Las antiguas civilizaciones de Sudáfrica, a través de los círculos de piedra, utilizaban la frecuencia de sonido de la madre tierra y la convertían en increíbles campos de energía de gran alcance.
Estas civilizaciones tenían un gran conocimiento de la naturaleza y sabían cómo obtener energía libre de ella, a través del sonido.
En el año 2007, Michael Telinger empezó a investigar las ruinas encontradas en Sudáfrica y descubrió que había muchas coincidencias con la ciudad de Abzu mencionada en las tablillas sumerias.
En esta zona hay más de 75.000 minas de oro conectadas entre sí por galerías, supuestamente de donde los Anunnakis extraían el oro.