Introducción
En noviembre de 1995, por invitación del Consejo de Ancianos Maya Kichee, a través del Anciano Sacerdote Wacatel Utiú (Lobo Errante), Don Cirilo Alejandro Pérez Oxlaj, se celebró en Guatemala una reunión a la que concurrieron representantes de los pueblos naturales de América. El motivo de la reunión tiene su origen en los códices mayas, que señalan en estos años el despertar de América, tiempo en que las sagradas tradiciones preservadas por los Ancianos y ocultas por muchos siglos verán la luz.
Las notas que a continuación se leen no son sólo el producto de un trabajo biográfico: en gran parte se han destilado de observaciones, vivencias, entrevistas con naturales del pueblo de Guatemala y principalmente de varias reuniones sostenidas con miembros del grupo de Sacerdotes Mayas Wacatel Utiú, representados por Don Cirilo Alejandro Pérez Oxlaj, que han aportado una información valiosísima para la realización de este trabajo, y con los que hemos comenzado una relación de mutua colaboración en esta gran cruzada por el hermanamiento de todos los pueblos y por la construcción de un mundo nuevo y mejor. Mis especiales agradecimientos para el Sacerdote Gerardo Barrios.
Los Señores del Tiempo
Ninguna civilización en la Historia ha profundizado tanto en el conocimiento y dominio del tiempo como lo ha hecho la maya.
El tiempo siempre ha sido conceptualizado y medido por el hombre; lo ha tratado de aprisionar de alguna manera siguiendo los ciclos naturales; día y noche, invierno y verano. Para el hombre actual, días, meses, años, siglos capturan el tiempo dando lógica y cierta forma a esta dimensión tan inaprensible. En el concepto maya, el tiempo no está precisamente aprisionado sino que fluye a través de un hilo que no tiene principio ni fin.
Nuestra mentalidad no nos permite contener los años que no vamos a vivir. Somos trágicamente finitos al referir todos los hechos de la vida a nuestra propia experiencia. El maya se concibe a sí mismo como un ser infinito que fue, es y será, y los acontecimientos de su vida son sólo una fase de los tantos hechos que ocurren en alguno de los miles de ciclos que todo lo contienen.
B’aatz, el hilo que baja desde el cielo a la Tierra, que viene del pasado y se proyecta hacia el futuro, es el camino que transita el maya. El conocimiento de los ciclos, desde el Kin, de 24 horas, hasta megaciclos que expresan millones de días, reflejan un concepto temporal que bien puede parecerse a la eternidad, en la que todo lo existente fluye y donde el hombre es sólo una pieza de este juego colosal. En esta civilización el tiempo no ha sido capturado sino más bien canalizado en ciclos que no ponen barreras a su eterno fluir.
Kines, uinales, tunes, katunes, baktunes van encajándose unos dentro de otros creando un engranaje temporal de dimensiones gigantescas. Así como nos es imposible imaginar los límites del espacio cuando nuestra mente vuela hasta sus fronteras, siempre relativas, tampoco podemos imaginar el principio y el fin del hilo del tiempo.
Los Calendarios
El calendario es una de las herramientas que ha utilizado la Humanidad para medir y comprender el tiempo. Basado en los ciclos naturales, con frecuencia es el sol, sus movimientos y su relación con la Tierra el que marca los ciclos importantes y comprensibles para el hombre. El mundo maya no es la excepción.
Modernos sacerdotes mayas afirman la existencia de 20 calendarios diferentes; sin embargo los más usuales son dos: el Chol’qiij y el Haab.
El Chol’qiij es el calendario sagrado compuesto de 13 meses de 20 días cada uno, completando 260 días al final del ciclo, tiempo que permanece el feto en el vientre materno. A cada día se le antepone un número del 1 al 13. 1 Kan, 2 Kemé, 3 Kiej y así sucesivamente hasta 13; el decimocuarto día lleva nuevamente el número uno de manera que no corresponde a Kan sino a Tijaax: 1 Tijaax, 2 Kawoc, 3 Ajpuu. Al cabo de 260 días volverá a coincidir 1 Kan, 2 Kemé, completándose así el ciclo del Chol’qiij en que cada uno de los números del 1 al 13 se combina con cada uno de los 20 días calendáricos.
El Haab es el calendario compuesto de 18 meses de 20 días y un mes de 5, completando así 365 días.
El trece es un número sagrado; considerado en la clave antropológica es el regente del conocimiento, la teurgia, y en la clave astronómica es uno de los conceptos numéricos más utilizados. Trece veces se repite el huinal para formar un tun y los números del 1 al 13 se combinan con cada día del huinal para completar todas las combinaciones al cabo de un año sagrado de 260 días o Chol’qiij.
Los mayas cuentan 12 horas de luz; desde las cinco de la mañana en que el sol sale hasta las 5 de la tarde en que cae en el horizonte, formándose el siguiente ciclo:
8 (12 a.m.) 9 (13 p.m.)
7 (11 a.m.)
6 (10 a.m.) 10 (14 p.m.)
5 (9 a.m.)
4 (8 a.m.) 11 (15 .m.)
3 (7 a.m.)
2 (6 a.m.) 12 (16 p.m.)
1 (5 a.m.) 13 (17 p.m.)
Las horas en que se recibe mayor cantidad de luz solar son 8 y 9, números que van a tener un significado especialmente sagrado en el Chol’qiij, puesto que las fiestas más importantes se celebran en estos días.
Cada número guarda un significado especial cuando se trata de interpretar el destino de un hombre, y la combinación de un número del 1 al 13 con uno de los 20 días del Chol’qiij permiten construir una carta natal.
HUN: (1) El ser humano, con todo su potencial de desarrollo.
KAB’: (2) La mujer.
OXIB: (3) El hijo.
KIEJEB: (4) Los cuatro puntos cardinales.
JOB’: (5) El trabajo.
WAKIB: (6) El mundo material.
VUCUB: (7) El equilibrio.
WAXAJQIB: (8) Número solar. El espíritu puro.
BELEJEB’: (9) Número lunar. La plasmación de lo espiritual en el mundo de las causas y efectos.
LAJUJ: (10) La división y la multiplicación.
HUNLAJUJ: (11) El círculo, la rueda, los ciclos.
KAB’LAJUJ: (12) La comunidad.
OXLAJUJ: (13) El conocimiento, la teurgia, la magia.
Si se multiplica 13 x 4 obtenemos 52; el ciclo de 52 años solares es un Tikú.
Nueve Tikús hacen un ciclo de 468 años llamado «Los nueve infiernos» o Belejeb Tikú, y trece Tikús forman un período de 676 años, llamado «Los trece cielos», Oxlajuj Tikú. Entre ambos períodos hay cinco años de encaje, formando así un período total de 1149 años.
Los últimos nueve infiernos, según la cronología revelada a los sacerdotes, comenzaron el día en que Hernán Cortés desembarcó en México, y finalizaron el 17 de agosto de 1987. Después vino el período de cinco años de encaje, y el 17 de agosto de 1992 comenzaron los 13 cielos, cuya gestación durará hasta el 2001. Tras esa fecha dice la profecía que viene un período de luz para la Humanidad antecedido de grandes cambios violentos y dolorosos pero necesarios.
El Chol’qiij
Cada día del calendario es considerado una divinidad y está asociado a un Kab’awil, icono sagrado o ideograma que contiene su significado. En Guatemala se utiliza la lengua maya-quiché para la denominación de los días.
B’aatz: El Kab’awil. En la parte superior hay un cono que tiene enrollado el hilo del tiempo, que cae hacia la tierra pasando por la dualidad, las polaridades femenina y masculina. B’aatz: Es el tiempo. Día propicio para celebrar matrimonios, inauguraciones. En el 8 B’aatz se celebra el año nuevo maya. Día para pedir protección a los artistas. Los nativos de B’aatz tienen habilidad para las artes y el comercio. Son generosos, graciosos y acertados en sus juicios.
Ee: El Kab’awil. En el ángulo superior derecho se representa una oreja que simboliza el camino y sus curvas. Los puntos son las piedras que se colocan al lado del camino. Siempre es representado con la nariz chata, queriendo significar los peldaños de una escalera. Ee: camino, escalera. Día del comerciante. Camino espiritual, destino. Día propicio para pedir por la prosperidad en los negocios y buena salud, también para pedir por el camino espiritual. El nativo de Ee es alegre, laborioso, obediente, decidido, intuitivo, andariego y reservado.
Aaj: El Kab’awil. La línea horizontal representa la multiplicación y el horizonte. Las líneas verticales debajo del horizonte son las cañas; las que están por encima y no llegan hasta el horizonte indican que en el mundo espiritual no se ha llegado al completo desarrollo. Aaj: caña, multiplicación, reencarnación. Día propicio para pedir protección, también para pedir por el resurgimiento de las cosas. Los nativos de Aaj: grandes maestros, clarividentes, decididos, orgullosos.
I’x: El Kab’awil. Representa el corazón del planeta, el aparato reproductor femenino, la cara de un jaguar y los puntos del este en el mapa del mundo. I’x: mujer, tigre. Día propicio para pedir por las abuelas, madres, hijas, hermanas y esposas. Para pedir sabiduría a los 4 Balanes, astucia y la protección de la madre Naturaleza. Para dar gracias a la Tierra por el sustento. El nativo de I’x es astuto, emprendedor, vigoroso, atrevido y realista. Le interesa la fama y el éxito.
Tz’ikin: El Kab’awil. Representa la cabeza de un águila. La parte superior es la calva y las líneas verticales son la parte superior de la cabeza. Tz’ikin: día propicio para comunicarse con el corazón del cielo y de la tierra, pedir abundancia, vida y salud. Los nativos de Tz’ikin son alegres, comunicativos, forjadores de su propio destino y muy inteligentes.
Ajmaq: El Kab’awil. Representa la mente en estado de perdón e iluminación. Es un cerebro del cual salen rayos y líneas de expansión hacia todos lados. Representa la comunión espiritual con los nahuales. Ajmaq: pecado y perdón. Los ancianos y su sabiduría ancestral. Día propicio para pedir perdón, pedir por el alma de los abuelos, fortaleza cósmica, material y espiritual. Los nativos de Ajmaq son callados, sagaces, prudentes, sabios, equilibrados, de larga vida y salud.
N’oj: El Kab’awil. Simboliza el saber. El dibujo del centro representa el cerebro y los tres puntos, grados de superación espiritual. No’j: sabiduría, el poder de la inteligencia. Día propicio para estudiar la ciencia, pedir comprensión, averiguar el destino de las personas. El nativo de No’j tiene talento creativo, es buen médico curandero, tradicionalista y dogmático, aunque humanista.
Tijaax: El Kab’awil. Representa la punta de un cuchillo de pedernal vista desde el frente y una pirámide vista desde arriba. Tijaax: cuchillo, liberación, obsidiana. Día propicio para pedir protección contra los enemigos, tentaciones y accidentes. Los nativos de Tijaax pueden ser médicos o curanderos, optimistas, fríos y pacíficos, pero que pueden actuar con mucha violencia.
Kawoc: El Kab’awil. La esfera superior representa el sostén del mundo. Las esferas pequeñas representan a los miembros de una familia, comunidad o parcialidad. Kawoq: familia, casa, comunidad, los discípulos, la lluvia, el rayo. Día propicio para pedir clarividencia, unidad del pueblo, claridad mental, lluvia y para bautizar a los niños. Los nativos de Kawoc son buenos líderes de su comunidad, adivinos, artistas y asumen responsabilidades. Fríos y pacíficos, también pueden actuar con mucha violencia.
Aj pu: El Kab’awil. Representa la cara de un cerbatanero o cazador. Ajpu: el señor, guerrero, cerbatanero. Día propicio para dar gracias al sol por lo que nos proporciona, pedir fecundidad, buena cosecha, seguridad, salud, evolución espiritual y valor. El nativo de Ajpu es inteligente, artista, observador, amable y valiente, romántico y buen orador, sigiloso y astuto.
Imox: El Kab’awil. Representa un vaso de agua. La parte superior es la boca; las líneas verticales testimonian su redondez. También representa un seno materno listo para proporcionar leche al niño. Imox: la izquierda, el agua. Día propicio para la enseñanza a los discípulos, sentir y amar a Dios, captar los mensajes de la Naturaleza, pedir mensajes a través del sueño, que la madre tenga leche para su hijo. El nativo de Imox es hogareño, indeciso, desordenado, desconfiado, buen guerrero, sensible y humanista.
Iiq: El kab’awil. Representa una ventana como las que se usaron en la época clásica maya, a través de la cual corría el aire. Iiq: aire, trueno, aliento, lágrima, gota. Día propicio para pedir fuerza espiritual y pureza. El nativo de Iiq tiene gran fuerza de carácter, pero es inconstante y extremista.
K’at: El Kab’awil. La esfera atrapada por la muesca inferior. Representa la fuerza de gravedad que actúa sobre la Tierra, que está dividida en dos polos o energías de un imán. K’at: La red, amarillo, las pruebas, la gravedad. Propicio para pedir por el desarrollo de los niños y la fecundidad de las mujeres, la liberación de los prisioneros y para que el conocimiento sagrado no se pierda.
Ak’ab’al: El Kab’awil. Los dos ganchos laterales. Representa la luz y la oscuridad simultáneamente. El cielo oscuro representa la sombra y las líneas oblicuas que salen de arriba representan la luz que despeja las tinieblas del materialismo sobre la tierra. Ak’ab’al: aurora, atardecer, las dos polaridades de la energía lumínica. Día propicio para pedir a Dios que aclare nuestro camino, estabilidad y esperanza, luz y felicidad para la comunidad. Los nativos de Ak’ab’al son grandes personajes, se mantienen jóvenes, de vida azarosa y llena de lucha, idealistas prácticos, muy queridos por la gente.
Kaan: El Kab’awil. El dibujo del ángulo superior izquierdo representa el diseño que tienen en el lomo las serpientes. Kaan: la serpiente, el espiral de la evolución. Propicio para pedir por la evolución espiritual, por el equilibrio, para dar gracias. Para pedir compañero o compañera en la vida. El nativo de Kaan es inteligente, leal, enérgico, de gran espíritu de sacrificio, tradicionalista.
Keme: El Kab’awil. Representa un muerto, con sus ojos cerrados y los dientes fuera. La línea vertical representa el ciclo de muerte y nacimiento: la reencarnación. Keme: muerte, nacimiento. El adivino. Propicio para pedir protección por la comunidad, buena memoria, capacidad y tranquilidad: El nativo de Keme es clarividente, astuto e inteligente, carismático y capaz de autocontrol, altruista.
Kiej: El Kab’awil. Es el dibujo de una mano cerrada, los 4 puntos cardinales son representados por los cuatro dedos de la derecha y potenciados por el dedo opositor. Kiej: venado, cuatro polaridades. Propicio para pedir fuerza y poder, entendimiento, valor para trabajar, éxito en la vida. El nativo de Kiej es fuerte, responsable, arrebatado, manipulador y ocupa cargos importantes.
Q’aniil:El Kab’awil. Representa una perforación en la tierra con el Tikjob, instrumento agrícola utilizado para abrir la tierra en que se depositan las semillas. Las 4 esferas representan 4 semillas que a su vez simbolizan los 4 hombres de maíz o las 4 razas de Humanidad, negra, roja, amarilla y blanca. Q’aniil: la semilla. Propicio para revivir tierras estériles, otorga fertilidad y salud; se pide por todo lo que se va a iniciar. El nativo de Q’aniil es intuitivo, emotivo, trabajador, fértil, calculador y amoroso.
Tooj: El Kab’awil. Representa una rueda con su eje. El círculo con un punto en el centro simboliza la ley de causa y efecto. Tooj: el pago. Propicio para retribuir los dones recibidos, alabar al abuelo sol, ponerse en armonía con el creador y pedir que la luz llegue a todos. También para recibir el bautizo. El nativo de Tooj es flemático, respetuoso, posesivo, inquieto y enfermizo.
Tz’I: El kab’awil.Representa en el lado izquierdo las fuerzas superiores e inferiores que manejan la ley espiritual, y del lado derecho la cola de Tz’i, que es el perro guardián de la Ley. Tz’i: la ley, la justicia, el orden. Propicio para que se haga justicia, material y espiritual, que no haya desviación en el camino espiritual, equilibrio emocional, orden y transparencia. El nativo de Tz’i es justo y pueden ser grandes espías, descubridores de secretos, ritualistas, abogados, jueces y magistrados.
Los días sagrados del Chol’qiij
Son los días sagrados que van marcando hitos en la vida de los hombres. Los mayas celebran las fiestas señaladas por Chol’qiij, que generalmente las prescribe en días 8 y 9, siendo el 8 el número más sagrado, y la fiesta más importante obligada por el calendario el 8 B’aatz, el principio de Chol’quiij, el Año Nuevo maya.
En toda la región maya-quiché éste es el primer día del año. Así lo conciben los naturales de Guatemala de ayer, hoy y probablemente de mañana. Es tradición y así se seguirá haciendo. Todas las publicaciones de agendas con el Chol’qiij, que son cerca de sesenta, comienzan en 8 B’aatz; en la región maya yucateca el principio del calendario es el 1 Imox.
Otras fiestas son:
8 Kiej: día de la energía espiritual del sacerdote maya.
8 Ee’: día del Destino. Sacbe, el Camino Blanco.
8 Kaan: día de la fuerza serpentina espiritual.
8 Tzi’kin: día de la sagrada comunión.
8 I’k: día de purificación.
8 No’j: día del conocimiento.
9 B’aatz: día de la sacerdotisa maya.
El Haab
El Haab es el año de 365 días que consta de 18 meses de 20 días y un mes de 5. En este caso se utilizan en el area maya-quiché las mismas denominaciones que en área maya-yucateca. Los nombres de los meses y sus significados son los siguientes:
1. POP JAGUAR Petate, autoridad.
2. UO RANA Negro cielo, inframundo, mes de los Ajq’ij, o sacerdotes mayas.
3. ZIP CIERVO Cacería, curación,I’xchel.
4. TZ’OTZ’ MURCIELAGO
5. TZ’EK CALAVERA Cuenta, tierra, abeja, colmena.
6. XUL PERRO, TAPIR Fiesta de Chik’kaban. El 16 se festeja la subida al cielo del Kukul’kaan.
7. YAXKIN NUEVO SOL Verde sol. Mes dedicado a todos los dioses.
8. MOL JADE Recolectar, reunir, pedir flores.
9. CHEN NEGRO Tormenta, pozo, luna, cueva.
10.YAX AMARILLO Venus, festejos de renovación de los Kab’awil ( monolitos )
11.SAQ BLANCO Constelación rana. Festejo de cazadores.
12.KEJ ROJO Venado.
13.MAK MARIPOSA Festejos a la gente más anciana. Tiempo dedicado a Itzamná.
14.KANKIN ARMADILLO Palo. Mancha.
15.MOAN BUHO Lluvia. Nubes. Festejo a los campos de Ka’kaoo.
16.PAX PANTERA Tambor, guerra. Festejos Pakum Chak. Todo el mes dedicado a Kukul’kaan.
17.KAYAB TORTUGA Luna. Parto.
18.KUMKU MAIZ Almacenar.
19.UAYEB ESPECTRO Ayuno, rezo, penitencia.
El uayeb, último de los meses, tiene una duración de 5 días que están dedicados a la meditación y reflexión y para el que están prescritos sacrificios y austeridades, completándose así un año solar de 365 días. No está completamente esclarecido en qué día del calendario gregoriano comienza el Haab. Algunos sitúan su fecha de inicio cerca del 25 de febrero, otros en abril, y otros en el mes de junio, coincidiendo con el solsticio de verano en el hemisferio norte. En días de marzo de 1997 mayas yucatecos y centroamericanos celebraron un concilio dentro del cual buscaron consenso acerca del comienzo del Haab.
El Chol’qiij se combina con el Haab de tal manera que al cabo de 52 años vuelve a coincidir el comienzo de ambos. Si bien éste no es el calendario religioso, aporta alguna información importante sobre aquél. El cargador del año es un dato que se obtiene a partir de la combinación de ambos calendarios. El primer día del Haab es el cero (0) Pop, que corresponde a un día del Chol’qiij, ese día es el cargador de ese año, lo que implica que todo el año tendrá gran influencia de la divinidad calendárica que rige ese día. En el ciclo actual, cuya duración es de 520 años, sólo pueden ser cargadores Kiej, liq, No’j y Ee. En el próximo ciclo se rotarán por otros cuatro.
Las fiestas señaladas por el Haab son:
El cero (0) Pop: primer día del año
El solsticio de verano el 21 de junio.
El solsticio de invierno el 21 de diciembre.
El equinoccio de primavera el 21 de marzo.
El equinoccio de otoño el 21 de septiembre.
Bibliografía
Berlin, Heinrich, Signos y significados en las Inscripciones Mayas, Instituto Nacional del Patrimonio Cultural de Guatemala, Ministerio de Educación, Guatemala, C.A. 1977.
Morley, S., La civilización Maya, Fondo de Cultura Económica, México, 1947.
Thompson, J.E., Grandeza y decadencia de los Mayas, Fondo de Cultura Económica, México, 1959.
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Patricia Muñoz
http://www.revistaesfinge.com/culturas/culturas-del-mundo/item/773-los-senores-del-tiempo