La fusión, que ya fracasó en 2020, se produce con una bajada de tipos de interés en el horizonte que dejará de alimentar los márgenes que han llevado a los bancos a tener resultados récord
El sector bancario español lleva casi tres años sin grandes fusiones, tras las integraciones de Unicaja y Liberbank y de Caixabank y Bankia. Años de una tranquilidad relativa, marcada por el alza de los tipos de interés, que ha permitido a los bancos registrar beneficios récord trimestre tras trimestre.
Ahora, casi a la mitad de 2024, BBVA y Sabadell vuelven a sentarse a negociar una fusión que ya se plantearon en plena pandemia y que, al final, no acabó de materializarse. A un lado de la mesa, el banco presidido por Carlos Torres, con Onur Genç como consejero delegado. Al otro, el encabezado por Josep Oliu, con César González-Bueno como CEO.
Analizamos las claves de este movimiento corporativo que, si se concreta, volverá a cambiar el panorama bancario en España.
¿Qué sabemos hasta el momento?
De momento, no mucho, salvo que van a sentarse a hablar. Los dos bancos comunicaron a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a mediodía del martes, que se abre un plazo de diálogo, que no se sabe cuánto va a durar. La propuesta de fusión ha partido de BBVA, que ha trasladado a su rival su “interés” por “explorar una posible fusión”. Una invitación a la que Banco Sabadell respondió abriendo la puerta. Su consejo de administración “analizará adecuadamente todos los aspectos de la propuesta”, asumió.
De entrada no es una negociación entre iguales. El valor en bolsa de BBVA ronda los 60.000 millones de euros, a pesar de que los inversores han castigado la acción tras conocerse la negociación de la fusión. En cambio, el Sabadell está ligeramente por encima de los 10.000 millones. El BBVA genera la mayor parte de su negocio fuera de España. En el caso de Sabadell es lo contrario. Como ejemplo, en el primer trimestre del año, el banco encabezado por Carlos Torres ganó 2.200 millones de euros. De ellos, 725 millones corresponden a su país de origen. En cambio, en el caso de Sabadell, de los 308 millones de euros que ganó en los tres primeros meses del año, 263 millones los aportó España.
Tras el anuncio, las reacciones políticas. El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, tira de prudencia porque cree que hay que esperar a ver si las negociaciones “fructifican o no” y en qué términos. “No solo hay que fundamentar y fomentar que el sector siga teniendo esos buenos niveles de rentabilidad y de solvencia”, sino que también es “importante” que el sector financiero tenga “una situación competitiva” y que será la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) la que “velará para que esto así sea”.
En cambio, el portavoz de Economía y Hacienda del grupo parlamentario de Sumar, Carlos Martín Urriza, considera que la “CNMC y el Ministerio de Economía deben impedir esta fusión” porque “se acumulan muchas pruebas del empeoramiento del servicio bancario y el aumento de su precio como resultado de la elevada concentración”, apuntó en la red social X. También citó como punto en contra de una posible operación la menor remuneración de los depósitos en España respecto a otros mercados europeos. “Esta fusión eleva también el riesgo sistémico para el contribuyente que padece los bancos menos capitalizados de toda la eurozona”, ahondó.
También ha opinado el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, quien se ha mostrado “cauteloso” ante una posible fusión, aunque ya ha ofrecido que la sede una futura entidad esté en Alicante, donde está ubicada Sabadell, tras su marcha de Catalunya en 2017.
¿Por qué fracasaron las anteriores negociaciones?
Tampoco es que el diálogo entre los dos bancos empiece de cero, porque BBVA y Sabadell ya se plantearon la fusión en plena pandemia, en 2020. Cuando rompieron, justificaron que no fructificó porque no se pusieron de acuerdo sobre el canje de acciones. En concreto, se justificó que Sabadell pedía un precio de 0,50 euros por acción –casi un 20% más de lo que valía entonces en bolsa– lo que conllevaba un precio de casi 2.500 millones de euros. Ahora, su acción ronda los 1,80 euros.
“En los últimos cuatro años, las acciones del Banco Sabadell se han multiplicado aproximadamente por cinco y han subido alrededor de un 60% en lo que va de año”, apunta en su análisis Filippo Maria Alloatti, responsable de Crédito Financiero de Federated Hermes Limited. “Esto hace que el nuevo intento de adquisición sea mucho más caro”.
También hay diferencias internas, en las mesas de negociación. Desde 2021, el primer ejecutivo del Sabadell es César González-Bueno, que sustituyó a Jaime Guardiola.
“Por aquel entonces, BBVA quiso aprovecharse de la mala situación que atravesaba la entidad catalana, que se le acusaba de tener una red comercial envejecida, falta de digitalización, mucha exposición al crédito de pymes y una filial británica en pérdidas”, explica Joaquín Robles, analista de de la firma XTB. “Pero desde entonces la situación ha cambiado mucho, la exposición a crédito empresarial se ha convertido en una fortaleza con la subida de los márgenes de interés, ha realizado varios programas de reducción de costes y su filial británica ya es rentable”, añade en referencia a TSB.
¿Tienen algo que ver los tipos de interés?
Sí, tiene que ver. La subida de los tipos de los últimos años ha sido el gran motor de los bancos para engordar sus márgenes y sus cifras de beneficio, más aún cuando las entidades españolas están entre las que menos pagan por los depósitos de toda la eurozona. Las bajadas ya están en el horizonte, aunque no estén tan cerca como se pensaba ni vayan a ser tantas este año como se creía. Y, si bajan los tipos, las herramientas de los bancos para mantener esa rentabilidad se hacen más pequeñas.
“A medida que nos acercamos lentamente a las primeras posibles bajadas de tipos del Banco Central Europeo y del Banco de Inglaterra, la consolidación en todo el sector ganará protagonismo. Ya se han anunciado dos fusiones y adquisiciones en el Reino Unido: Virgin Money y Nationwide, y Coventry Building Society y The Co-operative Bank”, enumera Filippo Maria Alloatti.
“La banca ha visto como la subida de los tipos de interés le ha permitido incrementar notablemente sus beneficios”, apunta en su análisis Joaquín Robles. “Ante la dificultad para crecer tanto orgánica como orgánicamente, la mayor parte de las entidades ha optado por dar valor a los accionistas a través del pago de dividendo o de programas de recompra de acciones”. Ahora, otra forma de darle valor sería, a través de una integración, con la reorganización y reestructuración interna que eso conlleva.
¿Cómo quedaría el panorama bancario con otra fusión?
Sería un suma y sigue. Tras la fusión de Caixabank y Bankia, el 70% del negocio bancario pasó a manos de cinco grandes entidades. Una concentración que ha derivado en una reestructuración de la red comercial y en menos sucursales.
Es obvio que el negocio está en menos manos. Ya antes de esta posible operación, la concentración de los últimos años ha hecho que solo cuatro entidades gestionen dos tercios de los depósitos en España.
Al igual que ha sucedido en otros sectores, como en las ‘telecos’ o las empresas energéticas, cada vez hay menos operadores. En la banca, España tiene el segundo sector financiero que más se ha concentrado tras la crisis de 2008. El porcentaje de activos en manos de los cinco grandes bancos –Caixabank, Santander, Bankinter y los dos que negocian, BBVA y Sabadell– creció en más de 30 puntos en los 14 años siguientes a la crisis financiera. Algo que solo ha superado Grecia.
“En este caso, más que fusión entre iguales, parece que estamos más bien ante una toma de control en la que el pez grande se come al pequeño”, asegura Ricardo Zion, profesor de EAE Business School.
¿Qué pasará con las plantillas?
En todas las fusiones sufre el empleo, aunque todas las entidades siempre digan cuando se unen que se va a minimizar el impacto. En este caso, Sabadell tiene cerca de 14.000 personas en plantilla en España; y BBVA, alrededor de 28.000.
“Lo que se busca en este tipo de operaciones es alcanzar sinergias, que siempre acaban redundando en la salida de empleados”, afirma Ricardo Zion. “En la fusión de Caixabank con Bankia pudimos ver que sobraban unos 6.000 empleados que fueron al ERE. En este este caso, viendo las cifras, podríamos estimar que hablamos de unos 4.000 empleados afectados”, calcula. “Obviamente se van a llevar a cabo cierre de oficinas y en servicios centrales también habrá duplicidades, por ejemplo, en Recursos Humanos, Finanzas, Tesorería”, enumera, “por lo que va a llevar a la pérdida de empleo”.
Los sindicatos ya comienzan a posicionarse. CCOO reclama que “en un contexto en el que ambas entidades han obtenido unos resultados de récord y remunerado de forma excelente a los accionistas”, resulta “imprescindible” que si hay fusión “se articule un acuerdo laboral que proteja las condiciones laborales y el empleo de las dos plantillas, con unos objetivos claros”. Ahí cita que se den “garantías de empleo, salidas voluntarias si se plantean excedentes, preservación y mejora de las condiciones salariales y laborales y un proyecto de empresa con viabilidad futura”. Además, recuerdan que los bancos están en pleno proceso de negociación salarial con la plantilla, después de la huelga de mediados de marzo que secundó el 75% de las plantillas.
https://www.eldiario.es/economia/claves-entender-bbva-sabadell-vez-si-fusionar_1_11332774.html