Aida. ¿Una África secreta?

Las sociedades secretas* han existido y aún perviven en territorio africano. La historia de las mismas es larga y compleja. Tal y como lo es todo lo relacionado con la brujería y la magia que parecen tan unidas a las sociedades africanas (rurales, sobre todo). Siendo dificultoso conocer muchas de sus actuaciones, debido al secretismo y ocultamiento con el que se viven (aunque no siempre).

En África Occidental es donde, con más frecuencia, han aparecido (pero no exclusivamente). Sierra Leona, Liberia, Guinea, Costa de Marfil o Nigeria contienen en su seno un gran número de sociedades secretas. Con un peso muy importante, a nivel económico, social y político, sin embargo las referencias y estudios sobre ellas no abundan.

Ahmadou Kourouma incidía en Esperando el voto de las fieras en la relación entre superstición, brujería y poder. Por ejemplo, tras tres intentos de asesinato del general dictador protagonista de los que se salva por diversas circunstancias, todos creen que es un ser intocable. Un cúmulo de coincidencias hacen que siga con vida, lo cual eleva su fama de hombre invulnerable. Gracias a la piedra mágica de su madre (una hechicera) y al Corán de su marabut, tiene la protección suficiente frente a conspiraciones y trampas.

 

Niños regresan de su iniciación en el Poro. Panguma, Sierra Leona (Foto: Sjoerd Hofstra, 1936)

La novela Vínculos secretos (Baile del Sol, 2014) se adentra en la sociedad secreta del Poro (que solo acepta a hombres en su seno, la femenina se denomina Sande), en este caso, liberiana, aunque también existe en Sierra Leona, Guinea y Costa de Marfil, para indagar en las raíces del poder que se hace fuerte en las comunidades más primitivas para lograr consolidarse y perpetuarse.

Su autor, el escritor Vamba Sherif, en un texto con el que la periodista Ángeles Jurado nos traza una completa semblanza, asegura que “(el libro) nace de un encuentro cara a cara con el ex presidente liberiano Charles Taylor en el año 2000″ (cuando Taylor era el presidente de un país devastado tras diez años de guerra, casi un dios) (…) “Lo que me impactó sobre este encuentro, que tuvo lugar en la mansión presidencial en Monrovia, no fue la reacción de Taylor, sino la reacción de la audiencia”, rememora Sherif. “La guerra había comenzado en el norte, donde nací. Y Taylor había reunido a las autoridades del norte y les había pedido que proclamaran su apoyo a su propia lucha contra ese norte. Esos hombres y mujeres que conformaban la audiencia eran los padres y las madres de los jóvenes que tomaron las armas contra Taylor. Lo que sucedió fue increíble. Declararon su apoyo inquebrantable a Taylor en su guerra contra sus propios hijos, su propia gente. Fui testigo del juego del poder y del miedo que genera. Nada me había preparado para esa reacción. Estaba mirando al poder en toda su gloria y al miedo paralizante que resulta del abuso de ese poder”.

Le tenía ganas a esta novela, tras la estupenda presentación anterior y la recomendación de Wiriko. En cambio, el comienzo de Vínculos secretos me pareció confuso (y mucho de esta primera sensación se mantuvo a lo largo de la lectura) para tornarse de inmediato en inquietante. Muy fílmico, incluso hay quien directamente lo une a alguna película, transmite una intensa carga de misterio desde las primeras líneas. Apunta a una novela clásica de detectives, donde un hombre es enviado a un pueblo fronterizo de Liberia, Wologizi, para investigar un asesinato pero, al igual que en Las luminosas de Lauren Beukes, lo sobrenatural hace acto de presencia para enredarlo todo aún más.

Sin embargo, en Vínculos secretos, lo sobrenatural tiene otra índole y nos habla del poder que hace que ciertos seres humanos se conviertan en objeto de veneración y también de miedo. No en vano, la llegada del extranjero se produce al ser un enviado del Presidente del país para que averigüe la desaparición de uno de los jefes tribales que tiene diseminados a lo largo del territorio para perpetuar su posición. El extranjero se irá deslizando en un entramado de pasiones y secretos, brujería y poderes sobrenaturales, que le hará ir descubriendo un mundo que desconocía, pero que existe y que se va cerrando opresivamente en torno a él.


Young members of Sande (Female Secret Society) Sierra Leone

 

A pesar del desconcierto que puede aparecer en algunos pasajes (quizás porque el escritor, según mantienen algunos medios, escribe para los liberianos y no para un público occidental), la escritura de Vamba Sherif logra dar cuerpo a esa red que, desde lo más alto, amenaza con no dejar que nadie se escape de ella, sabedora de que cualquier disidencia puede llevar en si misma el germen de su propia destrucción. Mucho que aprender en esta novela sobre unas sociedades que a veces se desdeñan al no comprender toda su complejidad y magnitud. E importancia.

No podemos olvidar que en el continente africano el mundo sobrenatural convive con el natural, como ya hemos comprobado en la obra de Mia Couto (Tierra sonámbula) o en la de Ben Okri (El mago de las estrellas). Helen Cooper, en su obra La Casa de la playa de azúcar, pone de relieve la importancia de las sociedades secretas, tal y como recoge Nuno Cobre en su reseña: “en Liberia, tú no mueres de causas naturales, mueres porque alguien te ha embrujado”.

En ese “manual” de primera titulado Los hombres leopardo se están extinguiendo(PPC, 2011), el periodista y escritor Chema Caballero dedica una parte del mismo a hablar de ellas y señala que “el papel fundamental de las sociedades secretas es canalizar y controlar los poderes del mundo de los espíritus“. Para pasar a describir su origen (“se accede a las sociedades secretas a través de la iniciación, la cual marca también el paso de la niñez a la edad adulta”), sus lugares (“cada sociedad tiene una porción de selva reservada en exclusividad para sus ritos, conocida como el bosque sagrado”), su género (“en cada área siempre hay una sociedad secreta general para los hombres y otras para sus mujeres”), su importancia (“en las zonas rurales prácticamente todos pertenecen a la sociedad, y es casi impensable no entrar en ella”) y su ¿desaparición? (“los políticos de las zonas urbanas y aquellos que son representantes democráticos normalmente se mueven al margen de ellas”).

La sociedad de los hombres leopardo, que da título al libro de Chema Caballero, es quizá, a pesar de casi carecer de literatura sobre ella, la más conocida. A ello colaboraron en su día (de la peor manera, todo hay que decirlo) tanto Edgar Rice Burroughs con su Tarzán y los hombres leopardo, como Hergé con su Tintín en el Congo. De ahí en adelante, todo queda por estudiar y conocer. Pa Alimamy Gbola, nos cuenta Chema Caballero, era un hombre leopardo sierraleonés. Lo que le distinguía de los demás era que podía convertirse en leopardo. Para nuestros occidentalizados ojos, lo anterior se torna en un imposible. Pero “nunca entenderemos al hombre africano si no lo aceptamos con todas sus dimensiones”, como escribe Caballero, y la “vida secreta” es una de ellas y de gran importancia y transcendencia.

Nota: (*) también denominadas Cofradías e incluso he llegado a oírlas nombrar como sectas. Al respecto, siendo profana en la materia, pienso que habrá diferencias entre unas y otras, sin que se pueda englobar a todas bajo una misma denominación.

Fuente: GuinGuinBali

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