Más de 4.000 jóvenes que se han ido a trabajar fuera de su hogar ante la falta de expectativas laborales en España se apuntan a la campaña ‘No nos vamos, nos echan’ para denunciar cómo se ven obligados a elegir «entre el paro, la precariedad o el exilio forzado»
Daniel Hernando es un joven de 22 años que vive en la ciudad de Linyi, en China. Estuvo buscando trabajo año y medio tras acabar su carrera de magisterio. Acudió a todos los centros privados y concertados del País Vasco y Navarra a dejar su currículum pero nunca le llamaron. La enseñanza en el sector público estaba completamente cerrada por lo que la única opción real que le quedaba era emigrar. Hizo las maletas y se fue a vivir a China, pues allí tenía la oportunidad de optar a un trabajo más digno que en el lugar donde nació. «No me agrada tener que estar a medio mundo de distancia de mi hogar, pero es la mejor opción que tengo. Si pudiera volver y tener un trabajo de maestro, volvería. Pero eso es inimaginable ahora mismo».
Otro caso es el de Juan José, un ingeniero técnico en informática de gestión de 26 años que se fue a Alemania porque «¿para qué quedarse en España? ¿Para ganar una miseria de prácticas en Madrid o Barcelona y trabajar jornadas interminables en una cárnica?». O el de Rosa Díaz, de 24, que se fue Francia a buscar trabajo de profesora y sigue parada. Son sólo algunos de los más de los 4.000 puntos que aparecen contando su historia en el mapa web de nonosvamosnosechan.net y que han ido rellenando jóvenes esta semana después de que el colectivo Juventud Sin Futuro lanzara esta iniciativa a través de las redes sociales «que denuncia la situación de exilio forzoso de la juventud precaria».
El número de españoles que residen en el extranjero, como ellos mismos recogen, ha crecido un 5,5% desde el inicio de la crisis económica en 2008. Según datos del INE, en 2012, han sido 302.623 los jóvenes (entre 15 y 29 años) con nacionalidad española que residen en otros países, mientras que en 2009 eran 242.154, sin contar a los emigrados que no se apuntan en los consulados, que son la mayoría en el caso de los jóvenes. Se estima que cada semana emigran varios miles. Aunque los datos se riñen en la actualidad, la realidad es que hay una generación que creció en los tiempos de bonanza económica, los del «ladrillazo» y las hipotecas, y a los que se les prometió un futuro prometedor. Pero cuando han crecido se han encontrado que lo que les aguardaba eran trabajos precarios o paro.
Gráfico elaborado por los impulsores de la camapaña
Pero hay algunos de estos jóvenes que no se resignan y, con el impulso de las movilizaciones contra los recortes y las políticas de austeridad del Gobierno de Rajoy, quieren que también se oiga su voz. Por eso, desde el colectivo Juventud Sin Futuro, que se dio a conocer en abril de 2011 con una manifestación bajo el lema «sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo» y que posteriormente fue impulsora del 15-M junto a Democracia Real Ya, han decidido sacar esta campaña a través de las redes sociales para visibilizar el drama de estos miles de jóvenes que se han marchado a trabajar a otros países bajo el lema No nos vamos, nos echan. Es lo que denominan el «exilio«. En muchos casos, para trabajar también en precario.
Lo que quieren es «desmentir el discurso que nos ofrece el gobierno, de que es nuestro espíritu aventurero el que nos hace marcharnos en búsqueda de un futuro mejor, no nos vamos, nos están echando. Vemos cómo éste no es país para jóvenes, con la tasa de paro juvenil más alta de toda la Unión Europea y dónde la única alternativa que nos proponen es poder encadenar contratos en práctica ya sin límite». Así lo explica Andrea Raboso, una de las organizadoras de la campaña. Más indignados que hace dos años, pues han sufrido una reforma laboral y el paro juvenil ha aumentado desde que salieron por primera vez a la calle, han vuelto a convocar una manifestación en la misma fecha, el 7 de abril.
«La precariedad es un mal endémico en toda Europa, se sufre igual en inglés, francés y castellano»«Como venimos denunciando desde hace mucho tiempo, este no es país para jóvenes: su austeridad, sus políticas y su crisis nos obligan a irnos, cada día de una forma más evidente. Vuelven inaccesible la educación para miles de jóvenes y convierten el transporte público en un lujo para muchas inalcanzable», como explica el colectivo en el comunicado colgado en su página web. Añaden además que en el extranjero no está el paraíso laboral, pues «la precariedad es un mal endémico en toda Europa, se sufre igual en inglés, alemán y francés que en castellano».
De momento, la campaña ha tenido «muy buena acogida en las redes sociales», pues en tan sólo dos días hen recibido más de 4.500 historias diferentes y más de 150.000 visitas en la página, como explica Raboso, pues han recibido mails de apoyo a la iniciativa de prácticamente todos los lugares del mundo. De cara a la manifestación, esperan contar con el apoyo de los jóvenes, ya sean trabajadoras, desempleadas o estudiantes, pero también del resto de la sociedad porque están convencidos de que es un problema «que afecta a todos». Además, se están organizando con aquéllos que les han escrito desde el extranjero para que haya acciones de protesta en muchos países más. Frente a las medidas de austeridad, lo que estos jóvenes están pidiendo son «alternativas para un futuro, acceso universal a la vivienda y un empleo digno».
http://www.publico.es/actualidad/451496/espana-no-es-pais-para-jovenes