vania Los Jázaros: Pueblo Judio

Su material genético muestra que proceden del viejo imperio jázaro. La oleada que les trajo a Europa estaba formada por una mezcla de judíos y jázaros conversos, según un estudio
El 90% de los judíos del mundo no proceden del Israel bíblico sino de las tierras del Cáucaso. Es más, ni siquiera son del todo judíos.
Su material genético es un mosaico de genes donde predominan los antiguos pueblos caucásicos, de Mesopotamia, ancestros europeos y hasta chipriotas, además de los semíticos.
Según una investigación publicada en Genome Biology and Evolution, grupos de israelíes fueron llegando a aquellas tierras entre el mar Negro y el mar Caspio hasta que el imperio que los acogió se convirtió al judaísmo.
Fueron estos conversos los que protagonizaron una nueva diáspora hacia Europa.
Este mapa plasma las rutas de las dos hipótesis sobre el origen de los judíos europeos:
la de los jázaros, en amarillo, y la Rhineland, en marrón.
Genome Biology and Evolution
La historia, trufada de muchos gramos de mito, venía sosteniendo que los actuales judíos europeos (aquel 90% y que en realidad, tras el ‘Holocausto‘, no viven en este continente sino en América y el moderno Israel) son descendientes de tribus israelitas y cananeas.
Tras la conquista musulmana de Palestina en el siglo VII, la abandonaron para asentarse en Alemania (Ashkenaz, en hebreo).
Posteriormente, en el siglo XV, un pequeño grupo de unos 50.000 individuos emigrarían hacia el este (Polonia, Ucrania Rusia…) y en un sorprendente baby boom se multiplicarían hasta suponer el grueso de la población judía.
Estos son los elementos básicos de la hipótesis Rhineland (o tierras del Rin, un río alemán) sobre el origen de los judíos europeos, que no incluye a los sefardíes o españoles:

El camino diferente de Sefarad
Aunque los llamados judíos sefardíes (españoles) no son objeto de este estudio, Eran Elhaik tiene algo que decir sobre ellos.
En primer lugar, destaca que su expulsión de España en 1492 impide descubrir su origen debido a su dispersión por todo el Mediterráneo y mezcla tanto con las poblaciones autóctonas como con los judíos que ya vivían allí.
También recuerda que la distinción entre sefardíes y askenazíes es mas religiosa que genética.
Según sus investigaciones solo hay un análisis que incluya esta distinción con judíos sefardíes de Bulgaria y Turquía.
“El trabajó mostró un alto grado de heterogeneidad como podría esperarse de un escenario como el que he descrito”, dice.
Aun así, Elhaik se atreve a responder a la pregunta sobre el origen de los sefardíes antes de su expulsión de España:
“La respuesta más probable es que los llamados judíos sefardíes fueran descendientes de grecorromanos convertidos y población local en los dos primeros siglos de esta era”.
Sin embargo, el genetista de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.) y de origen judío Eran Elhaik ha realizado una investigación cuyos provocadores resultados desmontan varios mitos.
La genética, según sugiere su estudio, sostendría que no hubo esa emigración seminal a Alemania o, al menos, el factor alemán no explicaría el origen de la mayoría de los judíos europeos. En realidad, estos procederían del Cáucaso.
Allí, desde finales de la Edad del Hierro, emergió el imperio jázaro.
Formado por una amalgama de tribus eslavas, escitas, iranias, turcas y hasta hunos y alanos, asistió durante siglos a sucesivas llegadas de judíos tanto de Palestina como de Mesopotamia, donde vivían los descendientes del pueblo hebreo que el babilonio Nabucodonosor II se llevó consigo tras destruir Jerusalén, en el 587 antes de nuestra era.
Siglos después, los jázaros se convirtieron al judaísmo.
“La conversión en sí no está en duda”, dice Elhaik. “Documentos encontrados en Egipto lo confirman”, añade.
«Aunque la extensión de la conversión aún es discutida, se cree que todo el Imperio jázaro, incluyendo sus tribus subordinadas y esclavos, mantuvo el judaísmo en los siguientes 440 años hasta la invasión de los mongoles, en el siglo XIII”, añade.
«Nuestros resultados dibujan el genoma de los judíos europeos como un mosaico»
ERAN ELHAIK
Genetista de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.)
En un proceso que recuerda a la expansión de los cristianos en el Imperio romano, los gobernantes y la aristocracia jázarose pasaron en bloque al judaísmo cuando ya una buena parte de su población se había convertido a la fe hebrea.
La invasión mongola y la gran epidemia de peste de 1347 empujaron a los ahora judeo-jázaros hacia el oeste.
Esta versión alternativa del origen de los judíos europeos se conoce como la hipótesis de los jázaros y no había podido ser confirmada hasta ahora, que empieza a haber suficiente material genético de los pueblos del Cáucaso disponible para su estudio.
Con los datos genéticos de 1.287 individuos de ocho poblaciones judías y otras 74 de gentiles, Elhaik realizó cinco diferentes análisis y todos le llevaron al origen judeo-jázaro de la mayor parte de los alrededor de 13 millones de judíos del mundo.
Usó la frecuencia de alelos (alternativas de un mismo gen) diferentes entre distintos grupos poblacionales y, tomando a judíos palestinos y caucásicos (armenios, georgianos o azeríes) actuales como base para determinar el linaje, comprobó que el 70% de los judíos procedentes de Europa central y occidental y todos los orientales compartían más con los segundos que con los primeros.
También, en una especie de triangulación geográfica, donde los vértices eran los vascos, los pigmeos y la etnia china Han, la investigación sitúa los ancestros de los judíos europeos en el sur del Cáucaso.
En otro análisis, basado en el grado de mezcla genética de segmentos de cromosomas volvieron a comprobar que el linaje caucásico domina, con un 38%, por delante de los genes europeos occidentales (30%) y de los mesopotámicos.
“En conjunto, nuestros resultados dibujan el genoma de los judíos europeos como un mosaico de ancestros caucásicos y de Oriente Próximo, europeos occidentales, Oriente Medio y europeos orientales en proporción decreciente”, dicen en las conclusiones del estudio.
En suma, además de no haber llegado a Europa directamente de Palestina, los judíos se mezclaron con los gentiles mucho más de lo que cuenta la historia.
Incluso, buena parte de ellos lo son por religión, no por origen.

Mil años antes del establecimiento del Estado Moderno de Israel, existió un reino judío en las franjas orientales de Europa, a horcajadas sobre el Don y el Volga, dirigidos por dos monarcas judíos y habitado por una población mixta que incluyó a muchos judíos.

Sus reyes tenían nombres como Yosef y Aharon y uno de sus generales se nombró Pesaj por celebrarse esa fiesta judía en los días cercanos a su nacimiento.

Este reino, llamado Khazaria, era uno de los países más interesantes y influyentes del mundo medieval, mostrando un gran poder en asuntos económicos y diplomáticos.

Su influencia era tan grande que un emperador Bizantino del siglo X, Constantino Porfirogenitus, envió una correspondencia a los Khazares marcado con un sello de oro que valía 3 solidi – más de los 2 solidi que siempre acompañaron las cartas enviadas al Papa de Roma, al Príncipe de Rus, y al Príncipe de los húngaros.

Su poder era tan grande que tenía los medios de financiar permanentemente un ejército. Khazaria representó «el esfuerzo más significativo en la búsqueda del establecimiento de un estado judío independiente en la Diáspora», según señaló el ex-presidente de Israel, Itzhak Ben-Zvi, en su libro The Exiled and the Redeemed.

Los Khazares jugaron un papel central en las más importantes guerras de la región del Caucaso. Primero, a principios del siglo VII, se unieron con turcos y bizantinos para derrotar al estado Persa. Entonces, en los siglos VII y VIII, defendieron la frontera del sudeste de Europa de la invasión árabe, permitiendo indirectamente a la cristiandad sobrevivir en Bizancio y subsecuentemente crecer crece en Ucrania.

Como uno de las autoridades principales en los Khazares, el profesor Peter Golden de la Universidad de Rutgers, escribió en su libro Khazar Studies:

«A cada escolar en el mundo occidental se le ha dicho que sino fuera por Carlos Martel y su victoria en la batalla de Poitiers, hubiera podido encontrarse ahora una mezquita en el lugar en que está erigida actualmente la catedral de Notre Dame. De lo que pocos escolares son conscientes es que si no fuera por los Khazares… Europa Oriental bien podría haberse convertido en una provincia del Islam».

El periodo de paz que vivieron las estepas europeas orientales ha sido nombrado como la «la paz khazara» desde que los Khazares permitieron a varias tribus, como los eslavos, extender sus asentamientos y comprometerse en actividades productivas, libres de la amenaza de guerra y de disputas.

El notable país de los Khazares entró por primera vez en la órbita judía primero cuando le permitió a los judíos establecerse en su tierra, libres de persecución.

Refugiados judíos de Bizancio, Persia, Mesopotamia, y otras regiones del mundo antiguo inundaron al reino de Khazaria desde el siglo VIII hasta el siglo X, trayendo con ellos la alfabetización hebrea, el amor por Israel, la religión judía, y la habilidad tecnológica.

El Documento de Cambridge, traducido por Norman Golb en su co-autoriado libro Khazarian Hebrew Documents of the Tenth Century (Los Documentos Hebreos Khazares del Siglo Décimo), estableció que los judíos armenios inmigrantes

«establecieron matrimonio con los habitantes de esa tierra, entremezclándose con los gentiles, aprendieron sus prácticas, y salieron continuamente con ellos a la guerra; [y] ellos [los judíos del Medio Oriente y los Khazares] se volvieron un pueblo….»En forma significativa, los Khazares, un pueblo de origen turco, se convirtieron a la religión judía en algún momento del siglo IX, empezando el fenómeno con la casa real y extendiéndose gradualmente entre el pueblo en general.El judaísmo se sabe ahora que estuvo más extendido entre los habitantes del reino Khazaria mucho más de lo que se pensó previamente. En 1999, los arqueólogos rusos anunciaron que habían reconstruido un vaso Khazario con éxito de la región del río Don, revelando 4 inscripciones con la palabra «Israel» en letra hebrea (yo aprendí más adelante que esto era broma – hoax).

Es ahora aceptada la opinión, entre la mayoría de los estudiosos en el campo, que la conversión de los Khazares al Judaísmo estuvo extendida y no se limitó meramente a la casa real y a la nobleza. Ibn al-Faqih, de hecho, escribió «Todos los Khazares son judíos». Christian Druthmar escribió en 864 que «todos ellos profesan la fe judía en su integridad».

Un trabajo pérsico, Denkart, representó al Judaísmo como la religión principal de los Khazares. ¿Cuán sincero era su Judaísmo?

Abd al-Jabbar ibn Muhammad al-Hamdani, escribió a principios del siglo XI, señalando que:

«ellos tomaron para sí las difíciles obligaciones de los mandatos de la Ley de la Torá, como la circuncisión, las abluciones rituales, lavando después de una descarga de semen, la prohibición de trabajo en Shabat y durante las fiestas, la prohibición de comer la carne de animales prohibidos según esta religión, y así sucesivamente».El sistema de escritura común entre los Khazares era la escritura hebrea, según lo escrito por Muhammad ibn Ishaq an-Nadim, en 987 o 988.Una porción grande de esos Khazares, que después adoptaron una escritura relacionada con el Cirílico de Rus eran judíos, según señala Tárikh-Fakhr ad-Din Mubarak Shah, en un trabajo persa compuesto en 1206.

A principios del siglo X, los judíos Khazares de Kiev escribieron una carta de recomendación en idioma Hebreo a nombre de uno de los miembros de su comunidad cuyo nombre era Yaakov bar Hanukkah. La carta es conocida como «la Carta de Kiev» y se descubrió en 1962 por Norman Golb de la Universidad de Chicago. Los nombres de los judíos de Kiev eran de origen Turco, eslavo y hebreo, como Hanukkah, Yehudah, Gostata, y Kiabar.

Los estudiosos discrepan acerca de sí estos judíos eran Israelitas que habían adoptado meramente nombres locales o si sus nombres locales eran una señal de su origen turco Khazario.

Khazar fortress at Sarkel (Belaya Vyezha, Russia).

Aerial photo from excavations conducted by M. I. Artamanov during the 1930’s.

Sabemos ahora que había un distrito entero en Kievan Podol nombrado después de los Khazares, como «Kozare» que apuntaba a la residencia de los Khazares turcos en Kiev. Los Khazares jugaron al parecer un papel importante en la vitalidad económica de la ciudad, importando caviar, pescado, y sal en Kiev.

Los Khazares también comerciaron con vajillas de plata, vino, monedas, cristalería, y otros género útiles a lo largo de Europa y Asia, alcanzando zonas tan lejanas del noroeste como Suecia y del lejano sudeste como la actual Uzbekistán. No hay ninguna duda que Khazaria exhibió un nivel alto de civilización y que los judíos contribuyeron a su éxito.

En la ciudad capital, los Khazares establecieron una corte suprema compuesta de 7 miembros y cada religión principal (Cristiandad, Islam, Judaísmo, y el paganismo eslavo) estaba representado en este panel judicial. Los Khazares patrocinaron la tolerancia religiosa en un tiempo en que los países circundantes persiguieron a los que se negaban a seguir la fe de los gobernantes.

La historia de los Khazares llamó la atención de un famoso médico y diplomático judío español conocido como Hasdai ibn Shaprut. Él estaba asombrado e inspirado por lo que aprendió sobre este pueblo.

Después de enterarse de mensajeros bizantinos que Khazaria fue gobernada por un rey nombrado Yosef y que ellos tenían un ejército poderoso y eran un centro de comercio, Hasdai ibn Shaprut escribió,

«…estaba lleno de poder, mis manos se hicieron fuertes, y mi esperanza se llenó de coraje».

Buscando contacto con Yosef, Hasdai hizo llegar de su secretaria literaria una carta escrita a pluma para entregársela personalmente al rey de Khazaria.

Hacia el final de la carta, Hasdai comentó:

«Nosotros vivimos en el Diaspora y no hay poder en nuestras manos. Ellos nos dicen todos los días, ‘ Cada nación tiene un reino, pero usted no tiene ninguna memoria de tal en toda la tierra.’ Pero cuando nosotros oímos hablar de nuestro señor el Rey, del poderío de su monarquía, y de su ejército poderoso, fuimos presa del asombro. Alzamos nuestras cabezas, nuestros espíritus retornaron, nuestras manos fueron fortalecidas y el reino de mi señor fue nuestra respuesta de defensa. Cuando estas noticias ganen más fuerza, a través de ella nos elevaremos más allá».

Como comentó Raymond Scheindlin en su libro The Chronicles of the Jewish People (Las Crónicas del Pueblo Judío):

«Para los judíos oprimidos del mundo, los Khazares fueron una fuente de orgullo y esperanza, para demostrar a través de su existencia que Dios parecía no haber completamente abandonado su Pueblo.»

La carta de Hasdai, y la contestación que le envió Yosef, fue preservada en gran parte gracias al trabajo del estudioso Yitzhak Aqrish (1489-1578?), un judío español que después vivió en Egipto.

Aqrish descubrió copias de las cartas de Hasdai y de Yosef en El Cairo. En 1577 él publicó estas cartas en Constantinopla en un panfleto en hebreo llamado Kol Mebasser («La Voz del Mensajero de Buenas Nuevas»). La publicación de Aqrish de estas valiosas cartas fue diseñada para levantar el espíritu de los judíos oprimidos alrededor del mundo.

Pero Hasdai le escribió a Yosef justo antes de que comenzaran a desarrollarse los eventos que finalmente aplastaron al reino de Khazaria. Los Pechenegos, Rusos, Oghuzos y Bizantinos cayeron sobre el reino desde la década de los años 960 hasta la del 1010, agobiándolos. Después de la caída de Khazaria las referencias de los turcos Khazares Judaizados fueron haciéndose mucho más esporádicas.

Pero aun después del otoño final de Khazaria en el siglo 11, allí seguían habiendo muchos Khazares que continuaban siendo judíos. Abraham Ibn Daud, cuando estaba escribiendo el Sefer ha-Qabbalahen el año 1161, señaló que se encontró a los estudiantes Khazares personalmente mientras estuvo en Toledo, España y que ellos eran judíos rabínicos.

El último destino de los Khazares todavía está revestido un poco de misterio, aunque algunas pistas apuntan a su persistencia entre varias comunidades judías, musulmanas, y cristianas. Algunos han especulado que los Judíos Montañeses del Caucaso Oriental descienden en parte de los Khazares.

Varios grupos turcos que viven actualmente en el Norte del Caucaso podrían descender de Khazares que adoptaron el Islam. Abba Eban, el ministro de relaciones exteriores de Israel entre 1966 a 1974, defendió en 1968 en su libro My People que es probable que «los descendientes de los Khazares alcanzaron diversas comarcas eslavas donde ayudaron a construir los grandes centros judíos de Europa Oriental.»

El estudio sistemático de los Khazares sólo comenzó en el siglo 19 y a lo largo del siglo 20 se hicieron muchos descubrimientos importantes.

En el moderno Israel existe un interés considerable en la gran historia del pueblo judío de Khazaria. Varias novelas israelíes incluyen temas y caracteres de Khazares. En 1997 el periodista israelita Ehud Ya’ari transmite un fascinante documental de tres partes acerca de los Khazares que tituló Memlekhet ha-Kuzarim.

Medios de comunicación israelíes como The Jerusalem Report y The Jerusalem Post de vez en cuando han cubierto la historia de los Khazares.

En 1999 el primer Simposio Internacional sobre Khazaria se efectuó en Jerusalén, reuniendo a muchos de los más brillantes investigadores modernos acerca de Khazaria procedentes de Rusia, los Estados Unidos e Israel.

por K. Alan Brook
20 Julio 2011
del Sitio Web Chiwulltun
26 Diciembre 2007
del Sitio Web TrinityATierra
El Sionismo es un movimiento creado por los Rothschilds para fundamentar la falsa reclamación de la tierra que conocemos ahora como Israel y que pertenece por derecho histórico a los palestinos.
Mucha gente cree que ‘sionismo’ es sinónimo de ‘judío’ pero es en realidad un movimiento político, diseñado, financiado y promocionado por la Casa de Rothschild con el fin de la creación del estado de Israel. La reclamación de una “madre patria” de los judíos en la antigua Palestina fue desde el principio una estrategia de los Rothschilds, con ayuda de su red secreta establecida a nivel global.
Un nieto de los Rothschilds apuntó que,
“los Rothschilds habían creado el estado de Israel como su juguete personal para hacerles más ricos y poderosos”.
Son hechos probados que los Rochschilds, siempre a través de sus agentes, financiaron a los primeros pobladores del nuevo estado de Israel, manipularon los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial y el ascenso nazi en Alemania (a través de Warburg y la IG Farben) y más tarde emplearon el argumento de la persecución y holocausto de los judíos por parte de la Alemania Nazi, para conseguir su objetivo final, que no era otro que crear su propio “feudo” en Palestina donde la gente pudiera ser controlada y abusada desde su creación: Israel.
El plan se denominó “Sionismo” y la planificación ya había comenzado en el siglo XIX, cuando se comenzó a reclamar, por medio de políticos a sueldo de los Rochshilds, la necesidad de crear un estado en Palestina para que los judíos “volvieran” a su ‘madre patria’.
Para aclarar definitivamente lo que es el sionismo veamos lo que dice en una carta a la ejecutiva sionista en Diciembre de 1938 David Ben Gurion, el primer ministro de Israel:
Salvar vidas humanas de judíos de las manos de Hitler aquí está considerado como una amenaza potencial para el Sionismo, a menos que éstos sean traídos a Palestina. Si el Sionismo tiene que elegir entre los judíos y el Estado Judío, preferirá siempre, y sin dudarlo, lo último.
Queda claro entonces que el sionismo no es otra cosa que una forma particular de fascismo.
Tras la Segunda Guerra Mundial, los movimientos sionistas apoyaron de forma continuada a los grupos de extrema derecha e ignorando siempre los cargos criminales contra estos.
El escritor canadiense Grez Felton escribió:
“Israel no sería posible hoy si el Congreso Sionista Mundial, y otras agencias sionistas, no hubieran hecho frente común junto a los exterminadores de Hitler para librar a Europa de los judíos. A cambio de sabotear la resistencia judía, ayudar a exterminar a los judíos no-sionistas y traicionar la confianza de los judíos, los sionistas se aseguraron el pasaje a Palestina”
La población árabe que vivía en Palestina fue expulsada o eliminada, para lo cual el propio estado sionista apoyaba a grupos terroristas que realizaban dicha labor.
Algunos de los líderes de aquellos grupos terroristas fueron Nenachem Begin, Yitzzhak Shamir y Ariel Sharon, todos ellos llegarían a ser posteriormente primeros ministros de Israel que profusamente condenaron el terrorismo árabe (precisamente ellos, que habían liderado grupos terroristas sionistas durante años en Israel).
Israel, hoy por hoy, es lo que sus creadores soñaron: un estado absolutamente militarizado, basado en castas, jerárquico, fascista, racista, donde, por ejemplo, está prohibido hablar árabe en la escuela y para proporcionar una vivienda el Estado aplica un sistema de selección discriminativa basado en la genética y la nacionalidad de origen (primero los ashkenazi de Europa, después ashkenazi de Estados Unidos, después judíos sefarditas y por último musulmanes, cristianos y otros.)
Sin embargo, tal vez a alguno le sorprenda saber que no existe tal cosa como la raza judía. Ser judío significa profesar una fe, pero no existe la raza judía, como tampoco existe la raza aria. Hay judíos chinos, americanos o españoles.
Raphael Patai en la Encyclopaedia Británica escribe:
“Los hallazgos de antropología física, al contrario de la creencia generalizada, muestran que no existe la raza judía. Las medidas antropométricas de grupos judíos en muchas partes del mundo indican que difieren enormemente unos de otros con respecto a las características físicas más importantes; altura, color de la piel, masa encefálica, índice facial, grupos sanguíneos, etc.”
Harry Shapiro emitió un informe para la UNESCO en los mismos términos indicando el enorme polimorfismo de los judíos en el mundo.
Sin embargo, cuando se habla de ‘judío’, a muchos les viene a la mente un individuo con nariz aguileña y determinados rasgos faciales muy característicos; otros asocian a los judíos con individuos extremadamente bien dotados intelectualmente que destacan en el mundo intelectual y están generalmente considerados como hábiles para las finanzas, las matemáticas y otras materias que requieren un alto grado de abstracción.
Veamos sin embargo qué son lo que nosotros habitualmente llamamos “judíos” (aunque ni siquiera sepamos la religión que profesan algunas personas a las que a priori clasificamos como “judíos”).
Benjamín Freedman, un negociante judío en New York, que había criticado abiertamente el Sionismo tras la Segunda guerra Mundial y que estaba relacionado personalmente con figuras políticas destacadas tales como Woodrow Wilson o Joseph Kennedy dijo:
“¿Cuáles son los hechos acerca de los Judíos? Yo les llamo judíos ahora, porque así se les conoce, pero yo mismo no les llamo judíos, yo me refiero a ellos como “los así llamados judíos” porque sé perfectamente lo que son… No hay ni uno solo de ellos cuyos ancestros haya pisado jamás la Tierra Prometida. ¡Ni uno solo de ellos!.
Y sin embargo, van a los cristianos y les piden ayuda para formar una insurrección armada contra los palestinos. “¿Quieres ayudar a repatriar a los Hijos Elegidos de Dios a la Tierra Prometida, ¿verdad? Es tu deber cristiano”, pero es tan ridículo llamarles “hijos de la Tierra Sagrada” como sería llamar ‘árabes’ a los 54 millones de chinos musulmanes”.
¿A qué se refiere Freedman aquí? ¿Es que acaso los judíos no provienen de Oriente Medio como nos han hecho creer durante años?
Escritores judíos muy valientes como Arthur Koestler han confirmado que los judíos no tienen una reclamación histórica de la tierra de Israel porque ellos no se consideran los judíos bíblicos y ciertamente no son semitas (los pueblos semitas son los que están localizados en el norte de África, incluyendo Sudán y Etiopia y Oriente Medio desde Siria e Irak hacia el Sur incluyendo Yemen y Oman). Los verdaderos orígenes de la gran mayoría de los “judíos” se remontan a los ‘jázaros’, sumerios que llegaron a ser conocidos bajo ese nombre en las regiones del Sur de Rusia y montañas del Cáucaso.
Los historiadores creen que los jázaros provienen de los Hunos, tribus turcas que invadieron Europa llegando desde Asia Central, Siberia, China y Norte de la India. Los jázaros vivieron como mercaderes, llegaron a controlar un vasto imperio y su influencia se extendió hacia lo que hoy es Polonia, Austria, Rumania, Hungría, etc. Eran adoradores del falo y realizaban ritos de sacrificio humano.
Sobre el 740 DC el Rey de Khazaria (Jazaria), el Rey Bulán, adopto el judaísmo por razones políticas, para no desaparecer siendo absorbido por los reinos cristianos al oeste y los musulmanes al oeste. De manera que el 90% de lo que hoy llamamos “judíos” descienden de estos jázaros que poblaban la región central de Rusia y Europa del Este.
Estas tierras ahora están ocupadas por el Estado de Georgia, en la región del Caúcaso, y el rasgo físico distintivo de las gentes que allí habitan aun hoy es la nariz aguileña que muchos aun asocian con la nariz típicamente judía.
Koestler, que había nacido en Budapest en una familia judía, escribió:
“Sus ancestros por lo tanto no provenían del Jordán, sino del Volga, no de la tierra de Canaan sino del Caúcaso, que aun se asocia con el origen de la raza “aria”, y genéticamente están emparentados con los hunos, los uigur y las tribus magiar y no con las semillas de Abraham, Isaac o Jacob.
Esto significaría que el propio término “antisemitismo” carece por completo de sentido para referirse al anti-judío puesto que está basado en la confusión del término por parte de la victima y de sus verdugos. La historia del Imperio Khazar (Jázaro) comienza a ver la luz y se presenta como el engaño más cruel que se haya perpetrado jamás en la historia”
Koestler apunta a muchos rasgos distintivos (”La Decimotercera Tribu”) comunes como la yarmulka (el gorro de los judíos común a uzbecos, y otros pueblos de la ex Unión Soviética) y que también es usado por musulmanes y la jerarquía católica romana (cuyo verdadero origen se remonta a la antigua Babilonia).
Los descendientes jázaros llegaron a ser conocidos como “judíos” y su auténtico origen se perdió para la historia, aunque no para las familias de la elite y la Iglesia Romana que prefirieron mantener la falsa versión de la historia para el resto del mundo. Lo que fueron los Jázaros hoy se les conoce como ‘ashkenazi’ (judíos provenientes de Europa del Este), y las cifras y estudios indican que entre el 90 y 95 por ciento de los que se llaman a sí mismos “judíos” son ashkenazi, es decir antiguos jázaros.
Los demás judíos son conocidos como “sefarditas” y éstos sí tienen conexiones con Oriente Medio, aunque por supuesto esto no significa que la idea de una raza elegida por Dios tenga alguna razón de existir o que su reclamación de las tierras pobladas por palestinos sea legítima en lo más mínimo.
Tampoco es cierto que los judíos hayan necesitado o perseguido la reclamación de volver a su “madre patria” como hemos dicho, más bien al contrario, a lo largo de la historia, y España es un ejemplo, los judíos han coexistido pacíficamente con los cristianos y musulmanes en muchos países y estados.
Los Ashkenazi son el grupo étnico que mantiene el poder en Israel desde 1948.
Durante siglos los judíos Ashkenazi no hablaban el idioma semítico hebreo, lo que no sorprende ya que no eran hebreos. Ellos desarrollaron su propio idioma conocido como Yiddish que comenzó a hablarse en Alemania y se extendió por Europa Central y del Este. Más tarde el yiddish evolucionó para incluir elementos del eslavo, arameo, hebreo y otras influencias. Así que lo que conocemos como ‘Ashkenazi’ es un cocktail genético de sumerio, turco, lejano oriente, Europa norte y Europa occidental.
Koestler dice en su libro “La Decimotercera Tribu”:
“Para añadir algo más, los judíos de hoy en día no tienen una tradición cultural común, simplemente ciertos hábitos y comportamiento derivado de su herencia social de la experiencia traumática del guetto, y de una religión, que la mayoría no practica y en la que no cree, pero sin embargo, confiere algún tipo de estatus seudo-nacional.
La influencia del mensaje racial e histórico, aunque basado en una ilusión, actúa como un resorte emocional importante que apela a la lealtad a la tribu”.
Dicho sea de paso, el símbolo del hexagrama que hoy está presente en la bandera del Estado de Israel y es e símbolo mundialmente más conocido de los judíos, era el símbolo del escudo de la Casa de los Rothschilds, también conocido como la Estrella de David o Sello de Salomón (imagen derecha).
No estaba considerado un símbolo judío hasta que se adoptara por parte de los Rothschilds y puede encontrarse en muchos lugares de otras culturas religiones; lo usaban por ejemplo los magos árabes, los druidas y los satanistas.
Una estrella de David se encontró en el suelo de una mezquita del año 1200 en Tel Aviv.
De nuevo volvemos a encontrarnos con una verdad histórica que se ha ocultado a la mayoría con el único fin de la manipulación de las masas, judíos (practicantes o no) y no judíos para la creación de un estado-juguete, Israel, con un enorme coste en vidas humanas de palestinos y sufrimiento indecible de millones de personas, por parte de la Casa de los Rothschilds y sus agentes.
Por supuesto, el papel silenciador y cómplice de la Iglesia Católica, cuya Biblioteca Vaticana contiene libros y documentos que pondrían de manifiesto éste como otros muchos engaños perpetrados a lo largo de la historia, ha sido y es absolutamente fundamental.
De hecho, la Casa de los Rothschilds posee el título de “Guardianes de los Tesoros del Vaticano” y se asegura de que el patrimonio, finanzas y los secretos de la Iglesia de Roma permanezca oculto.
El autor Tupper Saussy escribió:
“Consciente de que los Rothschilds son una familia judía importante, les busqué en la Enciclopedia Judaica y descubrí que poseen el título de ‘Guardianes del Tesoro del Vaticano’ . El nombramiento de los Rothschild le proporcionó al Papa Negro (el máximo pontífice de la jerarquía jesuita) una privacidad financiera absoluta. ¿Quién buscaría jamás la llave de la riqueza del Vaticano en la Casa de unos judíos ortodoxos?”
Y Hill Hughes escribe en “Los terroristas secretos y el enemigo desenmascarado”:
“Los Rothschilds son jesuitas que emplean su pasado judío como fachada para encubrir sus siniestras actividades. Los Jesuitas, trabajando a través de los Rothschilds y el financiero Nicholas Biddle, persiguieron siempre el control del sistema bancario de los Estados Unidos”.
Parece que el círculo de poder poco a poco se va cerrando….

Un comentario en “vania Los Jázaros: Pueblo Judio

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