ENCUÉNTRATE A TI MISM@

“Pensé en irme a la India para encontrarme. Creía que tal vez yo estaba allá…”

Encuéntrate a ti mismo mi amigo. Encuéntrate a ti misma, amiga mía. Porque sólo entonces podrás sentirte verdaderamente. Sólo entonces podrás expresarte, y sentirte auténtico, y sentirte viva. Cuando hablamos de encontrarnos a nosotros mismos queremos decir que estamos buscando una paz y una felicidad más auténticas, más profundas. Queremos encontrar nuestro lugar en el mundo y estar satisfechos con nuestra situación vital. Queremos llenar el vacío que sentimos en el fondo del pecho y contactar con el propósito divino por el cual nuestras manos quieren bregar. Intuimos que somos parte de una energía omnipresente de infinitas variaciones en su expresión, y empezamos a reconocer muy dentro nuestro que somos un rayo de ése Sol Magnífico que quiere iluminar y calentar el mundo, a menudo frío y húmedo, en el que nuestro espíritu busca su alegría.

Y éste anhelo profundo puede ser saciado. En nuestro mundo hay agua para la sed, hay alimento para el hambre y sueño profundo para nuestro descanso nocturno…Créeme, entonces, que hay también Plenitud para llenar el Vacío que sientes. Podríamos decir incluso que el Vacío, como doloroso impulso para buscar la Plenitud,se siente solamente cuando, inconscientes de nuestra propia existencia, nos negamos a participar en la sublime representación de la vida. Cuando torpemente buscamos las cosas en donde no se encuentran. Ha llegado el momento, si así lo quieres, de encontrar. Y no meramente ya de buscar. Tu felicidad y los prósperos regalos que puedes dar a tus hermanos dependen de ello.

Deja ya de buscarte en los lugares en que sabes que no te encontrarás. No te busques en el mundo exterior, no te busques en una relación y no te busques en las descripciones que los demás hacen de ti o del “tú ideal”, que no eres. Encuéntrate en lo que eres verdaderamente. Escucha tus pensamientos, sin esclavizarte a ellos, puesto que sabes que pasan como las nubes en el cielo, y que son igual de insustanciales (nunca puedes asir uno sin que se desvanezca); pasa más allá y contacta con el silencio superior que no calla por estar confundido sino por conocer ya todas las respuestas. Siente tu corazón, ten la disposición y la valentía de contactar tus sentimientos. Lo importante aquí no será la calidad de los sentimientos que tienes (buenos o malos) sino la calidad de la atención que depositas en ellos (plena y abierta, o indispuesta y cerrada). El corazón no siempre está contento si lo tienes en el lugar en el que no quiere estar; pero un corazón incómodo que es escuchado, se convierte de inmediato en un corazón guía que nos muestra a dónde ir y, de esta manera, pronto se transforma en un corazón que no necesita ser silenciado para gustar de la vida, puesto que realmente se siente plenamente satisfecho. Contacta con tu cuerpo, con ésa sabiduría salvaje y primitiva (no viciada ni desordenada) que a través del bienestar te dice lo que has de hacer, y a través del malestar te informa de lo que es mejor evitar. ¡Qué mensaje más sagrado que aquél que no necesita de palabras para que sea entendido por la mente y los sentidos!

No vayas a otro lugar para encontrarte, porque siempre estás contigo: encuéntrate dentro de ti y después acompáñate a cualquier lugar que vayas. No te busques en otra persona, porque las personas pueden irse o cambiar. No te busques en las descripciones, ideales o alabanzas de los demás: no te encontrarás ahí. Los ideales de las personas son sólo información almacenada sin haber sido revisada o preferencias manipuladas de lo que el mundo debería darles para satisfacer sus deseos o paliar sus carencias; estar a merced de las opiniones de la gente es arriesgarte a ser el representante de conceptos no comprobados, o de convertirte en un cumplidor de caprichos que no serán apreciados por la sencilla razón de que nacen de la carencia, y no de la gratitud. La carencia sólo exige. La gratitud sólo agradece. Comparte lo mejor que puedas tu amor con otros; y deja que los otros te compartan su amor lo mejor que puedan, también. Pero recuerda encontrarte sólo en donde estás: sintiendo lo que sientes, y no lo que deberías sentir; agradeciendo lo que tienes, y no necesitando lo que no tienes; aceptando lo que es, y no lo que debería de ser. Encuéntrate en lo Presente y no en lo ausente.

Deja de correr tras de ti sin poderte nunca alcanzar, como hacen los perros con su cola. Siéntate, respira y vívete. Estás completo. Deja de jugar a la búsqueda que nunca deja pistas. Empieza a jugar al descubrimiento que siempre tenemos delante. Deja de buscarte y comienza a encontrarte. Deja de pedir y comienza a darte.

Siéntete. Escúchate. Exprésate. Tal vez termines dándote cuenta de que no te habías perdido, sólo te estabas ignorando. No estabas confundido, sólo dejabas para después lo que temías hacer. Ni tampoco estabas solo, únicamente te habías aislado.

Piensa. Siente. Haz. Escucha. Ama. Da.

Serás recibido, amado y permitido. Y también bendecido,amado y obsequiado.

Serás feliz.

Te habrás encontrado.

Estarás en tu lugar.

Y en todos lados.

Tú serás el mundo. Y el mundo serás tú.

Atte. El Loco.

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