La economía mundial sigue sin despegar. El Fondo Monetario Internacional (FMI), que en enero de 2014 vaticinaba una fuerte recuperación global, fue moderando su optimismo a lo largo del año.
En su último informe bajó sus predicciones de crecimiento mundial en 2014 a un 3,3% (0,4% menos que en abril) y a 3,8% en 2015.
Las estimaciones privadas son aún más pesimistas.
Goldman Sachs calcula un 3% para el año saliente y 3,4% para el entrante. La Unidad de Inteligencia (EIU) del semanario británico «The Economist», habla de un 2,2% y un 2,9%.
«Comparado con antes del estallido financiero de 2008, no es alentador», señaló a BBC mundo Mike Jakeman, analista global del EIU.
«La realidad es que estamos empezando 2015 con la misma pregunta que nos hicimos en 2013 y 2014: ¿será este el año del despegue? Estimamos que 2015 será mejor, pero nada más».
El petróleo
Una diferencia con años previos es que 2015 comienza con un precio del petróleo a casi la mitad del año previo.
A mediados de diciembre el barril se situó por debajo de los US$65 y, según muchos analistas, podría descender a US$50 en la primera mitad de 2015.
Esta tendencia es negativa para exportadores como Rusia, Ecuador y Venezuela, para la cotización de las petroleras y los balances de bancos expuestos a estas compañías, pero a nivel global tiene un efecto positivo.
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En los 70 y 80 el alto precio del petróleo produjo crisis globales. A fines del siglo 20 y principios del 21, con precios bajos, hubo crecimiento global. Lo deseable, pues, es que se mantenga en los actuales niveles.
Pero el petróleo no es una varita mágica: la economía global no depende únicamente de su precio.
«Nuestro cálculo es que por cada 10 centavos de dólar que baja el precio, crece la economía global en un 0,1%. Si el precio se mantiene en estos niveles el crecimiento adicional global será del 0,3%. Es un factor positivo, pero no resuelve todos los problemas económicos globales. Incluso en una zona importadora neta del recurso como la Eurozona puede tener un efecto deflacionario contraproducente», indicó Jakeman a BBC Mundo.
Europa
Los países de la Unión Europea (UE) que manejan el euro como moneda única son una de las claves del desempeño global. Lo ideal para la recuperación mundial de la economía es que salga de la crisis y empiece a crecer.
Nuestro cálculo es que por cada 10 centavos de dólar que baja el precio, crece la economía global en un 0,1%. Si el precio se mantiene en estos niveles el crecimiento adicional global será del 0,3%. Es un factor positivo, pero no resuelve todos los problemas económicos globales
En 2014 la eurozona apenas evitó la recesión. En noviembre la misma Comisión Europea bajó las predicciones de crecimiento para 2015 de 1,7% a 1,1%.
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Uno de los mayores peligros que enfrenta el bloque es la deflación, una caída contínua de los precios que posterga el consumo a la espera de un abaratamiento de los productos, conduciendo a quiebras empresarias y desempleo.
La Eurozona tiene la tasa de interés más baja de su historia (0,2%) y ha iniciado lentamente un proceso de flexibilización monetaria, equivalente a una moderada emisión de dinero, para estimular el consumo, pero nada parece dar resultado.
«La baja del petróleo tiene un efecto contraproducente porque va a contribuir a la deflación de los precios. Y no se sabe qué impacto tendrá una emisión monetaria porque, a diferencia de Estados Unidos, no se ha llevado adelante con la dimensión y la velocidad necesarios», señala Jakeman.
A este incierto panorama económico se le añade otro más impredecible a nivel político.
La elección anticipada en Grecia a fines de enero podría dar una victoria a la coalición de izquierda- antiausteridad Syriza que muchos analistas consideran que llevaría al país a abandonar el euro.
«Syriza no promueve la salida del euro, pero su programa económico lo vuelve inconciliable con la política dominante en la eurozona. A esto se suma que 2015 es un año de elecciones en países de la Unión Europea que pueden dar paso a gobiernos inestables», señala Jakeman.
A los comicios en dos países periféricos de la eurozona como Portugal y España (que tiene en Podemos un potencial equivalente de Syriza), se suman inciertas elecciones en países de la UE que han mantenido la moneda nacional como el Reino Unido y Suecia.
Estados Unidos
A diferencia de la UE, Estados Unidos está experimentando una fuerte recuperación económica.
En el segundo trimestre de 2014 Estados Unidos creció a un 4,6% y en el tercero un 3,5%. La economía mundial se beneficiaría de una repetición de este desempeño en 2015.
«Creemos que va a seguir creciendo a este paso. En cada mes de los últimos 10 meses Estados Unidos ha creado más de 200 mil puestos laborales. Esto es muy importante en una economía en la que el consumo doméstico representa un 70% del PIB», señala Jakeman.
Este mayor optimismo económico ha hecho que el gobierno diera por terminado en 2014 el programa de flexibilización monetaria iniciado poco después de la caída de la firma financiera Lehman Brothers en 2008.
Como cada vez que «Estados Unidos estornuda, el mundo se resfría», este cambio de política monetaria está teniendo un fuerte impacto en los países en desarrollo.
Uno de los ejemplos más sonados es la cotización del Real brasileño que cayó en un 40% respecto al dólar en los últimos seis meses.
«La apreciación del dólar continuará, porque la expectativa es que Estados Unidos aumentará las tasas de interés en 2015 con lo cual mucho capital que estaba en los países en desarrollo regresará a Estados Unidos. Esto va a afectar la cotización de la moneda de estos países como ya se vio en 2013, cuando se empezó a hablar del tema. Pero no habrá caos financiero porque ha sido un proceso gradual que ha permitido un acomodamiento de los distintos actores», opina Jakeman.
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China y América Latina
Con Japón sumido en una nueva recesión, China se ha afianzado como segunda economía mundial. Al mismo tiempo ha cambiado su modelo de crecimiento de uno basado en las exportaciones a otro más equilibrado entre las ventas externas y el consumo interno.
El precio de este cambio es que, en vez del crecimiento de dos dígitos, el PIB chino aumentará «solo» un 7,3%. Y mientras no baje de los 7 puntos, China seguirá siendo uno de los motores de la economía global.
Sin embargo, algunos analistas temen un «aterrizaje forzoso» con una caída de más de tres puntos que generaría fuertes tensiones políticas y económicas.
Según esta visión, el excesivo estímulo estatal aplicado tras la crisis de 2008 ha generado una insostenible deuda bancaria e inmobiliaria que va a terminar en una cadena de bancarrotas, equivalente a la hecatombe «subprime» de Estados Unidos en 2007-2008.
Según John Ross, economista senior del Instituto Chongyang de la Universidad Renmin de Pekín, este análisis no toma en cuenta el funcionamiento real del sistema financiero chino.
América Latina tendría que estimular más el consumo doméstico para hacer frente tanto a la baja de los commodities como al alza de las tasas de interés en Estados Unidos
«Es un sistema financiero estatal. El sector estatal le está prestando al sector estatal: deudor y acreedor son los mismos. La realidad es que hace 20 años que se anuncia un derrumbe chino y no ocurre. El debate real en China hoy es si conviene crecer a un 7,5% o a un 7%. Esto no es una crisis», indicó Ross a BBC Mundo.
Buena noticia para los países latinoamericanos que crecieron en la última década de la mano del aumento de las materias primas y la inversión china.
Si bien el precio de los commodities ha bajado en los últimos 18 meses, todavía está a un alto nivel.
Según la CEPAL América Latina duplicará en 2015 su crecimiento del 1,1% al 2,2%.
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El EIU, que es un poco más optimista en su estimación (2,6%), señala que la región tendrá que intensificar el uso de alternativas económicas para compensar las nuevas condiciones internacionales.
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«América Latina tendría que estimular más el consumo doméstico para hacer frente tanto a la baja de los commodities como al alza de las tasas de interés en Estados Unidos», concluye Jakeman.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/12/141217_economia_recuperacion_2015_finde2014_yv