Fabulosa entrevista con la ex-doctora. Ghislaine Lanctôt….. que aborda un tema fundamental en estos tiempos de despertar de la conciencia humana y de Ascensión planetaria: la entrega de nuestro poder al paradigma de la medicina en nuestro mundo actual. Algo a lo que no escapan ni la mayoría de la gente espiritual o que de una u otra forma trabajan la conciencia. Un paradigma profundamente instaurado en el mental colectivo de la humanidad y que nos hace perder nuestro poder y entregarlo continuamente a la institución médico/farmacéutica. En aras de un «¿que me pasa doctor?», declaramos cada vez que acudimos al «dios» de la medicina que no somos más que un pequeño cuerpo desvalido carente del poder del verdadero Espíritu encarnado que somos.
El cuerpo «no es una causa», el cuerpo es «un efecto» de la conciencia. Y cada vez que entregamos nuestro poder a la medicina o a la industria farmacéutica estamos declarando lo contrario e impidiendo nuestro despertar.
La Ascensión exige una completa aceptación de lo que somos, una completa toma de responsabilidad de nosotros mismos como seres espirituales más allá de lo que hemos creído como realidad material de 3ª dimensión. Tenemos que comprender las cosas. Tenemos que comprender e integrar en nosotros la conciencia de lo que verdaderamente somos y desde ahí comprender el cuerpo como lo que es, una proyección de la conciencia, maravillosa, pero sólo eso, una maravillosa creación que tenemos que comprender y amar. Y desde ahí comprendemos el verdadero significado de lo que llamamos «enfermedades» y damos la oportunidad a la dimensión del cuerpo físico a que sane y vuelva a su maravilloso equilibrio natural producto de una conciencia amorosa y en paz y en unidad con el universo. Justo lo contrario de lo que propone el paradigma de la medicina actual: la guerra contra la enfermedad, y por lo tanto la guerra contra uno mismo. «La guerra», la lucha, el estado de conciencia dominante de la conciencia de 3ª dimensión de nuestro viejo mundo.
Es fundamental que sobre todo los trabajadores de la luz, aquellos que estamos en el proceso de despertar, comprendamos que el paradigma de la medicina actual es una de las mayores formas de esclavitud moderna a la que está sometido el ser humano y de esta forma así poder escapar de dicho paradigma recobrando nuestro poder robado.
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Nací en Montreal (Canadá). Fui médico y hoy soy Ghislaine Lactot médico del alma. Me he divorciado dos veces y tengo cuatro hijos (de 37 a 28 años) y cuatro nietos. ¿Política? ¡Soberanía individual! Cree en ti: eres divino y lo has olvidado. La medicina actual fomenta la enfermedad, no la salud: lo denuncio en mi libro “La mafia médica”.
Estoy griposo, ¿qué me receta?
–Nada.
¿Ni un poquito de Frenadol?
-¿Para qué? ¿Para tapar síntomas? No. ¡Atienda a sus síntomas, escúchese! Y su alma le dará la receta.
Pero, ¿me meto en la cama o no?
–Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más. ¡Crea en usted!
¡A los virus les da igual lo que yo crea!
–Ah, ya veo: elige usted el papel de víctima. Su actitud es: “He pillado una gripe. Soy víctima de un virus. ¡Necesito medicinas!”. Pues sí, como todos…
–Pues allá usted… Mi actitud sería: “Me he regalado una gripe. ¡Soy la única responsable! Debo cuidarme un poco”. Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado últimamente…
¿Se ha “regalado” una gripe, dice?
–¡Sí! Tu enfermedad viene de ti, no viene de fuera. La enfermedad es un regalo que tú te haces para encontrarte contigo mismo.
Pero nadie desea una enfermedad…
–Tu enfermedad refleja una desarmonía interior, en tu alma. Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver qué te sucede. ¡Dale las gracias: te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!
Quizá sea más práctica una pastillita…
–¿Hacer la guerra a la enfermedad? Eso propone la medicina actual, y las guerras matan, traen siempre muertes.
No me dirá ahora que la medicina mata…
–¡Un tercio de las personas hospitalizadas lo son por efectos medicamentosos! En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios.
Morirían igual sin medicamentos, oiga.
–No. No si cambiamos el enfoque: la medicina actual ha olvidado la salud, ¡es una medicina de enfermedad y de muerte! No es una medicina de salud y de vida.
¿Medicina de enfermedad? Acláremelo…
–En la antigua China, un acupuntor era despedido si su paciente enfermaba. O sea, ¡el médico cuidaba de la salud! ¿Ve? Toda nuestra medicina es, pues, el fracaso total.
Prefiere medicinas alternativas, pues…
–Respetan más el organismo que la medicina industrial, desde luego: homeopatía (¡será la medicina del siglo XXI!)acupuntura,fitoterapia,reflexoterapia, masoterapia…la practica del yoga..la meditacion .. Son más baratas…
y menos peligrosas.
Pero no te salvan de un cáncer.
–¡Dígale eso a la medicina convencional! ¿Te salva ella de un cáncer?
Puede hacerlo, sí.
–Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones…
¡Y, encima, cada día aparecen más cánceres! ¿Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas…, ¡no habrá cáncer!
Palabras bonitas, pero si un hijo suyo tuviese un cáncer, ¿qué haría usted?
–Alimentaría su fe en sí mismo: eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. ¡El miedo es el peor enemigo! El miedo mina tus autodefensas. ¡Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves…
Perdone, pero lo más sensato es acudir a un oncólogo, a un médico especialista.
–La medicina convencional debiera ser sólo un último recurso, y muy extremo… Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.
Bien, pues tengamos el alma pacificada… pero, por si acaso, pongámonos vacunas.
–¡No! Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso la de la hepatitis B, con su virus): ¿inyectaría usted eso a sus hijos?
Les he hecho inyectar ya varias…
–Y yo a los míos: fui médico, y por entonces no sabía aún todo lo que hoy sé… ¡Pero hoy mis hijos no vacunan ya a sus hijos!
Yo creo que seguiré vacunándolos…
–¿Por qué? La medicina actual mata moscas a martillazos: no siempre muere la mosca, pero siempre rompe la mesa de cristal. Son tantos los dañinos efectos secundarios…
¿Por qué abominó usted de la medicina?
–Yo me hice médico para ayudar. Me dediqué a la flebología, a las varices. Llegué a tener varias clínicas. Pero fui dándome cuenta del poder mafioso de la industria médica, que atenta contra nuestra salud, ¡que vive a costa de que estemos enfermos! Lo denuncié… y me echaron del Colegio de Médicos.
O sea, ya no puede usted recetar…
–¡Mejor! Los medicamentos están fabricados pensando en la lógica industrial del máximo beneficio económico, y no pensando en nuestra salud. Al revés: si estamos enfermos, ¡la mafia médica sigue ganando dinero!
¿Y a quiénes tilda de “mafia médica”?
–A la Organización Mundial de la Salud (OMS), a las multinacionales farmacéuticas que la financian, a los gobiernos obedientes, a hospitales y a médicos (muchos por ignorancia)… ¿Y qué hay detrás? ¡El dinero!
No escoge usted enemigos pequeños…
–Lo sé, pero si me hubiera callado, hubiese enfermado y hoy estaría ya muerta.
¿Cuál ha sido su última enfermedad?
–Hace dos días, ja, ja… ¡una diarrea!
Vaya: ¿qué reflejaba eso de su alma?
–Oh, no sé, no lo he analizado… Me he limitado a no comer… ¡y ya me siento bien!
Pero se pasa mal, ¿eh…?
–Ja, ja… Si la enfermedad te visita, ¡acógela, abrázala! ¡Haz la paz con ella! No salgas corriendo como loco en busca de un médico, de un salvador… Tu salvador vive dentro de ti. Tu salvador eres tú. ¡Tú eres dios!
http://tantranuevatierra.com/lista_tantra_nueva_tierra/30sep2012.asp
muy interesante es la verdadera verdad y estoy muy deacuerdo
es la purita verdad pero como curo mi problema celiaco?
Hola Blanca:
Los celiacos no tienen ningún problema.
El problema es el pan, el trigo y los cereales transgénicos que se utilizan.
Al consumir estos muchos cuerpos racionan con una intolerancia.
Ese es el motivo por el que hoy miles de niños son pese a su edad celiacos.
El cuerpo tarda unos cuatro o cinco años en renovarse completamente.
Durante ese tiempo no tome gluten.
Pero al cabo de ese tiempo. si desea volver a tomar pan
Hagaselo usted mismo, no es difícil.
Asegúrese que el producto es natural y vaya muy poco a poco. Con cantidades muy pequeñas
Si aparecen los síntomas de nuevo no siga.
Pero es muy posible que si espera esos cinco años y no vuelve a tomar pan de panadería, ni dulces industriales…
pueda volver a poder saborear de nuevo, eso si siempre con mucha moderación.
Un saludo
execelente la doctora la felicito por atreverse a denunciar ojala llege el dia en k los estudiantes y doctores despierten y no se dejen llevar por dinero avaricia y sean doctore sdel alma y seamos nuestros propios sanadores el dia k eso pase la medicina alopata no servira bueno ya no sirve a menos k sea para casos d atropellos y acidentes de heridas solo esopor k lo demas mejor ni decirlo
Bienvenida Sandra
Realmente abierto yo estoy pasando por un momento raro estoy embarazada de6 semanas el medico me dice que estoy teniendo un aborto expontaneo por elsangrado pero al cabo de unos cuantos ddías le dije a mi cuerpo basta no quiero que sangres mas e increíblemente fue disminuyendo no se cual es el mal de mi alma pero se que ella no decía a esto ya que lo decie y lo soñé podrías orientarme?
Hola Natalia:
No debes pensar que lo que te ocurre es porque tengas un mal en tu alma.
Cada cosa que nos sucede, es algo que necesitamos.
Algo que nos dará lo que no tenemos.
Son estos sucesos los que nos hacen pensar, reaccionar, desear, sentir…
Y cuando pasa todo esto, aprendemos.
Es bueno que desees, que reces, que pidas al destino lo que sientes.
Si lo haces, tendrás los mejores resultados para ti.
Así pues.
Siente y actúa de corazón y espera confiando que lo mejor sucederá.
No tengas miedo al futuro, porque el futuro lo haces tú todos los días.