KARMA – LEY UNIVERSAL DE COMPENSACIÓN.

Karma es la ley de causa y efecto, que dice que recibiremos el efecto de todo lo que causamos.

Siempre decimos «Todo vuelve multiplicado». Eso es karma; acción-reacción; causa-efecto.

El karma no es malo ni bueno, es neutro. El karma es lo que es, todo lo que uno genera y hace, cada situación, cada actitud, cada pensamiento, cada emoción, cada palabra, cada decreto es una energía, que genera una reacción en el universo.

Los sabios le llaman energía vibratoria.

De ninguna manera es un castigo o la ley del ojo por ojo, ya que siempre se puede revertir sin sufrir.

Todos estamos en distintas situaciones kármicas, según el nivel de conciencia adquirido como resultado de muchas idas y venidas al planeta.

Nuestro presente es resultado de los hechos que en el pasado hemos causado, y lo que llamamos futuro, con cierto viso de irrealidad porque aún no ha llegado, dependerá de lo que estemos generando en este instante, del amor o el daño que causemos a otras formas de vida.

Entonces ¿cómo modifico el karma que ya he generado y que invariablemente voy a tener que vivir, si en este momento estamos viviendo las consecuencia de lo que ya hemos hecho?

El ser de cierto grado de evolución sólo aprende a través del sufrimiento, pero cuando aumenta en su conciencia, puede cancelar su karma trabajando en si mismo.

A continuación de nuestro cuerpo etérico hay una membrana electromagnética que posee una frecuencia vibratoria de acuerdo a nuestra propia evolución.

A mayor evolución, mayor es la velocidad de ese campo.

Cuando emitimos una energía negativa, bajamos la frecuencia de ese campo en la zona donde salió. Cuando esa energía sale de nosotros, va hacia donde la enviamos.

Se une en su trayecto a todas las energías de igual calificación que encuentra en su camino… y por ley de causa y efecto, siempre retorna a nosotros trayendo todo lo que encontró a su paso. Pasa esa membrana de protección por el lugar de baja vibración que nosotros mismos construimos y se pega a nuestro cuerpo etérico.

Ese tipo de energía irradiada a través de mucho tiempo, hasta puede llegar a producir una enfermedad física.

Un ejemplo de la energía y su trayecto: emitimos una agresión.

Cuando esta energía regresa, se acumula alrededor nuestro y se acercan a nosotros personas con energía afín y tenemos episodios agresivos con otros y no nos explicamos por qué activamos los patrones de agresión de los otros.

Simplemente porque nosotros tenemos lo mismo, y eso es lo que irradiamos y somos objeto de agresión de otros.Sólo disolviendo esa masa de energía dejaremos de padecer no sólo esa agresión hacia los demás, sino que entra ahí la autoagresión también.

Entonces, el generar conscientemente y constantemente energía de amor disuelve esa masa de energía anterior.La suma de todas esas masas de energía que genero son mi karma.

El karma que ya está en movimiento es como una flecha que  ha sido disparada. La flecha va a caer, caer significa que no necesariamente te va a dar en el corazón y te va a matar. Es decir, nadie puede detener el karma que ya hemos generado,  lo que se puede hacer es comprender el juego kármico como para que las consecuencias de ese karma que venimos arrastrando, que fue generado en un estado de inconsciencia y de adormecimiento durante varias vidas, sea muy tolerable y compensada.

Entonces la flecha, como concepto poético, que te hubiera dado en el corazón y te hubiera matado, no te va a dar en el corazón sino en alguna otra parte del cuerpo, y no te va a causar daño letal, sino que te enviará por ejemplo, tres meses al hospital, o con alguna quebradura que al impedir tu movimiento externo te lleve mas rápido a la introspección, a entender los sucesos de una vida y el cambio rotundo, brutal, extraordinario, que se impone aquí y ahora.

Un sabio de la India nos dice: un acto de comprensión, de compasión, de caridad, de servicio por día, limpia diez negatividades kármicas acumuladas del pasado. Y vas a tener una vida muy apacible, magnifica, en comparación a lo que tu karma acumulado hubiera atraído

El trabajo conmigo mismo de transmutación de esos patrones mentales negativos disuelven mi karma, o sea que el trabajo sería una constante emisión de energías positivas que van a elevar la frecuencia de todas las masas de energía negativas que me rodean.

Entonces dejo de padecer porque aprendo, disuelvo y mejoro.

Nadie puede disolver el karma de otra persona.

Es un trabajo individual y constante.

julielesage

http://nodejardeleer.blogspot.com.es/search?updated-min=2015-01-01T00:00:00-03:00&updated-max=2016-01-01T00:00:00-03:00&max-results=50

 


Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.