Aida. Neurogénesis: ¿Cómo Crecen las Nuevas Neuronas?

Durante mucho tiempo los científicos creyeron que la neurogénesis era imposible, pensaban que los adultos ya tenían todas las células nerviosas y que estas simplemente morían, no se regeneraban. Ahora sabemos que no es cierto, la neurogénesis existe, en la edad adulta continúan creciendo nuevas células. Una vez dilucidada esta cuestión, los neurocientíficos tienen otro reto por delante: ¿cuál es la función de las nuevas células nerviosas y cómo estimular su crecimiento?
¿Por qué son tan importantes las nuevas células nerviosas?
Muchas de las células nerviosas que nacen se encargan de asumir las funciones de aquellas que han muerto. Sin embargo, la neurogénesis no es un mero proceso de reposición celular sino que es algo mucho más complejo.
Hoy conocemos que las neuronas que nacen son completamente diferentes de las neuronas maduras. De hecho, en el cerebro de un roedor, por ejemplo, solo el 50% de las neuronas que nacen viven lo suficiente como para llegar a madurar y cumplir funciones específicas dentro del cerebro.
Cuando una neurona nace, no es capaz de conectarse con el resto y transmitir impulsos nerviosos, se necesita al menos un par de meses para que esa neurona crezca, migre y se integre en las redes neuronales ya existentes.
Sin embargo, lo mejor de todo es que, a diferencia de las neuronas maduras, estas tienen una increíble plasticidad. Por tanto, muchos neurocientíficos creen que una de las funciones más importantes de las nuevas neuronas consiste en mantener la plasticidad cerebral, gracias a la cual el cerebro logra minimizar los efectos de lesiones funcionales o estructurales.
De hecho, una revisión de la literatura científica publicada recientemente en la revistaTrends in Cognitive Sciences indica que el crecimiento de nuevas células nerviosas mejora la adaptación al entorno. Estos investigadores se focalizaron en el crecimiento de nuevas células en el área del hipocampo, una zona relacionada con la memoria y el aprendizaje.
En práctica, las nuevas células nerviosas parecen servir para afinar el trabajo del hipocampo cuando debe reaccionar ante determinados estímulos del medio ambiente, sobre todo cuando debe buscar experiencias placenteras o evitar situaciones estresantes. Por consiguiente, estas células ayudarían a optimizar la respuesta de la persona.
Sin embargo, lo más curioso es que un estudio realizado en ratones desveló que las experiencias positivas y placenteras, como el ejercicio y el sexo, estimulan el crecimiento de las células nerviosas, mientras que las experiencias estresantes, como la falta de sueño y de comida, conducía a la muerte de neuronas.
Los investigadores consideran que la neurogénesis nos ayuda a afrontar las situaciones estresantes. De hecho, no es casualidad que las personas con un mayor número de células nerviosas también tengan un mejor desempeño cognitivo y muestren niveles más bajos de ansiedad, mientras que una disminución de estas células en el hipocampo no solo afecta la memoria y el aprendizaje sino también nuestra capacidad para afrontar el medio, conduciéndonos a respuestas más desadaptativas que generan aún más estrés.
¿Cómo podemos aplicar estos resultados a la vida práctica?
La neuropsicología no es algo abstracto sino que tiene profundas implicaciones para la vida diaria. El crecimiento de células nerviosas mejora nuestra plasticidad cerebral y nuestra capacidad de adaptación al medio, por lo que es importante que asumamos estilos de vida que estimulen la neurogénesis. ¿Cómo hacerlo?
– Haz ejercicio físico. Se ha demostrado que las personas que corren con regularidad tienen una mayor neurogénesis.
– Practica la meditación. La meditación provoca cambios en las funciones cerebrales y genera un estado de bienestar por lo que también es beneficiosa para promover el crecimiento de nuevas neuronas.
– Aprende cosas nuevas. Los nuevos aprendizajes, que representen un reto, no solo estimulan la curiosidad sino también la génesis de nuevas neuronas.
Fuentes:
Opendak, M. & Gould, E. (2015) Adult neurogenesis: a substrate for experience-dependent change. Trends in Cognitive Sciences; 19(3): 151–161.
Redolar, D. et. Al. (2013) Neurociencia Cognitiva. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
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