Hace poco más de 40 años nacieron en mí dos aficiones que todavía me acompañan: la medicina y Star trek . Desde principios de la década de 1980 me dedico a la fotografía médica, documentación científica y edición como apoyo a las publicaciones médicas orales y escritas. |
Así fue que, entre trabajos y series, presté una atención particular a la saga de Viaje a las estrellas (Star trek) que ha sido y es una de las series de ciencia ficción más exitosas de la televisión. Transcurre en el siglo 23 y es por ello que no deben extrañarnos los ingeniosos artefactos creados, allá por los ’60, para recrear el futuro. Hoy algunas de aquellas profecías tecnológicas, creadas por su autor Gene Roddenberry, son reales; por ejemplo: el teléfono celular, las puertas corredizas, las pantallas planas, el GPS y las tablets. En el área de las ciencias médicas -mi ámbito-, dichas y fantásticas tecnologías también se hicieron presentes: tricorder, hipospray, regenerador dérmico, monitores de signos vitales, neuroestimuladores, lector del código genético, entre otros. Casi todos, instrumentos portátiles en manos de los “doctores” que utilizaban frases como: “¿Agujas? ¿Qué esto, la inquisición española?”. El caso es que muchos de ellos están en desarrollo. A modo de ejemplo, a partir de un acuerdo de la NASA con Grok Tecnologies, se está investigando el BioReplicate que promueve la regeneración ósea y muscular (¿será para minimizar la osteopenia de los astronautas por la ausencia de gravedad?), o el sensor Scanadu scout, que cuenta con la capacidad de testear el ritmo cardíaco, la temperatura corporal interna y de la piel, nivel de oxígeno y frecuencia respiratoria, la presión sanguínea, y hasta hacer un electrocardiograma, en aproximadamente diez segundos acercándolo a la frente del individuo; que no es ni más ni menos que un Tricorder. La cirugía ocular con equipos láser de la serie es hoy una intervención muy frecuente o los lentes intraoculares, desde aquella incisión de 8 mm. a la actual de 1,4 mm. Tuve oportunidad de ver la primera prótesis de cadera sin cemento en Córdoba, trasplantes cardíacos, hepáticos, renales, un sinfín de maravillas médicas. Otro ejemplo: si nos dañamos un musculo, es probable que una terapia manual o una operación consigan recuperarlo, o si sufrimos un paro cardíaco, que un desfibrilador nos salve la vida. Pero, ¿y si la lesión es cerebral? En la serie se coloca un dispositivo en la frente que, en el peor de los casos, evita la muerte cerebral. Actualmente, se están desarrollando dispositivos y técnicas para estimular regiones cerebrales como terapia. Uno de ellos es la estimulación magnética transcraneal, que despolariza las neuronas y puede aplicarse en enfermos de Parkinson, en migrañas o en accidentes cerebrovasculares. Ni más ni menos que los neuroestimuladores corticales de la serie. Pero más allá de la innovación tecnológica, está la innovación social. El rol de la tecnología en la serie es un camino, no un fin. Es la aventura del hombre la que marca su desarrollo, por eso cuando se ven humanos con dispositivos artificiales o una raza dependiente de estos (los Borg, Ciborgs), se denuncia su peligro e implicancias. Hoy nos encontramos ante noveles de tecnologías, cada vez más presentes y activas en nuestra vida, como predijo Einstein. Aprendamos, pues, algo de la ciencia ficción y de Star trek : no importa en cuánto avance tecnológicamente una sociedad: la primera y más importante innovación debe ser la social. Ya que nuevas sociedades siempre generan nuevas realidades. Por Alfredo Benito http://www.actosdeamor.com/medicinastar.htm
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