La otra historia, desconocida y fascinante, del experimento de Facebook sobre emociones

En junio de 2014 infinidad de medios de comunicación nacionales y sobre todo internacionales abrían, no solo su sección tecnológica, sino incluso algunas de sus portadas con una noticia que invitaba a la indignación: Facebook había llevado a cabo un “experimento secreto para manipular las emociones de casi 700.000 usuarios“.

Una selección con algunos de los titulares
Una selección con algunos de los titulares

La noticia surgía tan solo unos días después de la publicación en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) de un estudio realizado por los investigadores Adam Kramer, Jamie Guillory y Jeffrey T. Hancock titulado “Evidencias experimentales de contagio emocional a través redes sociales”.

El llamativo título del estudio y sobre todo que se hubieran utilizado las publicaciones de usuarios de facebook sin haberles avisado con anterioridad hizo que una especie de locura hipocondríaca se apoderara de numerosos medios acusando a los responsables de la célebre red social de “manipular las emociones de los usuarios“.

 

Como podréis comprobar en las portadas de la imagen superior, y a poco que busquéis por internet, la información ofrecida sobre el estudio en multitud de periódicos, radios y televisiones fue bastante exagerada y poco acorde con lo que realmente sucedió. Hubo incluso telediarios que abrieron sus ediciones con frases como «Facebook nos utiliza como ratas de laboratorio» o «Facebook juega con las emociones de los usuarios».

La otra historia, desconocida y fascinante, del experimento de Facebook sobre emociones

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