La unión de nuestras almas representa el principio tangible de la hermandad.
Esta unión nos encausó en un mismo camino y un mismo destino; llegar a Shangri-la…
Un destino interpretado por los ojos humanos como irreal y utópico pero que representa para cada uno de nosotros, el sueño unánime y colectivo que opera en nuestro interior, dándole conciencia y propósito a nuestra vida.
Un sueño que trabaja internamente de forma individual para prepararnos y moldearnos de tal manera que seamos seres aptos de vivir y construir una realidad bajo los parámetros que la llegada a Shangri-la representa.
El trabajo interno de transformación y cambio de cada uno de nosotros nos acerca a este sueño, nos prepara para abordar esa realidad superior y nos conecta e integra conscientemente como un solo ser; tomando vida y dejando atrás al individuo; convirtiéndonos en seres hermanados que comparten un sueño y que se encuentran en camino hacia un mismo destino.
La transformación en Shangri-la es un hecho…
Nuestras versiones más sagradas ya habitan en este mágico lugar…
Cada dificultad, cada conflicto interno vio la luz para preparar nuestras almas para arribar a este destino…
Ya no somos individuos afectados por procesos y causas humanas porque nuestra vida ahora es bajo la visión y la guía del alma…
El alma, como la entidad primera que habita en el interior de cada uno de nosotros, respondiendo a cada idea, pensamiento o acción que llevemos adelante. Desde un estado absoluto de conciencia y atención, somos seres despiertos y conectados entre sí.
Haber transformado la autonomía de nuestra mente y la rebeldía de nuestra personalidad fueron los primeros pasos dados para modificar nuestra humana condición en una nueva condición sagrada y digna de habitar en la tierra de maestros y sabios…
Siguiendo sus pasos y actuando en relación a su ejemplo; nos convertimos en individuos alumbrados por la luz y el amor que porta cada enseñanza…
En comunión unos con otros; construimos la realidad extraordinaria que alguna vez, soñamos vivir…
Una realidad que se basa primordialmente en el Amor…
Un amor consciente y genuino; que no esconde restos de miserias humanas que nos hagan caer en la especulación…
Un amor que es tangible en cada gesto y actitud por el respeto y la incondicionalidad que lo caracteriza…
El respeto que se manifiesta por el otro y por uno mismo; comprometiéndonos a disolver de nuestro interior cada pensamiento que no contenga la luz y la pureza que refleja nuestra propia esencia…
Shangri-la es sinónimo de conciencia; es sinónimo de alegría; plenitud, paz y esperanza…
Cada una de estas cualidades moran internamente en cada uno de nosotros…
Construimos juntos una vida de armonía y felicidad porque somos incapaces de generar cualquier tipo de actitud que nos distancie de esta realidad interior…
Somos seres plenos porque somos conscientes de la bendición que nuestra vida representa; somos conscientes de la posibilidad que nos fue concedida…
Tras haber transformado nuestras dificultades; nos fue regalada la oportunidad de vivir una vida soñada; donde la paz es tangible y verdadera en nuestro interior y en nuestra mente, reflejándose en nuestra mirada, en nuestro decir y en cada actitud y pensamiento…
Arribar a Shangri-la representa nuestra libertad…
En este lugar; somos seres libres de paradigmas y arquetipos sociales, somos libres de ideologías y de creencias humanas impuestas con la finalidad de someternos y encarcelarnos…
Somos conscientes de nuestra libertad ganada porque somos libres del sufrimiento, comprendiendo conscientemente que sólo depende de nosotros someternos o no a una existencia gobernada por el dolor…
Somos seres libres porque transmutamos nuestras dificultades más profundas cuando soltamos el ego y la baja autoestima; nos liberamos de la victimización y erradicamos la indiferencia…
Aprendimos a valorar y valorarnos…
Nos reconocemos como parte de la creación; una creación que está viva en cada latir de nuestro corazón…
Somos seres agradecidos a la vida por haberle dado significado y rumbo a nuestra existencia…
Shangri-la es la tierra que soñamos…
Es la tierra de caballeros y damas; de magos y sacerdotisas; de príncipes y doncellas; ángeles y trovadores; de artistas, pintores y escritores…
Es la tierra de maestros y discípulos, de guías y guardianes que protegen y aman este sagrado lugar, un nuevo mundo, nuestro hogar…
Shangri-la está en cada uno de nuestros corazones y sólo al llegar primero de forma interna es que podremos construir este sagrado lugar que nos recibe y contiene para seguir iluminando nuestra vida, nuestras almas y las almas de todo el mundo…
Ser habitantes de Shangri-la es un sueño que nos compromete, nos involucra y nos transforma porque somos los portadores de la esperanza de la humanidad…
Shangri-la es el sueño de convertirnos en embajadores de amor, respeto y hermandad para poder darle conciencia, paz, luz y esperanza al mundo…
Shangri-la es nuestro desafío, nuestro propósito y nuestro destino…
Seamos un ejemplo de amor, vivamos en comunión entre cada uno de nosotros y construyamos nuestro Shangri-la para darle al mundo, el cambio y la transformación que nos permitan construir un mañana lleno de esperanza…
Que el cambio individual de cada uno de nosotros nos brinde la oportunidad de que algún día, nuestro anhelado Shangri-la, sea toda la tierra…
Que así sea; y cumplamos con nuestra parte…
Lic. Karina Zullo
Yo procuro no salir de entre los muros de Shangri-la