Los trasplantes es un tema poco tratado y explicado en el mundo alternativo y es tan importante y necesario de exponer, que es tiempo de explicarlo ampliamente para saber lo que implica esta realidad y como ayudar a resolver las contrariedades posteriores a la operación.
Es posible trasplantarlo casi todo, siempre que haya compatibilidad genética, pues de no ser así sería inviable la recepción, pues el sistema inmunológico del receptor ya se encarga de rechazarlo por identificarlo como agente agresor.
Nuestro cuerpo físico forma parte del vehículo que el alma elije para viajar por la vida que escoja experimentar. Al cuerpo físico se le une el energético o cuerpo vital o doble etérico, que en cualquier caso es el mismo, el cuerpo emocional y el mental. Así queda completo para unirse a través del cuerpo astral, vinculado al alma, al sistema áurico espiritual que lo integran 3 capas o cuerpos, siendo el cuerpo transetérico o plantilla divina o 5ª capa, el cuerpo espiritual y el cetérico o celestial.
Cuando el alma termina su ciclo en este plano, ha de romper el lazo con su vehículo terreno y aquí es cuando se va liberando cuerpo a cuerpo, primero el físico muere, para así que el alma pueda cambiar su estado; después se desprende de su doble etérico ya que, al morir el físico, ya no es necesario alimentarle más, lo que favorece el poder desprenderse de él.
Tras desligarse de la parte más física, el alma necesita liberar su carga emocional y psíquica y, a partir de ahí, está preparada para desligarse de todo lo que representa su ser terreno.
Pero qué sucede cuando ha de darse un órgano para un trasplante?
Varias cuestiones hay que revisar:
1.- El cuerpo es mantenido vivo mediante suero y el corazón latiendo, para que los órganos no mueran hasta ser extraídos. Esta situación no permite al alma desvincularse plenamente de su cuerpo ni por supuesto de los demás, porque mientras se hace la extracción, aún existe un fuerte vínculo, casi como cuando se está en coma y el alma siente lo que le está sucediendo a su cuerpo.
2.- Como el vínculo permanece, el alma no puede irse y, si no hay una gran consciencia de lo que sucede, queda anclado a su vehículo a espera de lo que se le está haciendo.
3.- Cuando los órganos son extraídos, siguen estando alimentados por el doble etérico de la persona fallecida y, por tanto, sigue el alma sintiéndolos.
4.- Toda la información genética y espiritual del fallecido y de su alma quedan impregnadas en esos órganos, que luego será incorporada a la genética del receptor. Asimismo, se establecerá a partir de aquí un vínculo entre las dos almas, al compartir esta carga del genoma que dará paso a un nuevo genoma o mapa genético en el receptor, quedando éste como una persona que integra ambas chispas.
5.- El receptor percibe la impronta de la energía del donante a través del órgano recibido.
6.- Lo que los médicos llaman memoria celular, en realidad es toda la carga genético-emocional y espiritual del fallecido, es la parte de su ser que permanece vinculada a sus órganos.
7.- Es preciso e imprescindible antes de hacer un trasplante, limpiar y desprogramar el órgano y liberar el vínculo con el alma que lo regentó previo a su fallecimiento. Sólo de esta forma evitáremos rechazos y que la vida del receptor sea alterada al incorporar a su genoma y, por tanto, a su destino y patrón de vida, la carga del donante.
8.- Si el órgano fue incorporado antes de limpiarlo y desprogramarlo, hay que hacer un trabajo mucho más profundo amén de liberar la parte del alma que se vinculó al receptor, ya que éste siguió nutriendo energéticamente el órgano del donante y para éste una parte de sí sigue viva, hay que cambiar esto y hacerle ver la realidad de su situación.
Así, cuando una persona es trasplantada se debe hacer un trabajo de desprogramación del órgano con el patrón del donante y reprogramación del mismo, con el patrón genético del receptor o lo que es lo mismo, borrar todo patrón genético del donante.
Entre el genoma receptor y donante se pueden dar varios casos:
1.- Genoma del donante dominante sobre el del receptor. En este caso, el receptor irá cambiando hábitos, creencias, actitudes, gustos, etc., en resonancia con el del donante.
2.- Genoma del receptor dominante sobre el del donante. El receptor eliminará la información o la volverá recesiva en su genoma, de forma que nada en él cambiará. Aun así es conveniente hacer la desprogramación completa para borrar patrones residuales del proceso.
3.- Ambos genomas son compatibles y el receptor lo integra pero sin que haya una transformación en sí, sino una mejora de su estado en diversos ámbitos. Este caso es más común en donaciones en vida del donante.
4.- El genoma del receptor es dominante, pero rechaza la del donante hasta llegar a rechazar el órgano también, lo que puede llevar a la muerte del receptor o a un empeoramiento fuerte con necesidad de extraerle el órgano por su incompatibilidad.
Así, como se puede ver, la desprogramación genética en caso de trasplantes, por muy insignificantes que estos sean, es básica y fundamental para que el receptor no sienta ningún tipo de alteración y cambio de dirección su vida sin que sea él quien lo controle.
Debemos ser conscientes de esto independientemente de que estemos de acuerdo o no con la técnica del trasplante. Cada uno es libre de elegir como vivir, pero siempre hay que intentar que sea de la mejor forma posible, sin complicaciones ni sufrimientos y si damos los pasos adecuados ante las elecciones de vida que vamos tomando es más probable que salgan bien o que estemos a tiempo de modificar lo que no esté en orden.
Así, admitir un órgano ajeno, es admitir todo lo que va con él y en este punto es donde el ADN tiene el lugar más importante y sobre el que primero hay que actuar, todo lo demás son acompañamientos sin mayor importancia.
Energéticamente hablando es factible hacer esta desprogramación y reprogramación, lleva tiempo y esfuerzo por parte de terapeuta y trasplantado, ya que hay que seguir varios pasos, que en una sesión no podrían llevarse a cabo, pero es posible y, cuanto antes se ataje el tema, más fácil y rápido será.
Como digo siempre, todo tiene una posibilidad de ser cambiado, sólo hay que quererlo y buscar el mejor camino.
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