«Aunque los humanos parezcan a veces pretenciosos, vanidosos, en realidad se subestiman. Mirad: minimizan los dones y las facultades que han recibido del Creador, estos dones y estas facultades que hacen de ellos seres superiores, y conceden el valor más grande a todo lo que viene del exterior: los aparatos, las máquinas, los productos, los medicamentos… Incluso cuando siguen una enseñanza espiritual, no saben encontrar la buena actitud porque no tienen ninguna idea del futuro que la Inteligencia cósmica ha previsto para ellos. ¿Y cuál es este futuro, os preguntaréis?… El de recorrer todas las regiones del espacio a través de las estrellas y los soles. En este viaje sólo podréis llevaros las riquezas que hayáis acumulado dentro de vosotros.
No hay nada más importante que aprender sobre lo que debemos trabajar y de qué hay que fiarse. Mientras confiéis en las condiciones exteriores o en los objetos materiales, encontraréis grandes decepciones, porque en uno u otro momento las condiciones cambian, los objetos se os escapan… Sólo podéis contar realmente con el espíritu en vosotros, que es pura actividad, esfuerzo constante. Utilizad todos los medios exteriores, si los tenéis, y dad gracias al Cielo por habéroslos dado, pero no contéis con ellos para nada más.»
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