Sin embargo, pero en el siglo XII, Geoffrey de Monmouth (clérigo, escritor, importante personaje en la cuestión de Bretaña y responsable en la expansión y notoriedad de los relatos sobre el Rey Arturo) pensaba que el nombre deriva de la traducción de «isla de las manzanas». En el idioma bretón, manzana se dice aval, y en idioma galés se dice ‘afal’; Avalón también fue llamada Isla de Cristal.
Ubicación
En el siglo XI algunas de las tradiciones artúricas indican que este lugar puede estar situado en Glastonbury (al sur de Inglaterra), donde existía una colina (Glastonbury Tor) que se elevaba como una isla en medio de los pantanos. Según el cronista medieval Giraldus de Cambrai, durante el reinado de Enrique II, se realizó una búsqueda en la zona, lo que, al parecer, llevó al descubrimiento de un enorme ataúd de roble con una inscripción que rezaba «Aquí yace sepultado el Rey Arturo, en la isla de Ávalon».
De Cambrai cuenta cómo los restos fueron trasladados en una gran ceremonia a la que asistieron el Rey Eduardo I y su consorte y, según él, ahora estarían en el altar mayor de la abadía de Glastonbury, sitio que se convirtió en un foco de peregrinaje hasta la reforma anglicana.