Cada época tiene sus cánones de belleza y estética, y algunos gustos y hábitos de antaño nos pueden parecer sorprendentes en la actualidad. Tal es el caso de las mujeres que nutrían el harén de Naser al Din Sah Qayar, el sah que gobernó Persia entre 1848 y 1896.
En la década de 1870 en Teherán abrió su estudio fotográfico Antón Sevruguin, un especialista ruso que pronto se convertiría en fotógrafo de la corte del gobernante iraní Naser al Din Sah Qayar. Al monarca le gustaba tomar fotos desde que era un niño y cuando llegó al poder estableció en su palacio de Golestán el primer estudio oficial de fotografía.
El fotógrafo ruso inmortalizó al propio sah, a sus familiares varones, sirvientes y a veces incluso a las mujeres del harén de Naser al Din, que según historiadores albergaba a hasta 100 concubinas.
Algunas de las mujeres del sah llevan unas faldas cortas semejantes a un tutú. Dicen que el monarca persa ordenó confeccionar estas prendas para las integrantes de su harén después de que en 1873 por invitación del zar ruso Alejandro II viajara a San Petersburgo y asistiera a un espectáculo de balé.