La mayoría de nosotros pensamos que la geometría es un tema bastante seco, sino directamente aburrido, basado en los recuerdos que podemos tener de las clases que nos dieron en la escuela, en la universidad o en algunos libros que hemos ojeado en bibliotecas y librerías, consistente en interminables axiomas, definiciones, postulados y fórmulas, que nos hacían escuchar cuando nos hablaban de la metodología de los Elementos de Euclides, que, aunque es una obra maestra en papiro sobre matemática y geometría, y que se compone de nada menos que de trece libros, no parece ser la forma más entretenida de pasar la tarde cuando uno busca algo que leer.
Por otro lado, puesto que la enseñanza actual de la geometría en nuestro mundo occidental se acerca a su estudio desde una perspectiva completamente racional, lógica y estructurada, a través del hemisferio izquierdo, se ha obviado por completo la parte de la misma que le toca al hemisferio derecho, la parte intuitiva, artística y metafísica, que conforma el otro lado de la geometría, aplicada al mundo en el que vivimos.
Así es como nace para el hombre moderno la geometría sagrada, que busca unir y sintetizar estos dos aspectos dinámicos y complementarios de esta ciencia en un solo e integrado conjunto de conocimientos, técnicas y herramientas que nos explican los grandes misterios del universo. La geometría sagrada tiene dos caras, un lado contemplativo y un lado práctico, un lado intuitivo y un lado intelectual, y es a la vez una ciencia para el hemisferio izquierdo y un arte para el hemisferio derecho.
Por otro lado, la verdad es que, si nos remontamos a las raíces de la geometría sagrada (vamos a empezar a llamarla GS para abreviar), hemos de tener en cuenta que, para nuestros antepasados griegos, aquellos filósofos y grandes pensadores como Platón, Tales de Mileto o Euclides, no existía distinción alguna entre geometría y “geometría sagrada”. Toda la ciencia de la geometría era considerada “sagrada” en sus enseñanzas y aplicaciones y, fue este último, Euclides, quien escribió el primer libro de texto conocido sobre el tema.
Evidentemente, fue gracias a la arquitectura que la GS pudo desarrollarse y plasmarse en obras duraderas e inmortales a través del tiempo, pasando luego a ser usada en el arte, en la música o en la artesanía, ya que para nuestros antepasados era obvio que la geometría era una cualidad intrínseca al mismo orden de la naturaleza, tanto la biológica y orgánica como la cósmica y, para nosotros, ahora gracias al avance de nuestros instrumentos científicos, la vemos aplicada en el estudio de las formas a nivel molecular y atómico.
Orígenes de la geometría y la añadidura de lo “sagrado”
Según también nos cuentan las enciclopedias, la geometría en sus orígenes no era más que un conjunto de cálculos hechos sobre el tamaño de la Tierra o de partes de ella, ya que eso es lo que literalmente significa el termino geometría: “medición de la Tierra” y era ya estudiada y aplicada por babilonios y egipcios desde los inicios de sus civilizaciones. De alguna forma, en la historia, se le atribuye a los egipcios las primeras medidas relacionadas con las inundaciones periódicas del Nilo, de forma que pudieran tener un cierto tipo de orden y organización sobre su agricultura y su economía, basada en ella.
Pero, si la geometría sagrada difiere de la geometría “normal” que todos hemos estudiado, es porque además, esta primera, se centra e incluye un estudio particular de la relación de formas y figuras con números y símbolos, mapeando y plasmando sus cualidades y propiedades a través de su aplicación y manifestación en el espacio, así como su simbolismo y sus interpretaciones más allá de las meras operaciones matemáticas que se realizan con ellos. Trabajando y comprendiendo estas relaciones, no sólo puedes hacer cálculos matemáticos, sino que puedes mapear y plasmar el poder de los números sobre el espacio y también sobre el tiempo. De ahí que, el hecho de añadir el término “sagrada”, lleva su estudio hacia campos más allá de la pura medición de terrenos, de distancias o de movimientos de campos o fuerzas, incorporando una dimensión filosófica, mística y metafísica, a la aplicación de los axiomas, teoremas y cálculos usados en la geometría “ordinaria”, descubriendo que todo lo que existe en el cosmos de la Creación mantiene unas formas, patrones, relaciones y propiedades que pueden ser estudiadas y comprendidas por el hombre a partir del aprendizaje de la geometría.
Geometría sagrada y simbología
Evidentemente, la GS se basa o está completamente relacionada con la simbología. En esta pequeña introducción de hoy, que ya iremos desarrollando en futuros artículos, haremos también hincapié en esta relación, pues, en general, no hay nada que, desde el punto de vista conceptual y mental, no pueda ser asociado e imbuido en un símbolo. De hecho, como veremos más adelante, partes de nuestra psique, particularmente nuestro subconsciente, es un campo fértil para el trabajo con símbolos arquetípicos que implementados y bien arraigados, producen el despertar de fuerzas latentes en nosotros asociadas a ideas y arquetipos cósmicos, metafísicos y evolutivos, que todos llevamos codificados en nuestro interior.
Por ejemplo, algunos símbolos muy comunes y bastante fáciles de entender, pasan por el dibujo de un circulo blanco, que representa la condición de lo manifestado en la Creación (ver este articulo para detalles), aquella región de energía-pensamiento-potencial infinito puro donde la “Fuente”, se mantiene sin “manifestar”. El símbolo siguiente que le sigue, es entonces el circulo con un punto en el centro, que significa la singularidad y la primera manifestación del “TODO” o la “Fuente” en sí misma.
El siguiente símbolo, siguiendo el proceso místico y esotérico de la Creación, es la extensión del punto hasta formar una línea que divide el circulo en dos mitades y simboliza, esotéricamente, la primera separación entre la energía-espíritu-fuerza creadora y la materia-energía manifestada. El siguiente paso, es la aparición de otra línea en ángulo recto que corta perpendicularmente a la anterior dejando el círculo dividido en cuatro cuadrantes, simbolizando la aparición de los Logos o entes creadores primarios provenientes o “creados” por la Fuente primaria y, como consecuencia de esta división y al quitar la circunferencia que engloba el circulo, nos quedamos con el símbolo de la cruz griega de brazos iguales, que denota la acción creadora de cada uno de estos Logos dispuestos a crear en sucesivas octavas todo lo existente en sus “dominios”. De nuevo, ver este articulo para detalles.
Y así podemos seguir mucho más, recorriendo el camino descendente de la Creación a través de símbolos pertenecientes y asociados a la GS, imbuidos tanto en la psique del ser humano como en su mundo material a través de las creaciones de nuestra raza en el arte, la música, la arquitectura, etc.
Dios geometriza, decía Platón
Cuando uno estudia GS, se da cuenta de que ésta toma la idea de la geometría que nos han enseñado en la escuela y la lleva a otro nivel completamente diferente, ayudándonos a comprender las relaciones, los significados y el significado oculto que existe en las cosas que vemos a nuestro alrededor, evidentemente, oculto sólo a aquellos que no ven o perciben como las formas, relaciones matemáticas y propiedades de las formas geométricas nos explican el mundo en el que vivimos de forma clara, concisa y exacta, tanto en la naturaleza, como en el arte, en la arquitectura o en la música, ya que quiero hacer hincapié que la GS es una herramienta práctica: la usan todo tipo de constructores, arquitectos, diseñadores, dibujantes, artistas, músicos, jardineros, carpinteros, etc., etc., etc. De hecho, a lo largo de la historia, para crear obras de una excelencia magnifica, poder, belleza y energía que resuena con el orden natural de las cosas, se ha de usar los conceptos, reglas y propiedades de la geometría sagrada.
Seguiremos en el próximo artículo hablando un poco más del tema para que empecemos a fijarnos en como mucho de lo que tenemos alrededor está construido con estructuras basadas en las reglas de la GS y con una fuerte carga simbólica que, cuando aprendes a verla, te revela un código oculto en la naturaleza y en los legados de las antiguas culturas que transmiten mucho más de lo que muestran.
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David Topí