Dice un historiador saudí: “La mujer occidental conduce porque no le importa ser violada”. No, mamón, no. La mujer occidental conduce porque vive en la edad moderna, no como la tuya que, por culpa de neardentales como tú, sigue viviendo en la edad de piedra.

Pero no contentos los enturbantados sin cerebro con sus disparates, el tipejo que sucederá a Jamenei al frente de Irán se ha quedado a gusto al culpar, en una oración colectiva en Teherán, a las mujeres que se visten “de manera provocativa” de propagar la promiscuidad y de ese modo provocar los terremotos. “Cuando se propaga la promiscuidad aumentan los terremotos”, declaró el clérigo iraníHojatoleslam Kazim Sadeghi. (Otra vez, no, nuevo mamón. No confundas tus represiones sexuales con la moralidad).

“Por lo tanto, la única manera de evitarlo es refugiarse en la religión y adoptar una conducta de acuerdo con las leyes islámicas”, añadió Sadeghi designado el año pasado por el ayatolá Alí Hoseiní Jameneí, líder supremo de Irán, como líder sustituto de la oración en la capital del país Teherán.

Sin embargo, no es el primer clérigo del mundo que atribuye los desastres naturales a la conducta humana. En 2010, el evangelista estadounidense Pat Robertson declaró que el devastador terremoto en Haití del mismo año fue consecuencia del supuesto pacto que realizó la población de este país con el diablo en el siglo XVIII.

Qué difícil va a ser acabar con la estupidez humana. Hace siglos que conocemos las causas de los desastres naturales (rayos, terremotos, tsunamis, volcanes,…). Pero los descerebrados “ministros” de dios siguen empeñados en asustar a sus seguidores con lo mismo que los brujos y chamanes de hace milenios asustaban a sus pueblos. No se trata de criminalizar al islam sino de denunciar la aberración que supone tener sometidos a seres humanos por el simple hecho de creerse en posesión de la moral. Y, aunque hoy los católicos emplean ‘métodos modernos’, siguen siendo igual de patéticos que sus homólogos islámicos.

Islam, mujer, cristianismo y terremotos