La contemplación es la acción mediante la cual nos conectamos con nuestra verdadera esencia, con la unidad. Es el estado natural del ser.
Para ello debemos apartar la actividad mental, y con ello nuestra personalidad y el ego, trascendiendo a niveles de consciencia más elevados.
Se trata de conectar con lo que realmente somos, sólo consciencia, fuera del tiempo y el espacio, apartados de las limitaciones del plano material.
La contemplación es mera observación, es el sentimiento de quietud, de conexión e integración hacia lo absoluto, hacia el infinito.
Para ello, colóquese en una posición cómoda, relájese mediante una respiración suave y profunda, y únicamente observe lo que le rodea, sin realizar ningún proceso mental de valoración o juicio. Simplemente observe, como si no estuviese ahí. Observe la quietud de las cosas, se agudizarán los sentidos, escuche los ruidos, perciba el movimiento que hay en la misma quietud. Hágase consciente de la conexión inaparente que hay entre todas las cosas. Todo está conectado. Y siéntase parte de toda la escena, porque forma parte de todo lo que percibe. Trascienda al espacio y al tiempo y sienta la conexión con el amor absoluto que todo lo conecta. Y esa sensación de paz tan maravillosa provocará cambios inmediatos en su ser, en su nivel de consciencia.
Ya no volverás a ver el mundo como lo veías, porque ¡Tú eres ese mundo!
Aquello que percibes es lo que vives, y tu vida es la proyección de lo que crees que es el mundo. Recuerda que la belleza está en los ojos del que mira. Ámate a ti mismo y sólo proyectaras amor, y con ello crearas situaciones amorosas en tu vida.
Fuente: consciencia infinita
Genial, gracias Aida. Tendríamos que dedicar algunos minutos a este sano ejercicio.