomar la pelota y estaba todo el partido a los manotazos queriendo tomarla y así infinidad de cosas que hace que lo siga estrañando a pesar que hace muchos años que se me adelanto y creo que cuando yo llegue el me estara esperando como hacía siempre-

  2. No hay bendición mas grande y dicha que el amor a los animales,y es cierto que ellos nos esperan y nos protegen siempre,estan felices por tanto amor que les dimos*****

  3. Tuve, entre tantos, un gato gris y peludo como el tuyo, yo lo llamaba «gran gato», el año pasado me dejo, mi dolor como el tuyo, como estaria que un dia encontre un poema que le habia escrito y no lo recordaba.Llore como solo uno sabe llorar.

  4. Che Guevara me recuerda muchísimo a mi Flora que también perdí este año, mismo color mismo pelaje, solo que la mía con rostro de gatita, te acompaño en tu dolor querida amiga Domi, ellos son ángeles que nos acompañan y estarán siempre solo que ahora también pueden estar en el Paraíso. Un fuerte abrazo y un beso.

  5. Q.E.P.D..Felino «Che Guevara».
    Que lindo que se recuerde de esta manera a los animalitos que hemos cuidado y querido tanto,que lo hemos integrado a la familia y vinculado con tanto cariño.
    Saludos amigos.

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