«Las marchas y los boicots dieron como resultado la ley de los derechos civiles de 1964», recordó el líder de la Red de Acción Nacional, Al Sharpton, cuando anunció hace unos días que personas de todo el país se reunirían en la capital estadounidense este sábado para protestar por los recientes casos de violencia policial.
La histórica legislación federal garantizó la igualdad del voto, prohibió la discriminación y la segregación racial en escuelas y demás lugares públicos, y marcó un hito hace 50 años en la historia de los derechos civiles de Estados Unidos.
Según Sharpton, hoy en día se requiere de una acción similar para acabar con la brutalidad y el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades, y asegurar que no haya conflicto de intereses entre los policías acusados y los fiscales que presentan los casos en su contra.
«De eso es lo que se trata este 13 de diciembre», dijo el activista y ministro bautista, cercano al presidente Barack Obama.
La marcha en la capital de Estados Unidos ocurre cuatro meses después de las protestas que comenzaron en Ferguson, Misuri, tras la muerte del joven negro Michael Brown el pasado mes de agosto, a manos del policía blanco Darren Wilson quien fue absuelto de cargos por un gran jurado a finales de noviembre.
Tales manifestaciones se han ido extendiendo por otras ciudades del país y agravando en la medida de que se suman nuevos casos de abusos.
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Uno de ellos es el de Eric Garner, el hombre negro de 46 años que murió en Staten Island en julio tras ser estrangulado por el policía de Nueva York Daniel Pantaleo. A principios de diciembre, apenas se conoció que el oficial no sería procesado, las protestas arreciaron.
A la convocatoria de este sábado también asistirán su esposa y su madre, Esaw Garner y Gwen Carr, así como los familiares de Trayvon Martin, el joven desarmado que murió hace dos años al recibir un disparo del vigilante voluntario George Zimmerman en Sanford, Florida.
¿Será posible que estas manifestaciones se traduzcan en logros tangibles en materia de derechos civiles o se desvanecerán sin lograr las reformas que exigen?
La difusión del mensaje
Aunque los manifestantes están demandando asuntos concretos y se han organizado para la ocasión, esta indignación no ha salido de la nada, resalta a BBC Mundo el profesor de sociología de la Universidad de Notre Dame, Rory McVeigh.
«Lo veo como parte de un gran movimiento por los derechos civiles», dice el académico.
En su opinión, detrás de los episodios por los que se ha estado protestando en los últimos meses, hay otros asuntos pendientes como el acceso a los derechos del voto (aún existen muchas limitaciones para que las minorías lleguen a las urnas), la discriminación en el trabajo y la segregación habitacional.
McVeigh, especialista en desigualdad y movimientos sociales, no cree que haya una solución mágica y rápida a los problemas, pero sí considera que se están tomando las primeras medidas. Una de ellas, dice, es el hecho de que unos 50.000 funcionarios policiales comenzarán a portar cámaras de video en sus labores de patrullaje.
«El reto del movimiento ahora será mantener la atención pública», agrega.
Mark Anthony Neal, profesor de cultura popular negra en el departamento de estudios afroamericanos de la Duke University, está seguro de que estas manifestaciones tendrán más efectos concretos.
En conversación con BBC Mundo, Neal aseguró que no había visto este nivel de organización y activismo desde mediados de los años 80, cuando muchos estudiantes universitarios se organizaron para protestar contra las políticas delapartheid, el régimen de segregación racial en Sudáfrica.
El también fundador y editor del blog NewBlackMan sostiene que quienes han estado relacionados con el movimiento de derechos civiles en EE.UU. no veían este nivel de energía en los campus universitarios de las ciudades más grandes desde finales de 1960.
«Siempre ha habido generaciones de jóvenes deseosos de tener su momento. Pero lo que estamos viendo en los últimos años, y en particular en estos últimos dos o tres meses, es un movimiento único, fortalecido. Se trata de una nueva generación de activistas que sabe aprovechar las redes sociales -como Twitter y Facebook- para dar a conocer un mensaje».
Un ejemplo, dice Neal, es cuán útiles se han vuelto las etiquetas (hashtags), para resumir la indignación de la gente y difundirla de manera clara y rápida.
#BlackLivesMatter (las vidas de los negros importan), #ICan’tBreathe (no puedo respirar) y #HandsUpDontShoot (manos arriba, no dispare) son apenas algunas de las que se han vuelto virales rápidamente.
«(Estos jóvenes) saben difundir mensajes sin necesitar de los medios convencionales. Tienen mucho más acceso a las noticias y al contexto internacional. Están más conectados que nunca antes», asegura el analista.
La segregación se mantiene
Pero Charles Gallagher, profesor del departamento de sociología y justicia criminal de La Salle University, no es tan optimista.
Para él, asegurar que las recientes protestas son la base de un nuevo movimiento por los derechos civiles es un capricho o, en el mejor caso, «pensar a través de los deseos».
«Estados Unidos y, en este caso, me refiero al Estados Unidos blanco, tiene sentimientos profundamente opuestos acerca del tema racial, los derechos civiles, la autoridad y las razones por las cuales la gente no es exitosa».
Según Gallagher, la mayoría de los blancos que viven en suburbios considera que los negros que habitan en barrios pobres son criminales hasta que se demuestre lo contrario.
«En cualquier enredo que estos hombres puedan tener con la ley, se asume que son matones desde el principio», dice el académico.
«Los estrangulamientos importan a nivel individual, pero cualquier conversación sobre los vecindarios más pobres que tienen las peores escuelas o el hecho de que los abusos policiales suelan ocurrir en comunidades donde habitan minorías negras o latinas, no forman parte de la agenda nacional», explica.
Aún cuando las leyes de Jim Crow dejaron de existir en 1965, la segregación residencial en Estados Unidos se mantiene. Las diferencias socioeconómicas son apenas algunas de las causas.
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«Los negros y blancos en Estados Unidos no comparten espacios sociales de una manera real y sostenida, a menos de que los primeros pertenezcan a la clase media», dice Gallagher.
«Los estadounidenses blancos creen que si los negros no son exitosos, independientemente de sus condiciones, ellos mismos son los únicos culpables. Nuestro presidente negro ha cimentado esa creencia. Por eso creo que en dos semanas volveremos a las Kardashians».
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/12/141211_eeuu_protestas_derechos_civiles_en