Las historietas y dibujos animados –conocidos en Japón como manga y anime– son famosos y populares en todo el mundo. Pero algunos contienen imágenes que muestran a menores en escenas sexualmente explícitas. ¿Por qué el gobierno nipón decidió no prohibir este material?
Es un domingo por la tarde en la capital japonesa, Tokio, y la exhibición Sunshine Creation está repleta. Miles de fans de historietas japonesas o manga, principalmente hombres, hojean algunas de las múltiples revistas a la venta.
Por todas partes se ven los coloridos posters de heroínas con ojos enormes y cuerpos de proporciones exageradas, muchas de ellas con muy poca ropa.
«Esta sección está dedicada a las creaciones sexuales», me explica Hide, uno de los organizadores del evento.
Nos detenemos ante una mesa con revistas que llevan en la tapa imágenes de chicas en topless. En mi opinión los dibujos representan jovencitas en los primeros años de la adolescencia, o incluso antes, y las historietas las muestran en actos sexualmente explícitos.
En otros stands se ven publicaciones similares. Vender este tipo de material sería probablemente ilegal en Reino Unido, Australia o Canadá, pero aquí nadie parece preocuparse.
«Lolita complex»
«Todo el mundo sabe que el abuso de niños es algo malo», dice Hide. «Pero tener emociones de ese tipo es algo que puede hacerse libremente. No está prohibido disfrutar imaginando situaciones sexuales con menores».
Su franqueza me toma por sorpresa. Hide me explica a continuación el término «Lolicon», una abreviación de «Lolita complex» o complejo de Lolita. Con este nombre se designa al manga que muestra jovencitas en situaciones sexualmente explícitas.
Puede tratarse de incestos o violaciones, aunque Hide prefiere personalmente las historietas con romances adolescentes.
«Me gustan las creaciones sexuales con jovencitas. Lolicon es simplemente uno de mis muchos hobbies».
Le pregunto qué piensa su esposa, que está a su lado, sobre su «hobby».
«Probablemente no ve ningún problema, porque a ella le gustan las historias de jovencitos interactuando sexualmente», responde.
Las publicaciones de contenido sexual son una parte ínfima de la enorme industria del manga, que genera cerca de US$3.600 millones en ventas cada año. Pero este material no cesa de atraer atención y controversia.
En junio de 2014, el parlamento japonés prohibió la posesión de fotos reales de abuso sexual de menores. La producción y distribución de estas imágenes ya habían sido declaradas ilegales en 1999, pero Japón fue el último país de la OCDE en prohibir la posesión.
También hubo llamados para que se prohibieran las imágenes de manga, anime y videojuegos que muestren abuso sexual de personas que aparentan tener menos de 18 años.
Pero luego de un largo debate, el parlamento japonés decidió no introducir una prohibición del abuso «virtual». La decisión fue condenada por ONGs y organizaciones de defensa de los derechos de los niños, especialmente fuera de Japón.
Una pista para comprender la decisión del parlamento es que Hide no tuvo ningún problema en contarme su «hobby» minutos después de conocerme.
Si bien el manga con imágenes sexuales de niños pequeños sí parece llevar un estigma, los materiales de contenido sexual que muestran adolescentes parecen no generar demasiada controversia.
Los parlamentarios japoneses aparentemente quisieron evitar que potencialmente millones de fans del manga fueran considerados criminales.
Hide y otros entusiastas aseguran que no dañan a nadie al disfrutar fantasías.
De la fantasía a la realidad
Pero ¿está tan claro siempre el límite entre la realidad y la fantasía?
El distrito de Akihabara es el hogar spiritual del manga y está lleno librerías y tiendas con secciones para adultos, con acceso exclusivo para mayores de 18 años, en los que pueden hallarse mangas con títulos como «Violación junior» o «Habitación preadolescente japonesa»
«La gente siempre está buscando algo nuevo y a algunos les excita ver imágenes de jovencitas inmaduras», dice Tomo, uno de los vendedores.
Esta es una de las grandes preocupaciones de los críticos, que aunque nadie resulte afectado por una imagen virtual, estos dibujos lleven al aumento de abusos reales.
Nadie sabe si esto es efectivamente así y las investigaciones sobre el tema son inconclusas.
Pero muchos en Japón, particularmente las mujeres, señalan que estas imágenes dejan en evidencia una sociedad que acepta la pornografía extrema, la degradación de los menores y las mujeres.
LiLy, una popular escritora de libros para jovencitas, me cuenta que cuando era adolescente algunos hombres se acercaban a ella y sus amigas para ofrecerles dinero a cambio de sus medias o ropa interior.
Para LiLy, eso ese «perverso». La fascinación con la sexualidad adolescente, asegura, «es en el fondo una cuestión del poder que buscan los hombres que están cansados de las mujeres fuertes e independientes».
El modelo de familia del tiempo de los padres de LiLy aún es fuerte en Japón, un padre que gana dinero y una madre que se queda en casa.
Pero muchos hombres no tienen éxito en su trabajo y «de pronto recurren a las fantasías de Lolicon. Odio esto, quiero que mi país deje de involucrar a los niños en esas imágenes, aunque sean virtuales».
Pero otros creen que el gobierno debe tener límites.
«A mí tampoco me gustan estas imágenes. Pero no tengo el derecho de decirle a la gente qué debe pensar. No debemos darles a las autoridades el poder de controlar lo que piensa la gente», señaló Dan Kanemitsu, traductor de manga y defensor de la libre expresión.
Aún en el caso de imágenes con dibujos de incestos o violaciones, Kanemitsu pregunta «¿por que habríamos de condenar una fantasía si no viola los derechos de otras personas?».
El «Junior Idol», la burla de la prohibición
Kazuna Kanajiri, que trabaja en una organización defensora de los derechos de los niños, me llevó a una tienda en Ahihabara. Subimos una escalera y llegamos a una habitación llena de DVDs.
Kazuna me muestra una con imágenes reales de una niña de cinco años, vestida con un traje de baño diminuto haciendo gestos y en posiciones que me recuerdan la pornografía adulta.
Todos los otros DVDs también tienen grabaciones de niños reales.
«Estos niños me dan pena», dice Kanajiri.
Estos videos, conocidos como «Junior Idol» se volvieron populares cuando se prohibió la producción de pornografía infantil en 1999. Las grabaciones burlan la prohibición de la ley ya que no muestran genitales, pero Kanajiri asegura que también son ilegales luego de una reforma legal que volvió más estricta la norma el año pasado.
«Esto es completamente ilegal, pero la policía no actúa».
Kanajiri y otros defensores de los niños dicen que por ahora concentran sus energías en proteger niños en situaciones reales, pero esperan que se prohiba el manga o anime que contenga imagines sexualmente explícitas de menores.
«Para las Olimpiadas de 2020 en Japón debemos transformar a este país en una nación que no pueda ser acusada de tener una cultura pervertida».
Es la descripción que los partidarios de manga rechazan enérgicamente. Pero a medida que se aproximan los Juegos Olímpicos, los ojos del mundo se enfocarán en Japón, ejerciendo una poderosa presión sobre el manga y el anime para que se parezcan más a lo que la gente ve agradable y divertido de Japón más que de lo raro de él.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/01/150108_sociedad_japon_comics_pornografia_infantil_ng
Gracias domi, de la fantasia a la realidad hay un paso, la acción, si esta degradación se sigue permitiendo es porque alguien o varios poderosos lo permiten, o miran y otros miran hacia otro lado, por algo será.