El carismático actor, hace años que posee un rancho en Mississippi de unas 50 hectáreas desde el año pasado preocupado por el colapso de las colmenas, se convirtió en apicultor.
Comenzó de a poco y actualmente ya cuenta con 28 colmenas, a su vez se ha puesto a sembrar plantas que agradan y alimentan a las abejas, es así que ha llenado su rancho de magnolias, tréboles y lavandas.
También el mismo les proporciona agua con azúcar para que beben y ni siquiera cosecha su miel.
La idea de Freeman de 77 años es que ante la posible desaparición de las abejas por culpa del abuso de parte de la agroindustria de tóxicos producidos por empresas como Monsanto y Syngenta, es crear un santuario donde las abejas puedan vivir tranquilas lejos de los herbicidas y las plantas transgénicas que invaden todo Estados Unidos.
En el siguiente vídeo en (Inglés) el propio Freeman explica como se convirtió en un apicultor conservacionista.
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