Una colaboración de Maria Mar
A través de un proceso aùn inexplicable pero real, las memorias del agente de Hollywood de los años treinta Martyn Martin (derecha) fueron transferidas a un niño de cuatro años llamado Ryan Hammons (izquierda). (Composición: Alan Brain)
Este es el caso que será recordado como el que nos ayudó a ver más allá del espejismo material, el que comprobó que la muerte no es un final sino una etapa más en la experiencia humana, el que nos permitió enfrentarnos a la vida de otra manera.
La historia que une las vidas de Ryan Hammons y Martyn Martin es la prueba de que la reencarnación es una realidad.
Respire hondo y prepárese para repensar la vida.
El paradigma científico imperante sostiene que nada sobrevive a la muerte de los cuerpos físicos. Según los científicos, nuestros recuerdos, nuestras emociones y nuestros pensamientos, dejan de existir en el momento mismo de la muerte. Nada queda de lo que fuimos.
De alguna manera, las decisiones que tomamos en nuestras vidas están relacionadas con ese “cul de sac” o final sin salida. Si supiéramos con certeza que la muerte no es el fin absoluto sino simplemente el fin de una etapa, nuestras vidas serían diferentes.
La condición humana es definida por esta experiencia traumática que hemos tratado de sobrellevar entregándonos a las promesas, algunas más vacías que otras, de religiones y sectas.
Puntos de vista encontrados
La Iglesia Católica se apropió, muy temprano, del monopolio de la muerte y eliminó, al menos en Occidente, la incógnita sobre lo que nos espera después del último suspiro: en vida hay que ser buenos para poder entrar al cielo y gozar de la vida eterna al lado de Dios.
Detalle del fresco realizado por el pintor renacentista Luca Signorelli sobre el Juicio Final, ubicado en la Catedral de Orvieto, Italia.
No sabemos si el cielo católico es una especie de nube gigante en la que moran las almas, si es un estado de conciencia como aquellos generados por el DMT o si es un lugar en otro planeta. Los incautos que suelen firmar los contratos sin leer la letra pequeña no se han dado cuenta que esa “vida eterna” bien podría convertirse en una tortura eterna en el infierno, si es que el individuo cometió un pecado mortal.
Según la doctrina católica, después de la muerte del cuerpo material, el alma que lo anima viaja hacia el llamado juicio final. Allí, un tribunal celestial revisará su vida y decidirá su destino. Si el individuo cometió pecado mortal su alma será condenada a permanecer eternamente en el infierno; si, en cambio, llevó una vida de bondad y caridad libre de pecado mortal, entonces su alma será enviada a vivir en el cielo eternamente. Por último, si el alma solo cometió pecados menores y mostró arrepentimiento será enviada temporalmente al purgatorio dónde permanecerá hasta que se haya purificado lo suficiente como para poder entrar al cielo.
De reencarnación, nada.
Si bien la idea de un juicio final de las almas está tambien presente en diferentes culturas del planeta, existen otras corrientes de pensamiento sobre lo que sucede después de la muerte. La religión hindú y la filosofía budista sostienen que lo que los católicos denominan alma, sobrevive y se reencarna en otro cuerpo indefinidas veces.
No solo las religiones se han ocupado del tema, filósofos e iniciados de las escuelas mistéricas del mundo antiguo como Zoroastro, Pitágoras, Platón o Imhotep se han adherido a la creencia en la reencarnación y han teorizado sobre la misma.
En la filosofia hindú y budista, el “alma” renace indefinidas veces en un nuevo cuerpo mientras permanece atrapada en la rueda de nacimientos y muertes llamada Samsara. Su objetivo final es liberarse del Samsara y unirse con la energía del creador. (Composición: Alan Brain)
A pesar de todo, el paradigma científico, protegido bajo la carituresca versión del cielo y el infierno de la Iglesia Católica, es una verdad aceptada por nuestra sociedad sin mayor cuestionamiento: nada sobrevive a la muerte y no existen evidencias que prueben lo contrario.
Esta idea está a punto de caer por su propio peso…
Un precoz director de cine
En el estado de Oklahoma, Estados Unidos, un niño llamado Ryan Hammons ha dado una estocada mortal al espejismo que nos presenta el paradigma científico sobre la muerte.
Como tantos otros casos de reencarnación, Ryan parece ser capaz de recordar hechos y detalles de lo que podría haber sido su vida pasada. La diferencia, como verán, es que la cantidad y la calidad de los recuerdos de Ryan es tan contundente que solo cabe una explicación: Ryan está recordando una vida anterior.
Todo empezó cuando Ryan, a los cuatro años, solía jugar a que dirigía películas imaginarias en su cuarto. Sus padres, Kevin y Cyndi, lo escuchaban gritar “Acción”, como si fuera un director de cine, y pensaban que Ryan tenía un enorme poder de imaginación o una precoz pasión por el séptimo arte.
El asunto desbordó los límites de la cotidianidad cuando Ryan empezó a despertarse de madrugada agarrándose el pecho y gritando que había soñado que su corazón estalló cuándo él vivía en Hollywood.
Ryan Hammons recordaba haber vivido en las colinas de Hollywood. El famoso signo de Hollywood originalmente decía “Hollywoodland”. En 1949 cambió a simplemente “Hollwyood”.
Las pesadillas se repitieron por varias noches y generalmente terminaban con el niño desconsolado en brazos de su madre. En una de esas noches, mientras Cyndi lo calmaba, Ryan le dijo: “Mamá, creo que yo he sido otra persona”.
Los padres no sabían que actitud tomar. Estaban desconcertados con las historias que les iba revelando su hijo.
Días después, Ryan les dijo que recordaba una gran mansión con una piscina ubicada en las colinas de Hollywood. Cada vez que la imagen de estas colinas aparecía en la televisión, el pequeño Ryan decía que él era de allí y que, aunque le gustaba ser Ryan, prefería volver a su mansión con piscina.
Una tarde recordó que había sufrido quemaduras de sol debido a su obsesión por mantener su piel bronceada.
Los padres empezaron a tomar el asunto en serio y consultaron a varios doctores quienes minimizaban el problema explicándoles que estas alucinaciones terminarían pronto.
Pero no fue así. Ryan continuó, ante el asombro de sus padres, recordando más detalles de lo que parecía ser su vida pasada. Les contó que había tenido tres hijos pero que no recordaba sus nombres. La frustración de no poder recordar los nombres de sus supuestos “hijos” era tan fuerte que Ryan se molestaba y, algunas veces, hasta lloraba.
Un dia le transmitio la euforia que sentia sobre su vida pasada: “Mamá, no puedo esperar a ser adulto de nuevo y poder subir a esos grandes yates, usar guantes caros, vestir trajes caros y bailar con todas las chicas bonitas. Así es como se ve el mundo Mamá, desde un gran yate”.
Los recuerdos de Ryan parecían coincidir con el ambiente del Hollywood de los años treinta.
El padre de Ryan, Kevin Hammons,trabajaba como investigador en el departamento de policía de Muskogee en Oklahoma. Como buen policia y preocupado por la salud mental de su hijo, le pidió a su esposa que anotase todos los detalles que Ryan relataba, ya que estos podrían ayudarlos en el futuro.
Rostros indelebles
Cyndi y Kevin notaron que Ryan no solo parecía recordar verdaderamente lo que contaba sino que se comportaba de una manera diferente cuando lo hacía. Cuando Ryan hablaba de su supuesta vida anterior abandonaba la tierna forma de hablar de un niño de cinco años y expresaba sus ideas centrándose en los hechos como si fuera un adulto.
Preocupada por la estado mental de su hijo, Cyndi investigó en internet sobre la reencarnación y compró libros sobre la historia de Hollywood, con la esperanza de que algo la ayudase a entender los pertubadores recuerdos de Ryan.
Un día, revisando uno de esos libros, Ryan fijo su mirada en la foto promocional, en blanco y negro, de una película (ver foto abajo). En la foto aparecían seis personas, todas desconocidas para Ryan y sus padres. “Mira Mamá, ese es George” exclamó Ryan señalando a uno de los hombres que estaba en el centro de la foto, “Hicimos una película juntos” agregó. Luego dirigió el dedo hacia el hombre que estaba a la derecha con un abrigo blanco y el ceño fruncido. Ryan emocionado exclamó: “Ese soy yo, me encontré!”.
Esta es la foto promocional en la que Ryan Hammons reconoció a Georges, (círculo rojo) y se reconoció a si mismo (círculo azul).
Para mala suerte de los padres, la foto no tenía leyenda que indicase el nombre del film ni el de los actores. Sin embargo, la madre de Ryan logró identificar la película de la foto. Se trataba de un film de 1932 titulado “Night After Night” (Noche tras noche) cuyo protagonista principal era un famoso actor de Hollywood llamado Georges Raft.
Luego de investigar el nombre de Georges Raft y comparar su rostro con el del personaje que Ryan había identificado en la foto como “Georges”, Cyndi sufrió un shock. Su hijo no estaba alucinando, el hombre que Ryan había señalado en la foto efectivamente se llamaba Georges, era el actor Georges Raft.
Kevin y Cyndi trataron de identificar al hombre que Ryan había señalado como él mismo en su vida anterior pero no tuvieron éxito. Ryan complicó aún más la situación cuando les dijo que había trabajado en esa película y que ésta contaba la historia de un boxeador que vivía en una mansión con un closet lleno de escopetas.
Los padres, asomándose lentamente a los abismos de la locura, decidieron buscar una copia de la película.
Luego de verla, un insondable silencio galvanizó sus pensamientos. Su hijo, de cuatro años, a quien habían escuchado decir sus primeras palabras y habían visto dar sus primeros pasos, les había relatado el argumento del film sin haberlo visto.
El terror a lo desconocido puede tener muchas caras, puede presentarse de mil de maneras, pero quizás ningúna más horrible y cruel que el descubrir que tu hijo, esa adorada criatura que alegra tus días y los aleja de la rutina, no es quién creíste que era. Tiene un pasado ajeno, casi cósmico, que lo convierte en un extraño.
A la derecha, imágenes extraídas de la foto promocional que vio Ryan y a la izquierda imágenes extraídas de la película “Night After Night”. Abajo, el actor Georges Raft. Arriba, el desconocido actor que Ryan dijo ser en su vida anterior es su única escena en el film.
Volviendo al caso, el actor que Ryan había señalado diciendo “Ese soy yo, me encontré!” solo aparecía en una escena de la película y aunque los padres revisaron minuciosamente los créditos finales de la misma, no lograron identificarlo. En la foto promocional, el actor llevaba un abrigo blanco pero en la película usaba un saco oscuro.
Los recuerdos de la supuesta vida pasada de Ryan siguieron apareciendo.
Ryan recordó que alguna vez había sido golpeado por los guardaespaldas de Marilyn Monroe cuando trataba de acercarse a ella. Recordó haber ido a un cementerio de la ciuda de Nueva York con alguien para encontrarse con un tal “Senator Five” y relató, con detalles, haber estado en algunos de los cafés de los boulevares de París y haber subido a la Torre Eiffel.
Consciente de la implicancias del caso, la madre de Ryan le escribió un mail al Dr. Jim B. Tucker, psiquiatra especialista en casos de niños reencarnados, explicándole las historias que su hijo relataba.
Dos científicos avezados
Jim Tucker es el director médico de la Clínica de Psiquiatría Infantil y Familiar de la Universidad de Virginia, es ademas Profesor Asociado de Psiquiatría y Ciencias Neuroconductuales y director de la División de Estudios de la Percepción en la misma universidad.
Tucker ha dedicado más de quince años de su vida a investigar a niños que parecen recordar vidas anteriores y episodios prenatales. Sus investigaciones han sido realizadas desde la División de Estudios de la Percepción de la Universidad de Virginiaque fue fundada en 1967 por el reconocido Dr. Ian Stevenson (1918 – 2007) como un espacio que permitiese realizar investigaciones con rigor científico sobre temas de corte paranormal, específicamente sobre personas que recordaban supuestas vidas pasadas.
El Dr. Jim Tucker ha retomado las investigaciones del Dr. Ian Stevenson haciendo un esfuerzo para realizarlas bajo el rigor requerido por el método científico. (Composición: Alan Brain)
Ian Stevenson habia consagrado cuarenta años de su vida al estudio de personas que presentaban recuerdos de lo que parecía ser una vida anterior. Durante este tiempo, acumuló 3,000 casos de niños de diferentes lugares del mundo y publicó 300 artículos y 14 libros sobre el tema.
Sus investigaciones, archivadas en la División de Estudios de la Percepción de la Universidad de Virginia, avanzan la idea de que las emociones, los recuerdos e incluso las heridas en la forma de marcas de nacimiento, pueden ser transferidas de una vida a la siguiente.
En los años ochenta, Stevenson era visto como el principal defensor de la reencarnación y aunque algunos de sus colegas respetaban sus investigaciones, la comunidad científica no lo tomaba en serio.
Sus principales críticos, liderados por el filosofo Paul Edwards, sostenían que Stevenson era un científico honesto pero inocente o crédulo. Los detractores señalaban una serie de errores que le restaban valor a sus investigaciones: Stevenson manipulaba las preguntas a sus entrevistados para obtener las respuestas que buscaba, las entrevistas sucedían muchos años después del primer recuerdo de la vida anterior, muchos de sus casos ocurrían en países como la India en los que existe una fuerte creencia en la reencarnación, las familias de los niños habían entrado contacto con las familias de los fallecidos sin la supervision de Stevenson y los traductores que Stevenson utilizaba creían en la reencarnación y agregaban detalles inexistentes a lo que relataban los entrevistados en su lengua nativa.
Ian Stevenson es uno de los pocos científicos que ha dedicado su vida al estudio de la reencarnación.
En el 2002, Jim Tucker asumió la dirección de la División de Estudios de la Percepción y decidió seguir con el trabajo de su mentor Ian Stevenson, quién falleció en el 2007.
Tucker se dio cuenta que Stevenson había sido demasiado inocente al no llevar a cabo sus investigaciones con el rigor cientifico necesario. Probablemente, muchos de los casos acumulados por Stevenson eran producto de tradiciones culturales o simples confabulaciones pero Tucker se resistía a creer que todos los casos fuesen falsos.
Jim Tucker decidió revisitar el trabajo de su mentor, esta vez con una rigurosa metodologia cientifica que le devolviera la credibilidad al tema.
Desde entonces,Tucker ha publicado dos libros, “Life before Life: A Scientific Investigation of Children’s Memories of Previous Lifes” (Vida después de la vida: Una investigación científica sobre los recuerdos de niños sobre vidas pasadas) y “Return to Life: Extraordinary Cases of Children Who Remember Past Lives” (Regreso a la vida: Casos extraordinarios de niños que recuerdan vidas pasadas), en los que presenta casos originalmente investigados por Stevenson y casos nuevos descubiertos por su equipo.
El caso de Ryan Hammons es solamente uno entre decenas que, sustentados por las investigaciones de Jim Tucker, representan evidencia casi incontestable que la vida, en alguna forma, persiste a la muerte.
Viaje a Hollywood
Regresemos al caso de Ryan Hammons.
El mail enviado por Cyndi al Dr. Tucker incluía la foto promocional de la película “Night After Night” en la que aparecía el personaje que Ryan decía haber sido en su vida anterior, el del abrigo blanco y el ceño fruncido.
A la derecha, el esquivo actor de la película “Night After Night”.
Luego de revisar las anotaciones que Cyndi había hecho sobre los recuerdos de Ryan y después de entrevistar personalmente al niño, Tucker decidió que el caso merecía una profunda investigación.
Lo primero que Tucker hizo fue pedir a los padres de Ryan que encontraran la identidad del hombre de la foto.
Luego de revisar cientos de fotos de actores de Hollywood de los años treinta, Ryan encontró un rostro que se parecía bastante al hombre del abrigo y el ceño fruncido. El nombre del actor era Ralf Harolde (1899 – 1974). Todos estaban contentos con el hallazgo pero Ryan dejo en claro que no estaba seguro.
Desesperados en su intento de que Ryan volviese a ser el niño de siempre, los padres decidieron llevarlo a Hollywood a recorrer los pasos del actor Ralf Harolde, fallecido en 1974.
El tour por los lugares favoritos de Harolde fue un fracaso. Ryan no tuvo nuevos recuerdos y no mostró signos de familiaridad con las casas o los restaurantes visitados. Es más, se mostró bastante desconcertado cuando se enteró de que Harolde no tenía una hermana.
Cuando Cyndi le dijo a Ryan que la esposa de Ralf Harolde se llamaba María, Ryan respondió “Quizás es la esposa equivocada”.
Tucker, quién estaba al tanto del viaje a Hollywood, pensaba que los padres, en su desesperación por liberar a Ryan de los recuerdos de su vida pasada, habían ignorado la hipotesis más simple. Ryan no estaba seguro de que Ralf Harolde fuese el actor del abrigo blanco y el ceño fruncido. Quizás tenían al hombre equivocado.
El actor Ralf Harolde en dos momentos diferentes de su carrera.
Conciente de que la tarea de identificar al hombre de la foto estaba más alla de las posibilidades de los padres, Tucker decidió contratar los servicios de Kate Coe, una de las especialistas más reconocidas en el campo de la búsqueda e identificacion de archivos cinematográficos.
Las credenciales de Kate Coe son impecables. Ha trabajado como consultora de material de archivo en más de cincuenta películas, entre ellas el famoso documental dirigido por Michael Moore, “Capitalismo, una historia de amor” y “La guerra invisible” de Kirby Dick. Su perfil de Linkedin dice: “Combinando un fuerte conocimiento de lo visual y una esmerada pericia como investigadora, he encontrado desde películas caseras de la realeza hasta fotos de mafiosos cuando eran bebes.”
Kate Coe hurgó en los archivos de la Biblioteca de la Academa de Cine y revisó cuidadosamente todos los materiales relacionados a la película “Night After Night”.
El resultado de su búsqueda confirmó las sospechas de Tucker, el hombre que aparecía en la foto promocional de la película “Night After Night” vistiendo un abrigo blanco y con el ceño fruncido no era el actor Ralf Harolde sino un tal Martyn Martin (1903 – 1964).
Martyn Martin no era un actor de Hollywood y “Night After Night” fue la única pelicula en la que apareció como extra. Martin se convirtio en uno de los primeros cazatalentos del Hollywood de los años treinta. En su portafolio de actores tenía a Glenn Ford y entre sus amigas a Rita Hayworth. Martin llegó a tener mucho dinero, vivió una vida de lujo y murió de cáncer en 1964.
A la izquierda, Kate Coe, una de las especialistas más reconocidas en el campo de la búsqueda e identificacion de archivos cinematográficos. A la derecha, el extra que Kate identificó como Martin Martyn.
Mientras Kate Coe identificaba a Martyn Martin, Tucker había realizado otro descubrimiento. Luego de semanas de tratar de encontrarle sentido al recuerdo de Ryan sobre un tal “Senator Five”, Tucker descubrió que durante los años cuarenta y cincuenta Nueva York tuvo un senador llamado Ives, Irving Ives. No era imposible que Ryan recordara Five en vez de Ives. Tucker consiguió una foto del sujeto para poner a prueba a Ryan.
A estas alturas del caso, Ryan ya había cumplido seis años y Tucker sabía, por sus investigaciones, que los recuerdos de su vida anterior empezaban a desvanecerse. Aún así, quería someter a Ryan a una simple prueba para ver si podía identificar a algunas personas que Martyn Martin conoció durante su vida.
En un esfuerzo por evitar que los resultados de las pruebas fuesen manchados de duda, Tucker decidió guardar los descubrimientos y el nombre de Martyn Martin en secreto. La familia no fue comunicada sobre ninguno de los avances del caso.
La prueba final
Tucker viajó a Oklahoma con varias fotos y un equipo cinematografico que estaba realizando un documental sobre niños que recordaban sus vidas pasadas. Entre las fotos que llevó Tucker, habían fotos de los amigos de Martyn Martin, fotos de la familia del mismo y fotos del senador Ives. Esta iba a ser la prueba final para Ryan.
El Dr. Tucker le mostró grupos de cuatro fotos y le preguntó si una de las fotos le era familiar. Ryan señaló varias fotos al azar, sin convicción. Según Tucker, era evidente que, por alguna razón, Ryan no quería hacer las pruebas.
A la derecha, el poster de la película “Night After Night” y a la izquierda Martyn Martin.
Como bien explica Tucker en su libro “Return to Life” (Retorno a la vida), existían varios factores que complicaban la situación: la presencia de las cámaras de video y el equipo del documental, los recuerdos de Ryan que empezaban a desvanecerse debido a su edad y su incapacidad para concentrarse fácilmente en lo mismo por largos periodos de tiempo.
Luego de algunos intentos, los Hammons y el equipo del Dr. Tucker decidieron terminar con las pruebas y salir a cenar.
Cuando regresaron de la cena, Ryan dijo que quería intentar con algunas fotos. A Tucker le pareció que era muy tarde y que Ryan podría estar demasiado cansado pero aceptó.
En la mesa habían cuatro fotos de mujeres en blanco y negro, tres de los rostros habían sido escogidos al azar y uno de ellos pertenecía a la última esposa de Martyn Martin. Cuando el Dr. Tucker le preguntó a Ryan si alguno de los rostros significaba algo para él, Ryan señaló a la foto de la última esposa de Martyn Martin diciendo que ella le parecía familiar.
Luego, Tucker le contó a Ryan y a sus padres que había logrado encontrar la identidad del “Senator Five” y puso en la mesa cuatro fotos de hombres. Solo una ellas pertenecía al senador Ives. Tucker le pidió a Ryan que identificara a quien él llamaba “Senator Five”. Ryan señaló la foto del senador Ives diciendo “Este es el Senator Five”. Tucker insistió “¿estás seguro?” y Ryan afirmó “estoy seguro”.
El senador norteamericano Irving Ives (1896-1962), a quien Ryan recordó como Senator Five.
Más adelante, ese mismo día, Tucker ordenó sobre la mesa otras cuatro fotos de hombres en blanco y negro. Una vez más, tres de ellas habían sido escogidas al azar y una de ellas mostraba a Martyn Martin. Es importante notar que en esta foto Martyn Martin no lucía como en la foto promocional de la película “Night After Night”, puesto que había sido tomada durante una época diferente de su vida. Además, esta nueva foto de Martyn Martin lo mostraba desde otro ángulo, complicando las posibilidades de que Ryan pudiese identificar a Martyn guiándose por la foto promocional que encontró en el libro de Hollywood.
Ryan observó las cuatro fotos y señaló la foto en la que aparecía Martyn Martin diciendo que le parecía familiar.
Para la mañana siguiente, Tucker había preparado una última prueba y para ella había tenido mucho cuidado en no revelar aún a la familia ni a Ryan el nombre de Martyn Martin.
El padre de Ryan, Kevin, recibió una hoja de papel con una lista de nombres: John Johnson, Willie Wilson, Robert Robertson, and Marty Martyn. Los nombres habían sido construidos respetando la forma del nombre del Martyn Martin tratando de asemejar el primer nombre al apellido.
Kevin leyó los nombres en voz alta y después de cada uno de los tres primeros nombres Ryan dijo “No”. Cuando el padre leyó “Martyn Martin” Ryan hizo un silencio y señaló ese nombre en el papel. Kevin le preguntó entonces“¿Martyn Martin?” y Ryan confirmó su elección.
El Dr. Tucker ha incluido el caso de Ryan Hammons en su segundo libro titulado “Return to Life” (Regreso a la vida).
Antes de partir, Tucker dejó una serie de fotos para que Cyndi las revisara con Ryan. En estas fotos, Ryan reconoció a su hija biológica y a los cinco hijos de una de sus esposas. Ryan señaló a uno de ellos, una niña, y le dijo a su madre “Yo solía hablar con ella y darle consejos. Ella nunca me quería escuchar. Ella no me respetaba.”
Encuentro con el pasado
Tratando de seguir poniendo a prueba los recuerdos de Ryan, el Dr. Jim Tucker decidió llevarlo a California a visitar a quién habría sido su hija biológica, la hija del actor Martin Martyn. Para Tucker, el hecho de que Ryan había identificado quien había sido en su vida anterior reducía las posibilidades de error en la investigación:
“En muchos de los casos que he investigado, las personas tratan de encontrar una persona fallecida cuya vida pueda coincidir con los recuerdos del niño. En este caso, solo había una persona de la que Ryan podía estar hablando porque él la había identificado en una foto. No estabamos tratando de buscar a alguien cuya vida pudiese coincidir con los detalles relatados por Ryan, estabamos tratando de ver si la vida de Martin coincidía con estos.”
La hija biológica de Martin se reunió previamente con Tucker para conversar sobre la vida de su padre. Los rasgos generales de la vida de Martin provistos por la hija confirmaban los recuerdos de Ryan: Martin tuvo mucho dinero, tuvo una mansión con piscina en las colinas de Hollywood, amaba bailar y era amigo de muchas estrellas de cine de la época.
Para ese entonces, el Dr. Tucker había clasificado 102 referencias específicas que Ryan Hammons había relatado previamente sobre la vida de Martyn Martin.
La hija de Martyn Martin confirmó varios de los detalles provistos por Ryan. Entre ellos, que Martin había bailado en Broadway.
Por otro lado, el equipo del Dr. Tucker había logrado construir un resúmen detallado de la vida de Martin combinando los datos provistos por la hija y sus propias investigaciones. Cuando Tucker comparó ambos documentos, se dio cuenta que 90 de las 102 referencias específicas relatadas por Ryan sobre la vida de Martin eran ciertas:
“Lo que encontramos es que si bien Ryan estaba equivocado en ciertos detalles, la mayoria eran correctos. Parecía extraño que (como Ryan había dicho) un extra de Hollywood sin ninguna línea de texto (en la película) haya bailado en Broadway, haya tenido una gran mansión con piscina y haya viajado alrededor del mundo en barco pero Martin Martyn lo hizo.”
Ryan dijo que había bailado en Nueva York y Martin fue un bailarín de Broadway. Ryan dijo que había sido un agente que trabajaba en un lugar dónde la gente cambiaba de nombre y Martin trabajó en una agencia de talentos en Hollywood dónde los actores suelen cambiar su nombre real por uno artístico. Ryan también dijo que su antigua dirección tenía la palabra “Rock” en el nombre y Martin vivió en el 825 de Roxbury Drive en Beverly Hills. Ryan contó que le gustaba llevar a las chicas a ver el mar y se encontraron varias fotos de Martin con mujeres jovenes en la playa.
Ryan también dijo que Roosevelt fue el mejor presidente de todos los tiempos y que él lo había abucheado. Se confirmó que Martin era republicano y su esposa también. Como todos sabemos, Franklin Delano Roosevelt (1882 – 1945) era del partido opuesto, democráta.
Ryan le había contado a su madre que cuando era pequeño su familia no tenía un aparato de television en la casa porque nadie tenía y que el día que adquirió su primera televisión se sintió muy feliz. Sobre este detalle Tucker comenta:
“Esta declaración, aunque coincide con la vida de Martin es muy general. Era cierto para cualquiera de la generación de Martin pero me parece notable que un niño de seis años entienda que la gente de esa época no tenía aparatos de televisión.”
Ryan recordaba haber abucheado al presidente Franklin Delano Roosevelt y decía que cuando era pequeño nadie tenía aparatos de televisión en sus casas.
Sobre sus hijos, Ryan recordó que tenia una hija y que había interactuado con otros niños pero que no estaba seguro si eran sus hijos. Martin tuvo solo una hija biológica y cinco medios hijos de su última esposa.
Otras de las referencias específicas mencionadas por Ryan y confirmadas por la hija son: Martin tenía una mansion con piscina en Hollywood, Martin tenía dos hermanas, la madre de Martin tenía pelo castaño con rulos, Martin amaba estar bronceado, le gustaba ir a la playa a ver a los corredores de olas, la doméstica o empleada de la mansión era de descendia africana, Martin tenía un piano, Martin y su esposa viajaron muchas veces a Paris, Martin tenía gatos, Martin amaba el pan, Martin fumaba cigarros.
El episodio con el guardaespaldas de Marilyn Monroe fue imposible de comprobar pero la familia de la esposa de Martin era muy cercana a la famosa actriz.
En cuanto a la muerte de Martin, Ryan dijo que había muerto en un cuarto con números en la puerta y Martin murió en un cuarto de hospital sufriendo de leucemia en 1964. Todos los cuartos de hospital tienen nùmeros en la puerta. La pesadilla de Ryan sobre su corazón explotando en Hollywood fue imposible de confirmar porque cuando Martin murió, de una hemorragia cerebral, estaba solo en el cuarto. Es imposible saber lo que Martin experimentó.
Otros detalles recordados por Ryan no pudieron ser negados o confirmados ya que las únicas fuentes de información fueron la hija de Martin, quién tenía ocho años cuando su padre murió, y los datos que se pudieron encontrar en los registros públicos.
La reunión entre Ryan y la hija de Martyn fue un fracaso. Ryan le dio la mano y se escondió detrás de su madre. Al parecer, Ryan no entendió porque la mujer no era una niña como antes: “Ella ha envejecido, ¿por qué no me esperó?”, dijo Ryan triste. Luego le confesó a su madre que no quería volver a Hollywood y que quería quedarse con su nueva familia.
El Dr. Tucker logró confirmar que, como Ryan había dicho, Martin vivió en una mansión de Beverly Hills con piscina. En la foto el actor Jack Benny en su piscina ubicada en la misma calle que la residencia de Martin, Roxbury Drive.
Luego de conocer a la hija de Martyn Martin, los recuerdos de Ryan se fueron desvaneciendo lentamente hasta desaparecer de su memoria. El Dr. Tucker afirma que esto es normal puesto que los recuerdos de vidas pasadas empiezan a desvanecerse a partir de los cinco años de edad.
Un nuevo inicio
El caso de Ryan Hammons es suficiente para cuestionar seriamente las bases del paradigma científico de turno: solo existe lo que se puede medir y/o ver, el ser humano está compuesto solo de materia física.
Los quince años que Tucker ha consagrado a sus investigaciones están a punto de convertirlo en el Galileo del siglo XXI puesto que sus teorías han empezado a ganar adeptos en una buena parte de la comunidad científica. Pese a esta acogida, el psiquiatra de la Universidad de Virginia sabe que el camino será largo y sinuoso:
“Yo entiendo el esfuerzo que requiere concluir que hay algo más allá de lo que se ve y se toca, pero aquí hay evidencia que necesita ser tomada en cuenta. Cuando observamos a estos casos cuidadosamente, la explicación que tiene más sentido es que los recuerdos de alguna manera pasan de una vida a otra.”
Tucker agrega, “Creo que estos casos contribuyen al conjunto de evidencias que indican que la conciencia, al menos en algunas circunstancias, puede sobrevivir a la muerte del cuerpo; que la vida después de la muerte no es meramente una fantasía o algo basado en la fe sino algo que se puede estudiar analíticamente.”
A la izquierda, Ryan Hammons visitando la antigua agencia de talentos de Martin Martyn en Hollywood. (Foto izquierda Jim Tucker)
Para el Dr. Tucker, la física cuántica guarda la clave para explicar este fenómeno. En la segunda parte de este artículo desarrollaremos este tema.
Una de los postulados que conforma el paradigma científico es la ley de conservación de la materia o ley de Lomonósov-Lavoisier. Esta afirma que en la naturaleza nada se crea ni se destruye, solo se transforma. Si aceptamos que en la naturaleza todo se transforma, cabe preguntarse ¿por qué la conciencia que se genera como consecuencia de las conexiones neuronales en nuestro cerebro no puede tomar otra forma después de la muerte y seguir existiendo?
Para Los Divulgadores es claro que nuestra existencia tiene un sentido que va más allá de la vida material y que el camino no termina dónde creíamos. El gran viaje cósmico aún nos depara muchas sorpresas.
Hay que ser valientes y reconocer la complejidad de un univeso que aún no comprendemos en su real dimension. A pesar del espejismo creado por la ciencia y la religión.
No lo dude, permítase sonreír, saltar o bailar porque hoy velamos a la muerte. Este es un día de fiesta y merece ser celebrado.
Fuentes:
– “The Science of Reincarnation”. Sean Lyons. Uva magazine. 2014.
– “Little Boy former Hollywood actor?”. The Unexplained TV Show Pilot. 2012.
– “Life After Life: A Scientific Investigation of Children’s Memories of Previous Lifes”. Jim Tucker. 2005.
– “Retun to Life: Extraordinary Cases of Children Who Remember Past Lives”. Jim Tucker. 2013.
Muy interesante, y la religión católica niega la reencarnación, pero en la Biblia está muy claro al menos un caso. Gracias Maestroviejo.
La vida de todo ser humano en la tierra es producto de las existencias pasadas en nuestro planeta o en otras dimensiones, es un transito a es un purgatorio para ascender o descender según sea muestras acciones buenas o malas.