domi Desarrolla tu fuerza de voluntad.

¿Qué es la fuerza de voluntad?

Si tuvieras que calificar tu fuerza de voluntad ¿cuánto te pondrías?

¿Cuánto te gustaría ponerte?

Creemos que cuando no podemos hacer algo es por falta de voluntad y que si no la tenemos, no podemos obtenerla.
Esto es un gran error.

podemos desarrollar y fortalecer nuestra fuerza de voluntad, pero primero tenemos que entender su significado.

<color=»#000000″>La fuerza de voluntad es la capacidad (la energía y el conocimiento) que tenemos para controlar nuestros impulsos y nuestras conductas.
Para dirigir nuestros pasos hacia donde nosotros queremos.

Tener voluntad es lograr llevar a cabo acciones claras, definidas y concretas, basadas en nuestrosdeseos y nuestras decisiones.

Nadie carece completamente de esta capacidad, porque no podría sobrevivir.
No podría encausar su vida, en ningún aspecto.

Imagínate que sucedería si todas las personas que creen que no tiene fuerza de voluntad, se dejaran llevar por sus impulsos.

 

  • Comerían, beberían o fumarían hasta enfermar o morir.

  • Golpearían e insultarían a cualquiera que los hiciera enojar, por lo que vivirían peleándose con todo mundo.

  • Abandonarían a su familia, trabajo y responsabilidades, cada vez que se sintieran presionados o agobiados.

  • Etc.

 


Todos hemos deseado actuar así en algún momento.
Y todos nos hemos controlado la mayor parte de las veces.

Por lo tanto, todos tenemos fuerza de voluntad.
Pero la tenemos en ciertas áreas y en otras no.

En las que no la tenemos, podemos aprender a hacerlo

Los pilares de la fuerza de voluntad.

La fuerza de voluntad está íntimamente relacionada con los siguientes elementos:

  1. Nuestra motivación.

  2. Autoestima.

  3. Tolerancia a la frustración.

  4. Creencias respecto al cambio, éxito y fracaso.


Nuestra motivación.

Para estar motivados es importante que la meta sea importante para nosotros.
Que sea nuestra meta y que sea realista, alcanzable.

La motivación está relacionada con darle valor a lo que hacemos.
Con sentirnos entusiasmados y estar dispuestos a hacer el esfuerzo que se requiere.
Es una actitud ante la vida.

¿Conoces la siguiente historia?

Cuentan que un caballero que se dirigía a Santiago, se detuvo a descansar en Miranda de Ebro.
Mientras reposaba, miraba a tres canteros que realizaban exactamente el mismo trabajo, pero con una actitud muy diferente.

Intrigado, le preguntó al primero:
– Perdone, ¿qué es lo que está usted haciendo?
El hombre le contestó de mala manera:
– ¿No lo ve? Estoy picando piedras.

Entonces, el caballero se acercó al segundo, que trabajaba muy concentrado en su labor y le hizo la misma pregunta.
El cantero se volvió hacia él y con mucha parsimonia le empezó a relatar:
– Está clarísimo.
Pulo las piedras con el cincel y el buril para que puedan ser trabajadas más fácilmente.

Por último, el caballero se dirigió hacia el tercer hombre que silbaba y cantaba mientras picaba las piedras.
Al oír la pregunta, el cantero miró al forastero con una amplia sonrisa y le respondió entusiasmado:
– ¡Estoy construyendo la catedral de Burgos!

¿Con cuál de los tres hombres te identificas?


Una buena autoestima.

Una autoestima alta ayuda a mantener la fuerza de voluntad.

¿Por qué?

Porque si me siento capaz de hacer las cosas, las voy a hacer a pesar de las dificultades.
Si no me devalúo cuando fallo, no le temo a los errores y a los fracasos y éstos no me limitan.


Tolerancia a la frustración.

Tener fuerza de voluntad implica actuar.
Y actuar, significa esfuerzo, progreso y frustración.

Si acepto la frustración como parte de la vida y aprendo a tolerarla y a manejarla, mi fuerza de voluntad no se debilita.


Creencias respecto al cambio, éxito y fracaso.

Nuestros pensamientos, ideas y creencias influyen en nuestras emociones y en nuestra conducta.

Si estoy convencido de que no soy capaz de hacer ciertas cosas, ni siquiera voy a intentar hacerlas.
Si creo que mis errores demuestran que soy un fracasado, ante la posibilidad de no tener éxito me justifico, diciendo que no tengo fuerza de voluntad.

Pero nuestras creencias y estilo de pensamiento pueden estar equivocados y pueden ser cambiados.

Cuando sientes que te falla la fuerza de voluntad, pregúntate a qué crees que se debe.

¿Tal vez no estás motivado, porque no es algo que tú realmente deseas?
¿Quizás consideras que no vale la pena el esfuerzo?
¿Que el costo es mucho mayor que el beneficio?
¿O crees que no vas a poder lograrlo?
Si es así, ¿por qué lo crees?
¿Piensas que no puedes soportar el malestar momentáneo que implica hacer el esfuerzo?
¿Crees que si no lo logras, vas a ser criticado por los demás o por ti mismo?
¿No sabes cómo hacerlo?

Analiza estas y otras posibles opciones y descubre la causa real que te está impidiendo realizar el esfuerzo necesario para lograr tus metas.

Con frecuencia, tenemos ciertas opiniones y criterios equivocados y un estilo de pensamiento parcialmente incorrecto, que nos impiden lograr nuestras metas y mejorar nuestra calidad de vida.

Pero estos obstáculos tienen solución.
Podemos vencerlos.

Adopta una actitud positiva.
Confía en que sí puedes lograr lo que te propongas.
Sólo tienes que aprender a vencer dichos obstáculos.

No te regañes por lo que no has hecho.
No busques ejemplos que demuestren que, como no lo has logrado en el pasado, no lo vas a lograr en el presente o en el futuro.

Recuerda que tu conducta es resultado de lo que has aprendido.
Todo aprendizaje puede ser substituido por uno nuevo.

No confundas la fuerza de voluntad con el sacrificio y el sufrimiento que piensas que ésta implica.

Para aprender una conducta o un nuevo hábito, tenemos que practicar, equivocarnos, corregir los errores y seguir practicando.

Todos tenemos facilidad para hacer algunas cosas y dificultad para otras.
Lo importante no es hacer sólo lo fácil.

Lo verdaderamente importante, es hacer lo que necesitamos para estar mejor.
Las cosas son difíciles cuando no sabemos hacerlas y se vuelven fáciles cuando aprendemos a realizarlas.

http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/fuerza-de-voluntad.html

 

3 comentarios en “domi Desarrolla tu fuerza de voluntad.

  1. ¡Avanti!

    Para Don Félix J. Tettamanti

    Si te postran diez veces te levantas
    Otras diez, otras cien, otras quinientas…
    No han de ser tus caídas tan violentas
    Ni tampoco, por ley, han de ser tantas.

    Con el hambre genial con que las plantas
    Asimilan el humus avarientas,
    Deglutiendo el rencor de las afrentas
    Se formaron los santos y las santas.

    Obsesión casi asnal, para ser fuerte,
    Nada más necesita la criatura,
    Y en cualquier infeliz se me figura
    Que se rompen las garras de la suerte…

    ¡Todos los incurables tienen cura
    Cinco segundos antes de la muerte!

    ¡Piú avanti!

    No te des por vencido, ni aun vencido,
    No te sientas esclavo, ni aun esclavo;
    Trémulo de pavor, piénsate bravo,
    Y arremete feroz, ya mal herido.

    Ten el tesón del clavo enmohecido,
    Que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;
    No la cobarde intrepidez del pavo
    Que amaina su plumaje al primer ruido.

    Procede como Dios que nunca llora,
    O como Lucifer, que nunca reza,
    O como el robledal, cuya grandeza
    Necesita del agua y no la implora…

    ¡Que muerda y vocifere vengadora,
    Ya rodando en el polvo tu cabeza!
    ———————————————-
    Estos son dos de los «Siete sonetos medicinales» que el poeta argentino Pedro Bonifacio Palacios publicó bajo el seudónimo de:ALMAFUERTE.
    Creo que son compatibles con esta entrada.

    1. Gracias Ramón, me encantan esos poemas; hay un cuento en tres partes que leí en un blog de su país y se refiere a los guerreros. Gracias Juan; no lo conocía, saludos a ambos.

  2. En la brecha
    [Poema: Texto completo.]
    José de Diego

    ¡Ah desgraciado si el dolor te abate,
    si el cansancio tus miembros entumece!
    Haz como el árbol seco: reverdece
    y como el germen enterrado: late.
    Resurge, alienta, grita, anda, combate,
    vibra, ondula, retruena, resplandece…
    Haz como el río con la lluvia: ¡Crece!
    Y como el mar contra la roca: ¡Bate!

    De la tormenta al iracundo empuje,
    no has de balar, como el cordero triste,
    sino rugir, como la fiera ruge.

    ¡Levántate!, ¡Revuélvete!, ¡Resiste!
    Haz como el toro acorralado: ¡Muge!
    O como el toro que no muge: ¡Embiste!

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