Todos hemos oído la expresión amor platónico, ¿verdad? Bueno, pues lamento tener que iniciar este post aclarando que el amor platónico nada tiene que ver con la definición popular que actualmente le damos (un amor no correspondido, una relación entre lo fraternal y lo erótico, un querer sin deseo sexual, etc).
En realidad el bueno de Platón, aparte de teorizar sobre lo que para él era el amor ideal (ahora sí, amor platónico) identificó y definió bastante detalladamente tres arquetipos básicos de amor, que desarrolló en sus libros El Banquete (en el que formuló sus teorías sobre el amor) y Fedro (que aborda el amor, el deseo, la locura…). Arquetipos que la psicología social contemporánea se ha encargado de ampliar de forma consensuada hasta completar una lista de 7 arquetipos amatorios, que básicamente es de lo que hablaré hoy.
Pero entonces, antes que nada ¿cuál es el ideal de amor platónico?
Según Platón, el amor esa motivación que nos lleva a contemplar y conocer la belleza, en un proceso que arranca de la apreciación del aspecto físico del otro, en una fase siguiente aprecia su interior (la personalidad, el alma), y termina apreciando la belleza de las leyes y códigos sociales, de las ciencias, etc. Estas fases culminan en el conocimiento puro y desinteresado de la Idea de la Belleza-lo único que es bello en sí mismo y por sí mismo-. Resumidamente, no consiste en tener un amor inalcanzable, sino en amar las Formas o Ideas eternas, inteligibles, y perfectas.
Y ¿cuáles serían esos arquetipos amatorios?
Los tres arquetipos definidos por el propio Platón son Eros, Agapé y Philia.
Eros es el amor egoísta, sexual, apasionado, que busca poseer al otro, a su dimensión física y corporal, es el erotismo y según Platón es el amor fugaz.
Agapé es el amor incondicional, estable e interiorizado en el cual la máxima preocupación es el bienestar de nuestro amante. No sólo es altruista y empático, sino que da prioridad absoluta a las manifestaciones del objeto de amor.
Philia es el amor fraternal, la mezcl de amistad y afecto (aunque de los libros se desprende que podría incluir sexo). Se puede fundamentar en la mutua conveniencia y satisfacción, en la admiración correspondida.
Y los arquetipos modernos, añadidos posteriormente a los formulados por Platón:
Ludus es el amor vivido como un juego, sin intención de compromiso ni permanencia en el tiempo. Es un amor inocente pero poco empático que puede provocar situaciones desagradables cuando se crean expectativas en el otro. Ludus es el cazador, el juguetón, el que se divierte más con la persecución que con la presa.
Storge podría ser la Amistad 2.0, el amor compañero en el que tiene un enorme peso el compartir intereses y objetivos con el otro. Unidos por el mismo interés en que la relación de frutos y motivados por el modelo win-win, como Paul y Linda McCartney o Bonnie y Clyde -quien, por cierto, a pesar de lucir tan intimidante arma, padecía impotencia-.
Manía es el amor posesivo, obsesivo a veces, íntimamente relacionado con el concepto occidental de amor romántico (al que tengo muy poco cariño, por lo que muy gustosamente me centraré en él esta semana). Es el amor insano que busca tener sólo para sí al objeto de idolatría a toda costa. Celos, miedo al abandono… un menú patológico completo.
Pragma es el amor que sabe lo que espera obtener en una relación, el práctico, como su nombre indica. La persona que responde a este perfil suele ser bastante cerebral y poco demostrativa. Tiene claro qué es lo que debe reportarle una relación amorosa y no vacila en tomar las medidas oportunas si se ve enrolado en una pareja que no funciona correctamente, le resulta tóxica o no es del todo satisfactoria. No invierte tiempo y lágrimas en una persona que no quiere estar con él o en una relación que claramente no va a ser la última que tenga.
Y vosotros, ¿de quién sois?
http://lavozdegina.com/
Veo que no fue referenciado el Amor incondicional… aunque entiendo que merece un capitulo aparte, ya que no se trata de un arquetipo ni es nada » Platónico .»
In Lak’ech Lucido!
HALA KEN Adriana !… Un Abrazo.
Me cae bien el pragma.