La Dama del Lago y la Espada de Luz

Dama del Lago

Para poder hablar de la Dama del Lago y de la Espada de Luz, debemos remontarnos a la tradición inglesa. A través de ésta, la Dama del Lago se nos presenta como la gran sacerdotisa de la Isla de Avalón, centro de poder espiritual de la tradición druida, tradición que basaba toda cosmogonía en las fuerzas y energías que emergen de la tierra. La tierra era considerada entonces como fuente de conocimiento, y daba sus frutos a quienes vivían en armonía con ella. La tradición inglesa relaciona siempre a la Dama del Lago y a la Espada de Luz con el rey Arturo, si bien existen distintas leyendas al respecto.

La principal de las leyendas artúricas parte de la existencia de una necesidad: para que el Conocimiento de los antiguos misterios no cayera en el olvido se necesitaba un vínculo que uniera la vieja sabiduría druida con el nuevo horizonte cristiano que empezaba a extenderse en suelo inglés; este vínculo sería la espada de Excalibur. Tal espada es un objeto sagrado, símbolo de poder, fuerza y orgullo; ha sido forjada en Avalón y representa la sabiduría que la tierra otorga a quien la esgrime por una causa justa. Excalibur no es, por tanto, una espada cualquiera; es una espada mágica dotada de toda clase de poderes. Además, se trata de una espada destinada a un rey, a una persona y sin doblez. La Espada Excalibur le será así entregada a Arturo, el primero de los reyes cristianos, por la Dama del Lago, porque Arturo se hace merecedor de ella.

La Dama del Lago es la guardiana de la pureza de la Tradición, de la Verdad, de la enseñanza auténtica y arcana que permanece inmutable a través del tiempo, y, como tal guardiana, emerge del lago y su mano entregará a Arturola espada mágica de luz para que este preserve la supervivencia de los arcanos y antiguos misterios durante su vida, puesto que a la muerte de Arturo la espada deberá ser devuelta a la Dama del Lago. Aceptando la espada Arturo se comprometía a salvaguardar el conocimiento espiritual que los druidas habían aportado y cuyos ritos aún perviven. Pero, Arturo olvida y desatiende su compromiso, por lo que la Espada de Excalibur debe ser restituida a su lugar, a las aguas del lago que circunda la Isla de Avalón. La Dama del Lago tiene que arrebatársela a Arturo, pues éste ha dejado de ser digno de ella.

Otras versiones artúricas afirman que sería nombrado rey de Inglaterra aquella persona que pudiera arrancar la espada de Excalibur de una piedra o yunque donde estaba clavada, siendo Arturo quien consigue hacerlo y quien, por lo tanto, es proclamado rey.

“La Espada Excalibur está clavada en la Roca y, en consecuencia, la Energía de su Hoja sólo irradia en el interior de la Roca. Es preciso extraerla y darle la vuelta: en eso es en los que tú eres del Linaje de los Caballeros de la Espada”.
“Caballero, haz que brille tu Espada. Ejercítate en tiempo de paz en el Manejo del Arma, y salmodia también tu Breviario de Textos Sagrados”
Especial referencia a la figura de la espada.

A diferencia de la figura de la Dama del Lago de la cual no hay mención alguna hasta los relatos artúricos, la espada tiene un origen anterior, haciéndose referencia a la misma en numerosos y variados libros.
En la tradición cabalística, la espada es la Razón, el sexto Sephiroth del Ruach. El centro de Ruach es el corazón, y se puede apreciar que esta Espada de Ruach debe ser clavada por el propio caballero en su propio corazón.

En la Biblia, la espada es un término que aparece en numerosas ocasiones.
La primera espada que se menciona en la Biblia se nos presenta como una espada de fuego:
“Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de Edén querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida”.
-En los Salmos (45), escritos mil años antes de la Era Cristiana, se cita también a la espada:

Eres hermoso; el más hermoso de los hijos de Adán. La gracia se derrama en tus labios. Por eso Dios te bendijo para siempre. Ciñe, pues, tu espada a tu costado ¡OH tú, el más bravo! ¡“Marcha en tu gloria y tu esplendor! ¡Cabalga por la causa de la verdad, de la piedad y de la justicia!”
-La última alusión a la espada en las Sagradas Escrituras se recoge en el capítulo final del Apocalipsis:

“Entonces vi el cielo abierto y un Caballo Blanco. El que lo monta se llama Fiel y Veraz, porque juzga y combate con justicia. Sus ojos, llama de fuego, sobre su cabeza, muchas diademas. Su nombre es “verbo de Dios”. De su boca sale una espada afilada para herir a los ateos. Los ejércitos del cielo, vestidos de lino blanco puro, le seguían sobre caballos blancos”.
Cuando el Caballero coge su Espada con las dos manos, asume (y asegura) así su permanencia en la Estructura del Todo”.
La idea del Apocalipsis vuelve a ser recogida de forma muy similar a los textos Brahamánicos, el Dios de la Vida vendrá sobre un Caballo Blanco blandiendo su espada de fuego y sembrando la destrucción en un mundo que es ya un cadáver, un muerto en la materia muerta.
En los textos artúricos, además de la espada Excalibur, se habla de otras dos espadas.
-La “Espada Rota”
-La “Espada del Extraño Tahalí

Otra diferencia notable entre las dos figuras que estamos tratando es la relativa a su vigencia en la actualidad: mientras que el término “Dama del Lago” está prácticamente en desuso, la importancia de la figura de la espada ha perdurado. Ejemplo claro de esta continuidad de la espada sería: la cita de Ramón Llull (S. XIV): “Espada se da al Caballero, porque mantenga la justicia y defienda esta santa Orden”.
“Ser armado Caballero es un título de honor, no lo olvidéis……….y el Arma es peligrosa para quien la vuelve contra sí mismo”.
El lago es como nuestro ser interno y, si la Dama del Lago es quien habita y gobierna el lago, por extensión, podrá entenderse como aquello que gobierna al ser interno, al Alma. La Dama del Lago es el aspecto femenino de la Divinidad. Simboliza la sabiduría y es ella quien otorga los dones del conocimiento espiritual, del poder y la fuerza, que emergen desde las profundidades del lago, de nuestro ser interno, de nuestra propia alma.
La espada es exterior, masculina, es la reflexión y el pensamiento humano; la espada representa la acción. También simboliza muchas cosas; por tener doble filo, doble aspecto, tiene un valor dual: acción-reacción, luz o tiniebla, seguridad o peligro, beneficio o daño, gozo o dolor. La espada corta y divide. Su fin no es herir sino redimir. La podemos considerar bajo distintos aspectos, como instrumento de poder, valor y libertad.
Así, mi Dama del Lago, mi ser interno me entrega de una manera incondicional el auténtico conocimiento, siempre y cuando yo sea merecedor de él, por medio de una espada de poder, de una espada de luz que permite emprender la acción, la marcha hacia la sabiduría. Seremos capaces, a través e la espada, de sentir el Amor, lo que nos va a permitir conseguir realmente la obra a la que hemos sido convocados como seres humanos.
Esta espada de luz mostrará su efecto destructor sobre las tinieblas; se mostrará como la Verdad ante la cual huyen la ignorancia y el egoísmo y, movida por nuestro brazo, podrá arrancar la autentica sabiduría que cada cual almacena en su interior. Una espada que nos estaba destinada desde siempre y que hemos de portar hasta que la luz vuelva a resplandecer en el firmamento.
¿Qué eres tú? ¿Qué soy yo, y qué es el Caballero? ¿Qué es el Héroe de los Cuentos de hadas? “No hay que contar con nadie”, “Ayúdate y el Cielo te ayudará”.

http://hermandadblanca.org/la-dama-del-lago-y-la-espada-de-luz/

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