Sol ha sido liberada de una ocupación policial más propia del 23-F, tal y como denunció el principal sindicato policial de España. Ha sido el día después del guiño de Rubalcaba a los indignados, que era la porra de su fiel Camacho, cuando ante tanta desproporción y tanta gente manifestándose en la calle, la Moncloa no ha tenido más remedio que corregir a Interior y poner algo de sentido común donde el dos de Rubalcaba ponía insensatez y chulería (mantuvo al periodista de lainformacion.com detenido sin inmutarse en un claro desafío chulesco muy propio de él).

Políticos del pasado al margen, lo importante es que ayer se celebró una Asamblea en el corazón de la Puerta del Sol y mañana (domingo) allí se volverá a celebrar a las 20:00. A esa misma hora, pero hoy, el foro intercalles convertirá en rayos de luz los aledaños de Sol donde debe confluir el espacio de la reivindicación política (debate/discrepancia/tolerancia) con el del comercio ya que no dejan de ser ‘valores de ciudad’ complementarios en los países que han sabido alcanzar unas altas cotas de igualdad y libertad.

Aunque habrá que vigilar a los que con el argumento de Rubalcaba (los indignados han puesto patas arriba una ciudad) quieren abusar y van por ahí reclamando 30 millones de euros para 2.000 supuestos comercios afectados. No será la primera vez en España que los directivos de la patronal cazan subvenciones en nombre del comerciante al que dicen representar.

Los que seguro ya no protestarán son los cientos de miles de comerciantes (algunos desahuciados de sus casas) que en España tuvieron que abandonar sus locales por la crisis y la inseguridad que se vivía en las calles – con práctica ausencia de presencia policial – y el progresivo deterioro del tejido urbano que es una constante española en multitud de barrios y zonas de “la vieja ciudad olvidada” donde se pudren los locales y amarillentan los carteles de “se alquila” después del atracón del festín del pelotazo inmobiliario que se han dado los partidos políticos, sus amigos constructores y sus cajeros (que ahora sanearán).

Asuntos sobre los que el 15-M de los indignados ha abierto un debate colectivo que algunos querían obviar o relegar al foro de las tertulias donde – no en pocas – se defiende con un extraño y vigoroso afán, por ejemplo en las vinculadas al Estado Vaticano, el desahucio del prójimo o más débil de la sociedad.