Las vidas de Nina Lange, Ludwig Zaccaro, Dimitris Kotsouros y Christina Apostolopoulou se cruzaron estos días con el trasfondo de un acontecimiento histórico: la ocupación nazi de Grecia durante la Segunda Guerra Mundial.
Los alemanes Lange, de 56 años y Zaccaro, de 67, viven en un lugar remoto de la región de Bavaria.
Kotsouros es el alcalde de Nafplio, una pequeña ciudad costera del Peloponeso griego.
Y Apostolopoulou trabaja como voluntaria en una organización humanitaria que da de comer a familias castigadas por la grave crisis económica en la que está sumida el país heleno.
Kotsouros recibió hace unos días una peculiar visita. Eran Lange y Zaccaro, con un sorprendente propósito: devolver a Grecia parte de las reparaciones que reclama a Alemania por los daños causados por la ocupación nazi y que Berlín se ha negado hasta ahora a pagar.
El gobierno griego calcula que Alemania le debe unos US$184.000 millones. De ellos, unos US$57.000 millones corresponden a un préstamo forzoso que Berlín exigió al Banco Central griego para financiar la estancia de sus tropas en el país.
Pero Alemania dice que esa deuda la acabó de pagar en el año 2010.
Lange y Zaccaro calcularon cuánto le correspondería pagar a cada alemán de esa astronómica deuda y se plantaron en el despacho del alcalde con US$930.
«Es una cifra simbólica, un acto de solidaridad para reparar el daño causado por Alemania», le dice Lange por teléfono a BBC Mundo.
Antes de viajar a Grecia como turistas, Lange y Zaccaro se dieron cuenta de que, si algún griego les preguntaba por el espinoso tema de las reparaciones, no iban a saber qué contestar.
«Estamos avergonzados por nuestro país», dice Lange. «Tenemos la esperanza de influir sobre el gobierno para que pague las reparaciones».
Amabilidad
Lange opina que la mayoría de los alemanes, especialmente los de más edad, «no quieren que les molesten con la Segunda Guerra Mundial».
Mientras la mujer habla por teléfono, se oye por detrás hablar a Zaccaro.
«Nos acaban de invitar a tomar zumo de naranja», explica luego el hombre.
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La pareja, que había viajado a Grecia antes en solo una ocasión, está encantada con la hospitalidad y la amabilidad de la gente.
Detrás de su gesto hay también voluntad de derribar prejuicios en Alemania, en un momento clave para el futuro de Grecia en el que los gobiernos de ambos países negocian los detalles de las ayudas económicas a Grecia en el seno de la Unión Europea.
«Muchos alemanes dicen que los griegos son vagos, que son gente que no paga sus deudas», dice Lange.
«Pero la realidad es que los griegos normales no vieron nada de los créditos de la Unión Europea».
La mujer critica la actitud «arrogante» de algunos alemanes, que le recuerda a la que tuvieron los alemanes occidentales con respecto a los orientales tras la caída del muro de Berlín y la unión de las dos Alemanias.
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«Espero que otros alemanes piensen en su actitud hacia Grecia y vean que ambos lados tienen deudas. Quizás esto despierte otras reacciones de solidaridad».
De la visita a la alcaldía de Napflio salió la idea de donar el dinero a una organización benéfica, que resultó ser Pyle Politisimou, donde es voluntaria Christina Apostolopoulou.
«Intentamos ayudar a la gente muy pobre, que perdió su trabajo debido a la crisis», le explica por teléfono a BBC Mundo Apostolopoulou.
La organización apoya a unas 100 familias y trabaja solo con voluntarios.
«Es un gesto muy bonito», concluye Apostolopoulou.