9 vidas de los 9 gatos más ilustres de la literatura

Los gatos ocupan un rol preponderante en la literatura, aunque menos como personajes que como compañía incansable de sus autores, testigos mudos y sigilosos del proceso de escritura.

Sin embargo, algunos felinos astutos han logrado evadir la trastienda de la literatura y expandir de forma extraordinaria ese crédito de nueve vidas.

A continuación repasaremos los 9 gatos más ilustres de la literatura.

I. Behemoth: El maestro y Margarita (Мастер и Маргарита, Mijaíl Bulgákov)

Behemot interpreta con maestría aquellos pensamientos, aquella vida interior, que desde tiempos inmemoriales venimos imaginando en los gatos. Desde luego, son adorables y hogareños, pero en el fondo de todo felino se esconde un Behemot, gato que adora irse de parranda y es capaz de formular las más sutiles ironías. Si el mismísimo Satanás tuviese un gato, ése sería Behemot.

II. El gato con botas (Puss in Boots)

Astuto por naturaleza, el Gato con Botas no solo se lanza en la búsqueda de su propio ser sino que además no olvida jamás a su amo. Su arrojo le gana la admiración del rey y la cama de la princesa.

III. Gato de Cheshire: Alicia en el país de las maravillas (Alice in Wonderland, Lewis Carroll)

Engañoso, un tanto siniestro, y con una sonrisa que se toma su tiempo para disolverse en el aire, el Gato de Cheshire finalmente asume un rasgo de bondad al ayudar a Alicia en el mítico partido de croquet con la Reina de Corazones.

IV. Church: Cementerio de animales (Pet Sematary, Stephen King)

Uno de los pocos gatos zombis de la literatura. A pesar de haber muerto, Church se resiste a abandonar el felino placer de atrapar pájaros y ratones. Solía ser un gato ejemplar hasta que fue atropellado por un camión, luego enterrado en un cementerio maldito y finalmente resucitado.

V. Ser Pounce: Festín de cuervos (A Feast for Crows, George R.R. Martin)

Adorable gato en medio de un mundo violento. En la novela, Margaery Tyrell le regala a Tommen Baratheon tres pequeños gatitos. Uno de ellos es Ser Pounce, felino admirable en todo sentido, a tal punto que a veces se inmiscuye en la versión televisiva de Game of Thrones para cortar de cuajo cualquier tipo de tensión sexual.

VI. Gato: Desayuno en Tiffany (Breakfast at Tiffany’s, Truman Capote)

Sin nombre propio, el Gato de Desayuno en Tiffany es un ejemplo de independencia, de paz e indiferencia frente al paso del tiempo. Su presencia en la novela, muda y sigilosa como la de todos los gatos reales, adquiere una dimensión insospechadamente profunda mientras duerme largas siestas sobre la escalera.

VII. El gato del sombrero (The Cat in the Hat, Dr. Seuss)

Excitable, este misterioso gato entretiene a Sally y su hermano mientras mamá está fuera de casa, asegurándose de que cumplan todas las labores domésticas que ningún felino decente se atrevería a realizar.

VIII: Muchos gatos: Los gatos de Ulthar (The Cats of Ulthar, H.P. Lovecraft)

Pocas veces se ha visto en la literatura que una secta de humanos peregrinen por el mundo para vengar la muerte injusta de los gatos. H.P. Lovecraft ejecuta esa curiosidad con macabra precisión.

IX. Pluto: El gato negro (The Black Cat, Edgar Allan Poe)

Leal hasta lo temerario, Pluto realmente adora a su amo hasta que éste se hunde en el alcoholismo y decide amputarle un ojo y luego colgarlo. Frente a tamaña ofensa, es perfectamente comprensible que Pluto se tome venganza del modo más teatral posible. Como dato curioso, dejamos la biografía de Caterina, la verdadera gata negra de Edgar Allan Poe.

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