Tras algunos artículos anteriores algo densos y complejos, vamos a tocar hoy algo más ligero y sencillo y más como curiosidad e información que otra cosa, así que vamos a adentrarnos un poco en el tiempo, para literalmente, entender por encima, a qué asociamos todas las diferentes divisiones que usamos para su medición. No entraremos hoy en temas de calendarios naturales o artificiales, mayas y lunares o gregorianos y solares, frecuencias 13:20 o 12:60, eso da para otros muchos artículos y no es mi intención profundizar tanto, pero hay decenas de libros y artículos en la red que lo explican perfectamente para los que estéis interesados.
El tiempo percibido como la cuarta dimensión
El concepto del tiempo, como todos sabéis, desde nuestra perspectiva, está basado en el movimiento de un cuerpo en el espacio. Para nosotros, hablar del tiempo es hablar de las vueltas que da la Tierra alrededor del Sol, alrededor de si misma y en relación con otros planetas y astros. El tiempo, dimensionalmente, se considera la cuarta dimensión, si entendemos como dimensiones la estructura espacial de alto, ancho y largo que sustenta la ilusión de la realidad, existiendo en una matriz de tres dimensiones espaciales y una temporal, que no es otra cosa que la percepción de la siguiente dimensión superior, a la que en algún momento tendremos acceso. De ahí que, ahora, existamos literalmente en cuatro dimensiones y llegará un día que existiremos en cinco, percibiendo el espacio con cuatro dimensiones espaciales y seguiremos percibiendo una quinta que será el nuevo concepto de “tiempo” para la realidad que vendrá, cuando sea, tras el cambio evolutivo en el que estamos metidos. Para verlo gráficamente, la peli Interestelar hace un buen trabajo en las escenas finales al respecto.
En todo caso, el tema de hoy es explicar de dónde vienen los nombres y asociaciones que usamos comúnmente para medir ese tiempo y para ello vamos a usar un reloj analógico, sencillo y normal como el que todos podréis tener en casa.
Segundos, minutos y horas
El ser humano percibe el concepto de tiempo como el paso lineal de instantes uno detrás de otro, debido al movimiento de traslación de nuestro planeta alrededor de nuestro astro. Esto es sólo una percepción, pues, para ser exactos, este concepto del tiempo lineal es también ilusorio, ya que todos los instantes suceden a la vez y todo es simultáneo, cuando estás fuera de la prisión de los sentidos y sin una acotada esfera de conciencia que no permite “ver” los momentos pasados y futuros simultáneamente. Que no podamos ver ahora mismo eso que llamamos “futuro” o volver a “ver” eso que llamamos pasado, no significa que no estén sucediendo simultáneamente con este momento que llamamos presente. Simplemente no podemos percibir lo que decimos que ya pasó o lo que decimos que va a pasar porque estamos configurados para que así sea. Otros seres, otras formas de vida, otras conciencias diferentes a las nuestras, pueden, lo perciben y lo toman como algo natural, el hecho de que todo sucede a la vez y que todo es simultáneo y ocurriendo en un eterno presente.
Pero en fin, limitémonos a cómo los humanos percibimos las cosas y sigamos adelante. Si os dais cuenta, la mayoría de relojes son redondos. El porqué son redondos y con un punto en medio (donde “nacen” las tres manecillas) tiene que ver con el símbolo arquetípico y arcano del Sol, ya que al medir principalmente el día y la noche, las estaciones, el paso de los años, etc., según la posición de la Tierra respecto al Sol, su representación es usada como base para aquello que va a indicar el movimiento alrededor del mismo.
El Sol, así, se erige en el símbolo que nos marca el diseño de nuestros aparatos de medida, los relojes y las tres principales divisiones que lo componen también están relacionadas con las tres fuerzas más representativas del sistema solar al respecto. Primero, tenemos las “horas”, un día se divide en 24 horas y es el intervalo que tarda nuestro planeta en dar una vuelta (rotación) sobre si misma. El termino “horas” proviene del dios “Horus”, otro nombre más para el dios egipcio del Sol.
La segunda manecilla, la de los minutos, está asociada a la Luna, siendo Min el nombre fenicio de la Luna y griego para la diosa de la fertilidad. La Luna es la segunda fuerza energética, tras el Sol, más importante para el ser humano, de ahí que la palabra o vocablo para designar los minutos nace de la asociación a este astro y se usó el nombre de esta diosa para nombrar la división de una hora en diferentes fracciones. Finalmente, la tercera manecilla, la de los segundos, está asociada al planeta Mercurio. ¿Porqué a Mercurio? Porque es el planeta que gira más rápido de todos, como lo hace esta manecilla y el nombre dado viene por la posición que ocupa este planeta, ya que es el “segundo” astro del sistema solar contando evidentemente desde el Sol como el primero y central. Así, la aguja del reloj que gira más rápido de las tres (el segundero), se nombro a raíz del planeta que gira más rápido de todos, el “segundo” cuerpo celeste.
Siguiendo con las explicaciones astro-teológicas (el estudio y asociación de los cuerpos celestes con arquetipos, fuerzas y deidades históricas), la unidad que llamamos “día” está asociada a nuestro planeta, el intervalo que la Tierra tarda en dar una vuelta sobre si misma. Y a partir de aquí algo que ya seguro conocéis todos es la asociación de los nombres de los días de la semana al resto de planetas principales del sistema solar como eran conocidos antiguamente. Así, Lunes es para la Luna, Martes para Marte, Miércoles para Mercurio, Jueves para Júpiter, Viernes para Venus, Sábado para Saturno y Domingo para el Sol (Domingo en inglés=sunday, día del Sol). La unidad que conocemos como “mes” está también asociada a la Luna (en inglés se ve más claro, month– moon).
Todo esto en global, viene de los tres cultos principales existentes en nuestro planeta desde que existe el ser humano: el culto al Sol, el culto a la Luna y el culto a los astros y planetas. Las tres religiones principales están diseñadas sobre estos mismos cultos. El Islam a la Luna (su icono es la media luna y su día sagrado el viernes, que aunque asociado a Venus, posee el mismo aspecto femenino que la Luna en él), el Judaísmo a los astros y planetas (su icono es la estrella de David- originariamente el Sello de Salomón y su día sagrado el sábado, Saturno) y el Cristianismo al Sol (su icono es la cruz que representa el cruce de las 4 eras del círculo del zodiaco, que forman una cruz y en su centro está el gran sol como la fuente de vida y su día sagrado el Domingo, sun-day).
Un poco más de información para que sigamos aprendiendo así de dónde vienen las cosas más comunes que forman parte de nuestra vida diaria y de las que pocas veces nos preguntamos su origen y significado.
Un abrazo, David Topí
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davidtopi.com