Nuestra «santidad barata» de cada día…

¡SIN SANTIDAD NADIE VERÁ AL SEÑOR!!¡Cuántas veces escuchamos eso, o hasta lo vimos en letras de madera grabado en los altares de nuestras iglesias! Esa frase era como el «cuco» de los cuentos que de niños nos contaban. Pero, ¿que significaba eso de «santidad»? Quienes sean honestos y honestas estarán de acuerdo conmigo en que se referían al tipo de «santidad» que se resolvía con un par de «pesos»… o sea, cambiando la tienda donde comprabas la ropa; comprando faldas largas; T-shirts blancas con algún emblema cristiano; o alguna buena guayabera, o camisa manga larga de botones en el caso de los hombres. Con eso estabas casi sant@… Entonces, un par de «Gillettes» para quitarse esos pecaminosos pelos de la cara; aunque no había problema, pues podías utilizar las de tu esposa que ya no tendría que afeitarse los vellos de las piernas… ¡ah! Y no podías olvidar una Biblia de carpeta resistente al sudor de las axilas porque cargarla debajo del brazo también te haría santo; y un paquete de moños para que las mujeres anden con su cabello recogido. En fin, el tipo de santidad que te costaría baratita, un par de «pesos». Pero, ¿es esa santidad barata a lo que se refieren los escritores de la Biblia?

Hebreos 12:14 dice así: «Sigan la paz con todos; y la santidad sin la cual nadie verá al Señor». Pues permítanme aclarar algunas cosas. Santidad no es sinónimo de perfección. Hay un sentido de ser infalibles (o sea, sin falla) en nuestro ideal de santidad; sin embargo nada más lejos de la verdad. La palabra original en griego para santidad es «jaguios» y perfección sería «telos». Ahora bien, «telos» significa literalmente algo que es llevado hasta la madurez o que es completado. Nuestro término en español telón proviene de esta palabra griega. Por lo tanto, ni siquiera el concepto perfección en el vocabulario bíblico se acerca al concepto de infalibilidad que para nosotros representa la perfección. Entonces, ¿qué significa santidad?

En términos del Dios Santo, el «jaguios» («kadosh» en hebreo) implica que es el absolutamente Otro. Muestra un Dios trascendente en una dimensión totalmente opuesta al ser humano. Precisamente, es en esa distinción que radica su santidad. Sin embargo la santidad de Dios invita a los seres humanos a entrar en esa dimensión divina, a participar de su Divinidad en la santidad. Es ese el llamado del libro de Levítico: “Sean santos porque yo soy santo” (Levítico 11) Es la invitación del “Otro” a que seamos “otr@s” con El…

En las tradiciones sacerdotales del Levítico, la santidad tiene una prioridad cúltica y de pureza. Implica que el «absolutamente Otro» demanda separación, dedicación y consagración. Un ejemplo de esto es los utensilios que se utilizaban en el Tabernáculo y en el Templo. El aceite, el incienso, los instrumentos, aunque fuesen comunes y corrientes, al ser santificados para el servicio de los misterios divinos se convertirían en absolutamente otra cosa también… ¿Más sencillo? Un día me fuí a jugar tenis con mi amigo Eddie. Tenía una raqueta y unos tenis muy costosos. Me dejó saber que su padre le había regalado ambos. El papa de Eddie trabajaba en una empresa de recogido de desperdicios, y tenía varios hijos e hijas, por lo cual despertó mi curiosidad. Al preguntarle al respecto me indicó que la ruta en que trabajaba su padre era el área de Ocean Park. En esta urbanización viven personas muy acomodadas económicamente y lo que puede ser basura para ellos, para muchas personas podría ser algo bien valioso. Este padre veía en la basura cosas valiosas para sus hijos e hijas. La santificación de Dios en nuestra vida significa que al igual que el papa de Eddie, Dios ve en los seres humanos rechazados y sin aparente valor algo sumamente valioso y lossepara para Sí… Participar de la santidad implica estar separado para / tener un cambio de identidad y de función en la vida; o sea, mi definición personal: SER DIFERENTE, SER “OTRA COSA”…

Con el pasar del tiempo en el mundo bíblico, el ser diferente o santo, se convirtió en mera experiencia cúltica, ritual (Esto no debe asombrarnos pues también hemos reducido la santidad a una mera cuestión de apariencia). Jesús intenta rescatar su verdadero sentido. Algunos textos como Marcos 7:10-13, en el cual denuncia que se considere ofrendda santa aquello con lo que se podría ayudar a los padres en necesidad. O, como el verso 15,donde protesta contra la falsa santidad cuando dice: “no lo que entra al hombre, sino lo que sale de su corazón es lo que lo contamina”; porque del corazón salen las verdaderas intenciones. Con muchos otros textos podríamos afirmar que el modelo de Jesús es que ser santos, es ser diferentes, demostrado no a través de rituales y conceptos de pureza; sino una santidad activa, de vida, de relaciones humanas. Una santidad dinámica y no estática; positiva y no negativa. Esto significa “virar la tortilla”.

Por ejemplo tomemos los famosos Diez Mandamientos. Algunos de los mandamientos están presentados en un aspecto negativo: no matarás, no adulterarás, no robarás, etc. Pero si “viramos la tortilla” con el modelo de Jesús, diríamos que para ser sant@s, no solo: no matarás; sino que llegamos a un  nivel de verdadera santidad cuando traspasamos el aspecto negativo y lo convertimos en positivo, esto es, no matarás; pero ofrecerás vida. Mucha gente no ha matado a otro ser humano pero ha matado muchos sueños e ilusiones de algunas personas. Somos diferentes, santos, cuando damos vida a los sueños e ilusiones de muchos y muchas que los han perdido en el camino. Muchas personas no roban pertenencias materiales pero roban la dignidad, la posición y hasta tratan de robar la «imagen de Dios» de muchos y muchas. Ser santos implica devolver esa dignidad y la convicción de ser imagen y semejanza del Creador a aquellos y aquellas que lo necesiten. No adulterar, pero además trabajar incansablemente por la felicidad de la pareja que ha decidido ser uno con nosotros y nosotras y entregarnos en cuerpo y alma. No dar falso testimonio, pero hablar siempre bien de nuestro prójimo y con nuestras palabras edificar y bendecir…

El texto de Hebreos 12 apunta a este tipo de santidad. La estructura del texto debe ser un paralelismo hebreo; esto es, afirmar una misma cosa con distinto términos. Este paralelismo es muy común en la literatura hebrea, sobre todo en los Salmos. Por lo tanto seguir la paz con todos y vivir en santidad sería un paralelismo, o sea, una misma cosa. Es en las relaciones humanas que se mide nuestra santidad. (¿No es eso lo que propone el «fruto del Espíritu»: mejores relaciones humanas?) Mis herman@s, perdónenme esta y algunas más, pero la «santidad barata» es la fácil, Dios espera más de tí y de mí; que seamos diferentes y que se demuestre en la manera en que trato a la gente que me rodea, eso es ser sant@s…

Que hoy podamos ver al Señor… en la gente que nos rodea… que necesita saber lo que es la santidad según Jesús…

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2 comentarios en “Nuestra «santidad barata» de cada día…

  1. Gracias Domi por haber publicado este blog, me gusta escudriñar las escrituras pues te revelan cosas que si no las escudriñas no las puedes aprender y aprehender.

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