El mercurio es un metal pesado muy perjudicial para la salud y el medio ambiente, que se sigue utilizando tanto en la composición de productos de consumo como en procesos de fabricación. Es tóxico en sus diversas formas: elemental, derivados orgánicos e inorgánicos.

Si bien, lamentablemente, todavía hay mucha industria que contamina con este metal, y todavía son muchos los productos que pueden contener compuestos de mercurio, como es el caso de las amalgamas dentales, el pescado, las vacunas, o las bombillas de bajo consumo, entre otros, aquí nos vamos a centrar en uno:

Es el caso de las soluciones para lentes de contacto, pues a pesar de que cada vez más fabricantes están evitándolo, todavía quedan empresas que lo añaden.. En el envase puede aparecer bajo nombres comotimerosal o tiomersal. 

Si tenemos en cuenta que el líquido de lentillas se utiliza durante años a diario, varias veces, entrando en contacto directo con los ojos, hay que preguntarse ¿cómo puede ser que un líquido que durante años se va a utilizar directamente en el ojo, contenga un conocido neurotóxico que puede dañar la vista, el cerebro y otros órganos?

Aunque muchos países hayan regulado para limitar el uso del mercurio, las investigaciones de los últimos años han demostrado que la exposición a bajas cantidades de mercurio durante largo tiempo puede producir una alta toxicidad. Es por esto que no parece una buena idea usar a diario un producto que lo contenga.

Y no hay que olvidar el efecto acumulativo, que las leyes que regulan estas sustancias no suelen contemplar. Una persona puede usar a diario líquido de lentillas, comer pescado contaminado, llevar amalgamas con mercurio, utilizar una sombra de ojos, colirio, o crema que lo contenga, respirar aire contaminado de una industria o vertedero cercano… etc.

El mercurio es un conocido neurotóxico, que además afecta al sistema inmune, es capaz de envenenar de forma irreversible muchas enzimas corporales, puede afectar seriamente al sistema nervioso en desarrollo o ser el responsable de enfermedades cardiovasculares o de problemas visuales. Estos son algunos de los efectos tóxicos que este metal pesado puede ocasionar en una persona si entra en el organismo:

• trastornos neurológicos y de comportamiento
• problemas de vista y oído
• insomnio
• dolores de cabeza
• pérdida de memoria
• afectación del sistema neuromuscular
• temblores
• daños en el riñón
• daños en la glándula tiroides
• enfermedades cardiovasculares
• depresión
• cansancio
• problemas de encías
• alergias
• cáncer
• genotoxicidad
• enfermedades autoinmunes
• efectos en el sistema inmunológico
• latidos irregulares
• anemia
• abortos y daños en los fetos en desarrollo
• efectos significativos en la reproducción
• efectos en el sistema digestivo
• efectos en el sistema respiratorio
• efectos en la piel

No es fácil para el consumidor medio identificar el mercurio ya que se presenta en forma de diferentes compuestos y puede aparecer bajo diversos nombres, estos son algunos:

– Timerosal, tiomersal, tiomersalato, tiomersalan, merfamin, mertorgan, merzonin, mertiolato…

• agua y aire contaminados
• fracking
• amalgamas dentales
• pescado
• lámparas fluorescentes, bombillas de bajo consumo, faros de automóviles
• plaguicidas
• desinfectantes de semillas
• biocidas en la industria del papel
• vacunas
• pinturas
• soluciones para lentes de contacto
• cremas y jabones para aclarar la piel
• geles anticonceptivos
• gotas nasales, óticas y colirios
• desinfectantes dérmicos, antihemorroidales, antihistamínicos, corticoides, antivirales, antimicóticos…
• forros de zapatos
• abrillantadores de suelos y zapatos
• conservadores de la madera
• escapes industriales
• clínicas dentales
• incineración de basura
• refinerías
• centrales termoeléctricas
• producción de cemento, cloro alcalino.
• extracción y procesamiento de mercurio, hierro, acero, zinc, plata y oro
• plantas de tratamiento de aguas residuales
• análisis químicos, reactivos de laboratorio
• aplicaciones de interruptores
• combustión de carbón
• termostatos, termómetros, manómetros y barómetros
• industria farmacéutica
• industria cosmética

Hemos normalizado un sistema de vida que enferma el medio ambiente de la Tierra y de cada ser vivo que la habita. ¿De verdad queremos dejarles esta herencia tóxica y mala salud crónica a las futuras generaciones? Pequeños gestos como comenzar a apoyar a agricultores ecológicos locales o a empresas con el compromiso de economía del bien común, pueden ser el granito de arena de cada uno para lograr un gran cambio. Todos tenemos una responsabilidad y un poder para transformar las cosas que no deberíamos infravalorar.

Puede que los gobiernos estén al servicio de los lobbies, pero hay un poder que nadie nos puede quitar en esta sociedad de consumo: el voto que le damos a alguien cada vez que compramos. No olvidemos aquello del efecto mariposa: el simple aleteo de una mariposa puede desencadenar una tormenta.

Fátima Solé

Naturópata