«Vivir la vida espiritual es, en primer lugar, experimentar el poder del pensamiento. Si no obtenéis grandes resultados, es porque no sois fieles a la tarea emprendida: lo que construís por un lado, lo destruís por el otro. Supongamos que hayáis decidido concentraros en la armonía: armonía de los gestos, de las palabras, de todo vuestro ser… Si no habéis aprendido a dominaros, los pensamientos, los sentimientos, los deseos caóticos siguen apoderándose de vosotros y van destruyendo todo lo que habéis logrado construir.
Para obtener algo sólido y duradero, debéis trabajar de una forma inteligente, organizada, continuada. Y no desanimaros jamás. Si no obtenéis grandes resultados en esta vida, los obtendréis en la siguiente. Preguntáis: ¿por qué no en ésta? Porque no habéis hecho esfuerzos suficientes a lo largo de vuestras reencarnaciones precedentes. Las realizaciones espirituales no se obtienen en unos meses o en unos años. Así que, debéis comprender que tenéis que poneros seriamente a trabajar en esta encarnación para sembrar algunas buenas semillas para la próxima.»
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