Science Codex, 21 de mayo de 2015
Un nuevo estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y la Universidad de Clemson ha encontrado que la toxina presente en los cultivos de maíz Bt modificado genéticamente tiene poco efecto sobre las plagas de los cultivos del maíz, como la del gusano del maíz (Helicoverpa zea), lo cual es algo que ya se dijo hace 20 años, aunque prefirió ignorarse. Este estudio es una señal para que prestemos más atención a la resistencia a las plagas agrícolas en los cultivos transgénicos.
Mediante Ingeniería Genética el maíz produce una proteína, la de la bacteria Bacillus thuringiensis (Bt), que a su vez produce una toxina llamada Cry1Ab. Este maíz transgénico fue diseñado originalmente para hacer frente a la plaga denominada barrenador europeo del maíz (Ostrinia nubilalis) y empezó a comercializarse en 1996.
A finales de 1990, los científicos descubrieron que la toxina Cry1Ab era bastante eficaz contra Helicoverpa zea. Pero los científicos también dijeron que algunos individuos de esta especie desarrollarían resistencia a aquella toxina. Este trabajo fue llevado a cabo, en parte, por Fred Gould, investigador de entomología en la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
15 años más tarde, otro investigador de la misma Universidad quiso comprobar si las predicciones de Gould se habían cumplido:
“Queríamos hacer un estudio de campo para ver qué cambios se habían producido desde aquel trabajo realizado en los años 1990. ¿Había indicios de que Helicoverpa zea se hubiese vuelto resistente?”, dice Dominic Reisig, profesor asociado de entomología en la Universidad Estatal de Carolina del Norte y autor principal de un artículo en el que se describe el estudio realizado.
Reisig y su colaborador, Francis Reay-Jones, de la Universidad de Clemson, evaluaron sobre el terreno los cultivos de maíz, tanto en Carolina del Norte como en Carolina del Sur durante dos años, y los resultados fueron esclarecedores.
A finales de 1990, la toxina Cry1Ab, reducía tanto el número de larvas deH. zea como el tamaño de las larvas, en comparación con el maíz no Bt. Pero Reisig y Reay-Jones han encontrado que ahora la toxina tiene o muy poco o ningún efecto sobre el control de las poblaciones o el tamaño de las larvas de H. zea, en comparación con el maíz no Bt (maíz no transgénico).
“Ya hubo advertencias de que H. zea podía desarrollar resistencia a esta toxina. Pero no se atendió a este advertencia y no se produjo ningún cambio en la forma de gestionar Cry1Ab, ahora parece que H. zea ha desarrollado resistencia”, dijo Reisig.
Sin embargo, Reisig señala que no se puede decir que H. zea haya desarrollado definitivamente resistencia a la toxina, ya que el trabajo fue un estudio de campo en lugar de un experimento realizado en un laboratorio con la toxina Cry1Ab pura.
“Nuestra intención se centró en determinar si se había producido resistencia en el medio ambiente, y vimos que sí. Esto también puede explicar por qué H. zea es una importante plaga del algodón, cada vez menos sensible a una toxina relacionada con el algodón transgénico, la Cry1Ac. Este hallazgo es de un importancia económica limitada, de momento, debido a que las empresas de Biotecnología ya han desarrollado nuevos toxina Bt más eficaces contra las plagas de H. zea.
Pero el estudio no deja de tener relevancia. Los métodos que se emplean para mostrar resistencia o no son un tanto arbitrarios… Yo, así como otros muchos investigadores, estamos diciendo que se están produciendo cambios, pero son advertencias que se ignoran. Esta es una de las razones por las que hicimos el estudio.
Estos hallazgos deben hacernos recapacitar de que tenemos que prestar atención sobre las posibles pistas sobre el desarrollo de la resistencia. No podemos esperar que encontremos siempre una nueva toxina para los cultivos transgénicos que reemplace a la antigua”.
Cita: “Inhibición del crecimiento de Helicoverpa zea por las toxinas presentes en el maíz transgénico Bt y desarrollo de resistencia a Cry1Ab”.Entomología ambiental. Este trabajo ha sido apoyado en parte por Monsanto, que es la Empresa que ha desarrollado el maíz transgénico que produce la toxina Cry1Ab.
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Dominic D. Reisig y Francis P. F. Reay-Jones
Environ. Entomol. 1-11 (2015); DOI: 10.1093 / ee / nvv076
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Resumen:
El maíz transgénico, Zea mays L., que expresa la toxina Cry1Ab delBacillus thuringiensis (Bt) es sólo moderadamente tóxica para Helicoverpa zea (Boddie), que se lleva comercializando desde el año 1996. Se ha controlado el crecimiento y desarrollo de H. zea para determinar los posibles cambios con el tiempo en la susceptibilidad a este toxina. Las pequeñas parcelas de maíz que expresan Cry1F, Cry1F Cry1Ab, Cry1Ab Cry3Bb1, Cry1A.105 Cry2Ab2 Cry3Bb1, Cry1A.105 Cry2Ab2 y Vip3Aa20 Cry1Ab mCry3A se cultivaron en 2012 y 2013 en Carolina del Norte y del Sur, con pares híbridos no Bt con los mismos antecedentes genéticos. Se tomaron muestras de las larvas de H. zea en tres períodos de tiempos y se midieron los siguientes factores: zona del núcleo lesionada (cm2) por las larvas de H. zea; el número de larvas en las orejas del maíz (La oreja es la parte reproductiva femenina de una planta de maíz. Las orejas se desarrollan a partir de “vástagos”, que son estructuras en forma de tallo que crecen de los nodos de la hoja de la planta); peso de las larvas, longitud de las larvas, ancho de la cabeza de las larvas. Se recogieron muestras de las pupas solamente en un período de tiempo y se registraron los siguientes factores: número de pupas en las orejas del maíz, peso, tiempo de eclosión ( aparición de un insecto de la caja de la pupa) y el número de ellos que eclosionan. No se observó una reducción en el peso de las larvas, ni el número de insectos que pasan a la fase de pupa, ni en el peso de las pupas, ni el tiempo de eclosión, ni en el número de pupas que eclosionan con éxito a la edad adulta en el maíz que expresa Cry1Ab en comparación con el maíz no Bt. Como el maíz Bt que expresa Cry1Ab se viene utilizando desde 1996, H. zea puede haber desarrollado resistencia a Cry1Ab en el maíz, aunque los resultados no son exhaustivos, dado el limitado período de muestreo, el tamaño y el área geográfica. También se encontró que era mayor el impacto negativo en el crecimiento y desarrollo de las larvas en el maíz con rasgos apilados en lugar de rasgos individuales.
La agricultura orgánica debe tener un depredador natural, selectivo del gusano del maíz, mientras que la transgénica, plaguicidas (los que deben provocar un ambiente hostil para el resto de pequeños animales e insectos) y si se ha vuelto resistente, más plaguicidas.