La destrucción del Santo Templo tiene una extrema relevancia personal. Le ocurrió a usted. Es verdad que quebrar el vaso conmemora primariamente la caída de Jerusalén; sin embargo, también es un recordatorio de otra ruptura cataclísmica —la de su propio templo, su alma.
Antes de que usted naciera, usted y su pareja eran una sola alma.
Entonces, cuando su momento de entrar a este mundo se aproximaba, Di-s rompió esa sola alma en dos partes, una masculina y una femenina. Esas dos medias almas vinieron al mundo con la misión de encontrarse una a otra y reunirse.
En ese momento la división parecía trágica e incomprensible. ¿Por qué crear fragmentación donde una vez hubo algo completo? ¿Por qué romper algo sólo para poder pegarlo? Y si ustedes debían estar juntos, ¿por qué Di-s no los dejó juntos?
Es bajo la jupá, el palio nupcial, que esas preguntas pueden ser respondidas. Con el matrimonio, dos mitades son reunidas, para nunca más partirse. No sólo eso, sino que usted puede mirar hacia atrás, la dolorosa experiencia de estar separado, y entonces celebrar realmente. Pues ahora está claro que la separación lo acercó ahora más de lo que estaba.
Irónicamente, sólo al haber estado desgarrados y viviendo vidas separadas una de la otra que ustedes pudieron desarrollarse como individuos, madurar y crecer. El estar juntos es algo que ustedes deben lograr y elegir, y por lo tanto es profundamente apreciado. Con la feliz reunión en la boda se hace claro que su alma sólo fue dividida para poder reunirla y convertirse en una en un nivel más alto y profundo.
Y así usted rompe un vaso bajo la jupá e inmediatamente dice la fórmula de congratulación ¡Mazal Tov! Porque ahora, retrospectivamente, aun la división de las almas es motivo para estar alegre, porque eso lo ha conectado con la posibilidad de verdadera profundidad y significado.
Vemos una historia paralela en la destrucción del Templo de Jerusalén.
El Templo no era simplemente un edificio, era un lugar de encuentro del cielo y la tierra, lo ideal y lo real, Di-s y la creación. Cuando el Templo se perdió, así ocurrió con la relación abierta entre Di-s y el mundo. Nuestras almas fueron separadas de nuestra Ama Gemela.
El único antídoto para la fragmentación es la unidad. Y la unidad más profunda es experimentada en una boda. Toda boda es una curación, un remendar un alma fragmentada, una reconstrucción de Jerusalén en miniatura. Nuestros Sabios nos enseñan: “Quienquiera celebra con un novio y una novia, es como si hubiera reconstruido una de las ruinas de Jerusalén”. Cuando las almas gemelas se reúnen en un santo matrimonio, una energía de amor y unicidades generada, elevando el mundo y acercándolo un paso más para enmendar su rota relación con Di-s.
Así que ya ve, su historia personal y la historia de la destrucción de Jerusalén están inextricablemente ligadas. La destrucción que ocurrió a Jerusalén, le ocurrió a su alma, y la alegría que usted experimenta ahora, también será experimentada en Jerusalén un día.
Un día, pronto, cuando el Templo sea reconstruido, nuestras almas se reunirán con Di-s, nuestra Alma Gemela, en una verdadera relación que construiremos juntos. Ya no lamentaremos la destrucción, sino que mirando hacia atrás finalmente comprenderemos su propósito, y celebraremos.
Entonces, aun la ruptura merecerá la bendición de Mazal Tov
http://www.es.chabad.org/library/article_cdo/aid/1455920/jewish/Por-que-Rompemos-un-Vaso-en-una-Boda-Juda.htm
Gracias domi, no sabia esto de la historia judia, cuanta complicación, habria que saber a que di-s se refieren.