A Fernando Díez le eligió la vida para salirse de los caminos hollados y buscar a la orilla de un río sagrado, el Ganges, el sentido de la existencia. Después de doce años de ascésis, que no es más y menos que elevación, nobleza en la exigencia de ir más allá, afinando su conciencia mientras aprendía a afinar las cuerdas de la sitar, fue revelándosele la esencia que devotamente anhelaba y finalmente regreso a sus raíces occidentales para convertirse en un filósofo místico y escritor, que tiene puentes entre la ciencia y la conciencia. Tira con nosotros de este nuevo Hilo de Ariadna y descubre las implicaciones filósoficas y morales que tiene la ciencia para trasformar este mundo que está pariendo aún un Corazón.
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La ciencia y la conciencia han de ir siempre a la par.