ATLAS – ATLANTE – SCHU

Según revelaron los diferentes escritos de Homero y Hesíodo, pudimos conocer muchas de las características de uno de los Titanes más importantes de la historia, Atlas, quien era capaz de sostener la Tierra separada de los cielos en sus manos y hombros. También es conocido como Atlante, un titán condenado por Zeus a mantener separada la tierra del cielo para toda la eternidad.
Atlante era el hijo de la ninfa Climene y de Japeto, así como hermano de Epimeteo, Menecio y Prometeo, aunque otras versiones aseguran que era hijo de Gea y Urano.
Atlas reinó en Arcadia, en lo que hoy en día es la zona noroeste de África, lugar donde se encontraba uno de los grandes tesoros de la antigüedad para los griegos, el árbol divino, un árbol de hojas y frutas doradas, las mismas que Gea regaló a Zeus en su boda con la dios Hera y que hemos podido ver en infinidad de representaciones pictóricas.
Durante su juventud, Atlas se casó con Hesperis, con quien tuvo seis hijas, que con el tiempo fueron popularmente conocidas como las Hespérides o Atlántides, quienes tenían como misión principal cuidar y mantener el jardín donde se encontraba el árbol divino de frutos y hojas de oro.
La leyenda dice que Perseo visitó el reino de Atlas después de matar a Medusa la Gorgona, una vez allí se presentó como hijo de Zeus pidiendo hospitalidad y queriendo hacer parada en su regreso a casa. En ese momento, Atlas recordó que había una profecía que revelaba que uno de los hijos de Zeus le robaría sus riquezas, incluido el árbol del jardín.
Atlas le negó la hospitalidad y ante tal negativa, Perseo sacó la cabeza de Medusa y la puso frente a los ojos del titán Atlas, convirtiéndole de manera automática en una piedra de enormes dimensiones a la que hoy conocemos como Cordillera del Atlas, en Marruecos principalmente. 
Otra de las muchas versiones revela que fue Heracles (Hércules) quien engañó a Atlas para que recuperase algunas de las manzanas de oro del jardín del árbol divino como parte de sus doce trabajos.
Realmente, no importa cuál de estas dos o de las muchas otras historias sobre el mito de Atlas sea cierta, lo que sí es cierto es que tiene una gran presencia incluso en nuestros días, y en diferentes países. Por ejemplo, en Libia se dice que era un erudito de las matemáticas y la filosofía así como un genial astrólogo, que construyó el primer globo celeste y descubrió la esferidad de las estrellas. Sea como sea, Atlas sigue siendo uno de los grandes personajes de la mitología griega.
Hay pruebas en los textos egipcios sobre la Isla de Atlantis, descrita como la “Isla del dios Schu”, que es el mismo que los griegos interpretaron y tradujeron como Atlas, por ser Schu o Shu, precisamente, el dios que sostiene y eleva el cielo.
El investigador Georgeos Díaz-Montexano ha hallado numerosos ejemplos de una región que los egipcios sitúan en el lejano occidente, en el Amenti y que se representaba como una isla, y dentro de la misma siempre aparece el texto siguiente: “La ciudad de HAZLA o AZLA: el dios que la ocupa (o que habita en ella) es el que soporta o carga el cielo”. “El que Soporta o Carga el Cielo” es un indiscutible sobrenombre del dios Schu, equivalente del griego Atlas, y de hecho, una de las variantes de esta isla especifica que “El dios que la ocupa (o vive en ella) es Schu”.

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