Sin duda en la década de los setenta del siglo pasado se registraron algunos de los incidentes OVNIs más interesantes ocurridos en nuestro país. Aunque el eco de muchos de ellos ha logrado llegar hasta nuestros días, apoyados en numerosas apariciones en artículos, libros, TV, radio, etc. otros sin embargo han caído en un injusto e inmerecido olvido. Uno de estos episodios al que nos referimos fue protagonizado por un grupo de niños en Logroño el 29 de noviembre de 1974. El investigador J.J. Benítez me puso tras la pista de éste sorprendente suceso hace ya algunos años. Sucedió en la localidad de Arrúbal, a unos 20 kilómetros de la capital vizcaína, cuando en un descampando cerca del colegio, un grupo de 10 escolares, con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años se hallaban jugando al futbol. Sobre las 6:00 Horas de la tarde uno de los menores, Óscar Sagasti, levantó la vista al cielo y observó estupefacto un objeto plateado alargado con luces naranjas muy brillantes que evolucionaba sobre sus cabezas. Se movía de una manera extraña, de un lado a otro como en zig-zag. Hasta que de pronto, aquel puro metálico, en completo silencio, se detuvo en seco ante la mirada atónita de los escolares. Una de las ocurrencias del grupo, como no podía ser de otra manera, tratándose de niños, fue intentar darle una pedrada, cosa que no consiguieron pese a los reiterados intentos. Al parecer el artefacto volador estaba a mayor altura de lo que parecía a simple vista. Según las estimaciones de los jóvenes, el objeto podía tener unos 4 metros de largo, y compararon su tamaño con el de un automóvil. Pero lo que más les sorprendió a los testigos, fue la existencia de unas letras o símbolos luminosos que sobresalían de la superficie reluciente del puro.
El extraño objeto avistado por los niños tenía varios signos o letras en su fuselaje… |
Posteriormente dibujaron en la pizarra de la clase algunos de los signos que recordaban, siendo estos parecidos a las letras; “M”, “X”, y “L”. Tras unos breves minutos de observación el OVNI se elevó lentamente hasta perderse tras una cortina de nubes. Los niños dijeron que, momentos más tarde, en un claro entre bandas nubosas vieron una luz roja que podría pertenecer a otro objeto o quizás el mismo observado desde otro ángulo. La profesora estaba segura de que sus alumnos decían la verdad pues los entrevistó por separado y no se contradijeron en sus declaraciones.
LO QUE DIJO LA PRENSA…
La Gaceta del Norte envió al redactor Vicente Escudero para cubrir la noticia, y los lectores conocieron los pormenores del caso bajo el siguiente titular: “EL OVNI DE LOGROÑO. Diez escolares de Arrubal (a 20 kilómetros de la capital) también contemplaron sus evoluciones el viernes pasado. Todos coinciden: “Tenía formo de puro y llevaba unas letras muy grandes”. Esto es lo que contaron;
-Eran las seis de la tarde. Ya habíamos salido de la escuela. Estábamos jugando en el campo, todos juntos. Primero lo vio Oscar.
– ¿Cómo apareció?
– Nosotros estábamos jugando. Miramos al cielo y lo vimos. No estaba quieto. Andaba. Iba de un lado para otro.
-¿En zig zag?
– Si, eso. También estuvo quieto, sin moverse, como medio minuto.
-¿Qué forma tenía?, ¿era redondo?
– No, alargado y hacia abajo. Así…
Y uno de los escolares se aproximo a la pizarra y dibujo una elipse invertida. Cuando pregunte a los chavales si tenía forma de puro, ellos “rotundamente” me dijeron que si. “Tenía forma de puro, si, como un puro”.
-¿Era grande o pequeño?
– Grande. Más o menos como un coche. Estaba alto, alto, alto. Más alto que la altura de una casa.
-¿Era luminoso?
-Sí. Y llevaba letras.
-¿Letras?
-Sí, si.
-¿Y que ponía?
-Una (eme), una (equis) y no sé qué más… (dice un escolar) y también llevaba una coas así, como un tejado de una casa (dice el más pequeño para referirse a una «de» invertida
Siguiendo nuestra indicación, un chaval dibujó en la pizarra la misteriosa clave. Con mano segura y seguido atentamente por sus compañeros, por sí cometía el más mínimo error, el muchacho dibujó uno a uno todos los signos en sentido vertical. Tal y como se veían en el OVNI. En ese momento, Ana Mari, la simpática maestra de Arrúbal, nos dijo: “A mí también me repitieron todo lo que vieron al día siguiente, uno por uno, por separado y sin contradicciones”
– El platillo ¿era metálico? ¿brillaba?
– Si brillaba. Era de color de plata y llevaba luces como anaranjadas. Parecido a un avión.
– Pero no era un avión
– No, no. Ni un helicóptero. Esos ya sabemos como son. El que vimos no daba ningún ruido.
– ¿Visteis alguna persona?
– No.
– ¿Y las letras cómo era, negras?
– No, del mismo color que el platillo. Podían verse porque eran unas letras mucho (sic) grandes y estaban iluminadas. Eran como lucecitas.
– ¿Os asustasteis?
– No, no. Les dijimos a los señores que bajaran (Seria antes de lanzarles piedras)
– En total ¿cuánto tiempo lo visteis?¿Cinco minutos?
– No, menos.
– ¿Cómo despareció?
– Se iba metiendo poco a poco entre las nubes, hacia Logroño. Después ya no lo vimos. Se fue metiendo despacito. Y luego, por otra nube, salió una cosa roja. Como una luz.
– ¿Cómo si hubiera otro platillo volante?
– Si, en otro sitio, todo rojo.
Y así, en suspense, queda la entrevista. Como el tema. Aquí, de momento, han quedado pasadas a máquina las voces de unos chavales que vieron el OVNI de Logroño. Los datos que nos han facilitado permiten mil y una conjeturas. Nosotros, simplemente, los hemos transcrito. De ustedes, lectores, son las conclusiones..”
En el año 1997 el Grupo UFO consiguió localizar a algunos de los protagonistas de la historia que reafirmaron punto por punto lo acontecido durante aquel partido de futbol. Tal como me comentaron los propios miembros del Grupo UFO, pudieron hablar personalmente con varios de los protagonistas que recordaban perfectamente el acontecimiento de su niñez. Tuvieron la gentileza de facilitarme un informe elaborado por el investigador Joseba Orraca Cardaso que entrevisto a José Antonio Ascacibar. “Era un objeto alargado, silencioso -rememoraba el testigo-, como un gran puro muy luminoso con tonos rojizos, encima de nuestras cabezas. Recuerdo que se distinguían como signos o letras… X M L…. no se alguna mas, pero ahora no recuerdo. Nosotros cosas de críos empezamos a tirarles piedras y al poco tiempo desapareció.”
Curiosamente la prensa de la época ofreció el testimonio de una joven de 18 años que el 28 de diciembre, circulando por la carretera N-111, entre Viana y Logroño, próximo al cruce de Oyón, sobre las 18:30 horas avistó un objeto metálico en el cielo, al tiempo que su vehículo se detenía de forma inexplicable. Así lo narraba: “…el ovni lanzó una especie de rayos luminosos hacia el motor del automóvil, como queriendo explorar dicha parte del vehículo. Unos instantes más tarde, el objeto volador se perdió en el cielo riojano y los jóvenes pudieron poner en marcha, sin mayores dificultades, el motor del coche.”.
Algunas personas indicaron que la «escritura extraterrestre» que aparece en un comic de Superlópez esta inspirada en los símbolos del caso de Arrubal. |
¿EL «IDIOMA EXTRATERRESTRE» QUE INSPIRÓ AL CREADOR DE SUPERLÓPEZ?
Una de las anécdotas más raras e insospechadas que conocí durante la investigación del caso de Arrúbal, fue el descubrimiento de una pequeña “leyenda urbana” que decía que el creador del conocido personaje de comic, Superlópez, se habría inspirado en los símbolos avistados por los infantes de Logroño para la elaboración de un “lenguaje extraterrestre” que aparece en una de las proliferas aventuras del superhéroe español, “Los Petisos Carambanales”. Para aclarar este punto me puse en contacto con Juan López Fernández, más conocido por su nombre artístico Jan, autor de los comics. El correo decía: “Estimado Jan imagino que a lo largo de los años le habrán hecho llegar gran cantidad de preguntas de todo tipo e índole, pero imagino que ésta será de las más extrañas. Me permito robarle algo de su valioso tiempo para exponerle mi duda. Mientras realizaba una investigación sobre un avistamiento OVNI sucedido en Logroño, concretamente en la localidad de Arrúbal en 1974, he encontrado cierta información, no sé si fruto de una mera sospecha infundada, producto de la casualidad, en la que se indica que usted pudo inspirarse en dicho incidente para crear un lenguaje «extraterrestre» (los Petisos Carambanales) que refleja en una de las historias del inmortal y genial Superlópez, ya que los símbolos ideados por usted coincidían con los del caso.” Su respuesta fue inmediata y me aclaró la “gran” duda: “Pues no, la verdad es que en la época que hice el álbum «La caja de Pandora» me empolle mucha literatura, libros, etc sobre temas de ovnis pero el lenguaje de los petisos no lo base en nada absolutamente, además el álbum lo hice en 1983. Ya de niño formaba alfabetos así con figuras geométricas y los considero lugares comunes. Ha de ser mera coincidencia. Los Petisos son de 1988”. |
El incidente de Arrubal es sólo un exponente más de una prodigiosa e irrepetible década, donde los platillos voladores y sus ocupantes camparon a sus anchas sobre nuestro territorio… en una ostentación que a día de hoy nos parece una quimera producto de otros tiempos y otra forma de percibir el mundo que nos rodeaba…
JOSE ANTONIO CARAV@CA