Aida. Ayudar a sanar a los demás: ¿se puede?

Muchas personas en la actualidad desearían poder sanar a los enfermos, quitarles el dolor, la limitación, la enfermedad. El querer sanar a los demás puede ser algo noble desde un punto de vista, y hay muchas corrientes y propuestas alternativas que intentan enseñar que uno puede sanar a los enfermos o lisiados ya sea por medio de las manos (como el reiki) o con la terapia del theta- Healing, o con otras corrientes o propuestas.

Aunque el cuerpo tiene el potencial de la sanación, habría que considerar el por qué deseamos sanar, y la función primordial de un sanador. Lo primero que debe hacer un sanado es no entender la enfermedad como un “mal”. Si la entiendes así, entonces estas en un pensamiento muy limitado. La enfermedad, desde un punto de vista evolutivo, está ahí porque el enfermo o la persona limitada ha de aprender algo de su enfermedad. El dolor, la carencia y la limitación son grandes maestros que nos enseñan una larga lista de cosas, aunque de momento no las podamos ver o apreciar.

El sentido espiritual de la enfermedad es aprender

La enfermedad, para el enfermo, tiene muchas misiones. Si partimos de la idea que el cuerpo no esta separado de nuestra mente, entonces a final de cuentas los problemas de salud derivan de los pensamientos, emciones y actitudes de persona afectada.  Uno crea la enfermedad quiza no de una forma consciente, sino por algunas cuestiones que a veces no notamos y que el cuerpo revela despues poco a poco, como querer llamar la atención, ser cuidado, tener amor, atención, etc. La enfermedad es, en su raíz más profunda, una forma en la que el cuerpo se esta adaptando a algo.

Pudiera ser que una persona tenga actitudes no amorosas hacia si misma, por ejemplo, se critica severamente y siente enojo con aquellos que no responden como ellas quisieran. Si esta actitud es constante y repetitiva, el cuerpo empezara a sentrise muy tenso, y dicha tension se reflejara en las articulaciones, en la cabeza o zona del cuello, lo cual acarrearia problemas de artritis o cervicales según el caso.

Uno no puede comenzar a sanar su cuerpo si uno comienza por considerar que las enfermedades no solo “aparecen” porque si. Incluso si hay herencia o predisposicion a padecer algo, es porque el organismo esta en dicha receptividad de padecerla, debido a la forma de ver la vida que tiene la persona .

Podemos comenzar a notar la relación tan interesante que existe entre lo que pensamos y nuestro cuerpo si nos ponemos a observar a las personas enfermas o nuestra misma enfermedad. Por ejemplo, una persona que no expresa su amor o cariño tenderá a enfermarse del corazón, mientras que otra que es egoísta para si misma y se preocupa mucho por los demás dejandose al ultimo podría sufrir de diabetes, y aquellas personas coléricas, que retienen el enojo y resienten a menudo lo que se les hizo, padecerán del hígado o del estómago.

Podemos tener actitudes muy nobles respecto a querer curar, pero hay que tomar en cuenta que si la persona que queremos ayudar no desea cambiar o la ayuda ofrecida, entonces el apoyo no resultará . Hay muchas de ellas que dicen que quieren salud, cuando en el fondo no la desean, o no están dispuestas a renunciar a sus limitaciones o problemas, porque con esto atraen el cariño o la atención de los demás.

Para ayudar a curar a alguien en verdad, habría que empezar a hacer consciente a la persona de sus verdaderos sentimientos, de su actitud ante la vida, y de su responsabilidad para amarse a si misma.

Una buena forma de ayudar a los demás a sanar es empezando por sanarse uno mismo. El verdadero sanador esta en el enfermo. Nosotros, si acaso, podemos ayudar con nuestro ejemplo y actitud a que los demás sanen. Más allá de usar energía y todas esas corrientes de sanación actuales, más allá de nuestras intenciones de que todo esté bien, habría que empezar uno por sí mismo, pues por más energía que le pongas a un ser humano, si este no se mueve hacia una actitud más plena y grandiosa, seguirá limitado y enfermo. Y puede que este dependiendo de ti y necesitando tu atención.

Asi que antes de dar energía y querer sanar a los demás, empieza a sanarte tu mismo, a darte mucho amor y comprensión, a entender lo que es vivir sin cicatrices y a dejar atrás la culpa, el resentimiento, la sensación de abandono y todas esas emociones que no te hacen feliz. Abrázate a ti mismo conhumildad y amor, date todo lo que le darías al amor de tu vida, y cuando empeices a sentir este amor tan profundo y especial, no solo sanarás de todo lo que tengas, sino inspiraras y curaras con tu sola presencia.

Vivir SabiaMente

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