Ciertos hallazgos arqueológicos como los de los cráneos con extraños agujeros circulares sobre su superficie, ha llevado a algunos investigadores a suponer que hace miles de años, alguien usaba alguna clase de proyectil para abatir a sus víctimas. Aunque existen otras hipótesis al respecto.
El Museo de Historia Natural de Londres alberga un cráneo humano neanderthal que fue descubierto en una caverna en las proximidades de Broken Hill (Rhodesia). La calavera tiene un orificio completamente redondo en su lado izquierdo y otro de idénticas características en el lado opuesto. No hay rastro de grietas radiales, frecuentes cuando la causa del traumatismo ha sido una arma arrojadiza. Una trepanación o una flecha en este cráneo de 40.000 años de antigüedad, no podría producir un orificio tan preciso en el lado izquierdo del cerebro…
Según el legendario escritor de temas astroarqueológicos,Peter Kolosimo, «la cabeza parece presentar el orificio de entrada de un proyectil y, en el lado opuesto, el orificio de salida”. El lado derecho del cráneo del Neanderthal está destrozado completamente y recuerda los cráneos de los soldados muertos por un disparo de rifle. «Es imposible (prosigue Kolosimo) que se trate de las famosas trepanaciones prehistóricas dado que los hombres de Neanderthal jamás efectuaron intervenciones quirúrgicas de ese tipo».
Teoría del canibalismo
Entre los partidarios de la hipétesis de la trepanación los hay que creen que tales agujeros poseían una finalidad culinaria. El periodista argentino Óscar Caballero indica en su
«Libro del Más Acá» cómo algunos de nuestros más lejanos antepasados comían el cerebro de sus prisioneros practicando un agujero circular en sus cráneos.
La ingestión de cráneos humanos tambien es una hipótesis que fue sostenida por el escritor ingés Oscar Kiss Maerth, en su libro «El Principio era el Fin«. El insospechado Origen del Hombre. En esta obra el autor desarrolla su teoría antropológica: La Humanidad evolucionó hacia lo que es hoy en día a partir de simios caníbales. El cabinalismo causó un crecimiento desmesurado de su cerebro. El Homo Sapiens sería un producto de una alteración artificial de la evolución natural al comenzar a practicar los primeros individuos hace unos 400.000 años, la ingesta de cerebros, lo cual producía una estimulación sexual y provocó también el aumento de la inteligencia de esos seres. (escuchar audiolibro aquí). En cualquier caso, creían que de esta forma absorbían las cualidades del fallecido, entre otras razones.
Trepanaciones demasiado precisas
La hipótesis de la práctica de la trepanación también es sostenida por los investigadores. Los motivos de la arriesgada operación fueron probablemente de naturaleza médica y religiosa. La trepanación o perforación artificial del cráneo fue corriente en algunas sociedades primitivas pero por razones no comprendidas todavía. Si consideramos, en los casos que exponemos, que se trata efectivamente de trepanaciones, acciones quirúgicas realizadas con fines curativos, éstas dejarían orificios más grandes y no orificios tan pequeños limpios y precisos.
Otros casos
En el Museo Paleontológico de Moscú se exhibe un cráneo de bisonte con una antigüedad extraordinaria. El bisonte era originario de Siberia donde, según afirma el doctor Kazantsev, elbisonte de Yakutia: «se encuentra un inmenso museo que encierra el testimonio de encuentros cósmicos. Su cabeza muestra un limpio orificio circular en su parte frontal. El agujero, al igual que el cráneo de Rhodesia, no presenta líneas radiales que descartan el impacto de una piedra o maza». Además, los estudios llevados a cabo sobre la cabeza del animal demostraron cómo pese a que el cráneo había sido perforado, el cerebro no resultó afectado y la herida del animal sanó.
Otro ejemplo lo podríamos tener aquí, en España, con el hallazgo de Moià (Cataluña), en la cueva del Toll, donde se encuentra un cráneo Cro-Magnon de aproximadamente 7000 años de antigüedad (a la izquierda), con la misma incisión.
Paleocontacto y civilizaciones avanzadas
Erich von Dániken fue quien abrió la puerta a la posibilidad de que estos hechos estuviesen relacionados con un paleocontacto. Según el escritor: «no cabe la menor duda de que ese tipo de hallazgos demuestra la visita de seres procedentes del espacio desde tiempos remotos. Seres que no renunciaron a hacer uso de sus armas contra homínidos y animales».
En opinión de Kolosimo dos teorías pueden explicar estos extraños orificios: Que existió una civilización tecnológica en un pasado remoto, o nuestro planeta fue visitado por seres procedentes de mundos lejanos.
De momento no contamos con las suficientes pruebas que confirmen ninguna de estás teorías, pero el misterio permanece.
http://elgrancielo.blogspot.com.es/2014/11/el-misterio-de-los-craneos.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed:+blogspot/NXlnr+(El+Gran+Cielo)
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Relacionado
Seguramente el ser humano sufría migráneas desde entonces, aunque quizás no tuvieran tantas razones como nosotros hoy. Por eso recurrieron a la medida desesperada de la trepanación.