A comienzos de 1972 se dieron los primeros pasos de una aparentemente fructífera relación entre la CÍA, el Departamento de defensa de Estados Unidos, el Instituto de investigación de Stanford y el uso práctico -y secretísimo- de la percepción remota extrasensorial. La figura científica más visible de esa extraña combinación fue el físico Harold E. Puthoff. Por esa época, él estaba desarrollando nuevas tecnologías de láser en la universidad de Stanford, y tratando de reunir fondos para realizar un estudio desde el punto de vista cuántico de procesos biológicos en plantas y pequeños organismos. Este segundo proyecto llegó a oídos de un artista neoyorquino llamado Ingo Swann, que sugirió a Puthoff orientar su estudio hacia el campo de la parapsicología. Intrigado por una serie de supuestas experiencias inverosímiles, relacionadas con la telequinesia y protagonizadas por el mismo Swann, Puthoff decidió invitar al artista a visitar las instalaciones de Stanford, en junio de 1972.
Como parte del experimento, Puthoff llevó a Swann a un laboratorio de la facultad de física. Por debajo de él, dentro de un cofre subterráneo y blindado, y en un contenedor de aluminio con una protección electromagnética de cobre y materiales superconductores, había un magnetómetro que la facultad usaba en investigaciones de física de partículas. Para absoluta sorpresa de Puthoff, Swann pareció interferir de algún modo con el magnetómetro Y lo más impactante es que fue capaz de dibujar un esquema tosco pero bastante preciso de su estructura; algo inaudito, puesto que Swann jamás lo había visto y que su diseño era tan secreto que, ni siquiera hoy en día, es algo de conocimiento publico
Puthoff quedó tan asombrado por el inexplicable hecho, que decidió redactar un pequeño informe sobre él y comentar el caso con varios de sus colegas científicos. Unas semanas más tarde se presentaron en su laboratorio dos agentes de la CÍA, pidiendo explicaciones.
No era la primera vez que Puthoff había tenido contacto con una agencia de inteligencia, ya que trabajó previamente como oficial del Servido de inteligencia naval y como miembro de la Agencia de seguridad nacional de Estados Unidos. Esto, unido al encuentro casual entre Puthoff y Swann, y a ciertos estudios preocupantes que, al parecer, estaban realizando los soviéticos en el campo de la parapsicología, convencieron a la CÍA y al Departamento de defensa a iniciar su propia investigación secreta, con Puthoff y otro físico, Russell Targ, a la cabeza (antes, se hicieron unas pruebas preliminares con Swann que resultaron ser un éxito). El proyecto inicial de ocho meses, se prolongaría/con distintos nombres, métodos y objetivos, pero con la misma esencia/durante veintitrés años, hasta 1995, cuando fue cancelado. Eso, al menos oficialmente, porque, a lo largo de estos años, y según ha reconocido el propio Puthoff, su grupo de psíquicos demostró, en algunos casos, tener la capacidad de percepción remota más allá de cualquier duda.Entre ellos, están:
El anillo de Júpiter
En los albores del proyecto, a Swann se le ocurrió hacer un ejercicio de visualización remota de Júpiter, aprovechando que una sonda de la NASA iba a capturar por primera vez imágenes cercanas de ese planeta, lo que permitiría contrastar la observación remota con la física. En su visualización de Júpiter, Swann observó que había un aro a su alrededor Eso le llevó a preguntarse si habría visualizado Saturno en su lugar, lo que trajo consigo no pocas bromas impiadosas de colegas científicos de Puthoff. No obstante, la sonda Pioneer 10 verificó que realmente existía un tenue aro alrededor de Júpiter.
Las instalaciones de Virginia Occidental.
Este caso fue el resultado de un cambio importante en la metodología de percepción remota del proyecto. Ahora, a los psíquicos se les facilitaban unas coordenadas geográficas precisas (longitud y latitud) y se les pedía que describieran lo que “veían”. Así, el nombre clave del proyecto pasó a ser SCANATE, por Sean Coordínate, que podría traducirse por algo así como “Escaneo (mental) a partir de coordenadas”.
Los resultados iniciales fueron más que prometedores, con lo que, a mediados de 1973, se efectuó un experimento con un riguroso control externo (por las agencias de inteligencia envueltas en el proyecto). Así, se facilitaron a los psíquicos unas coordenadas de unas instalaciones situadas en Virgina Occidental, de las que no sabían nada ni ellos ni tampoco los propios científicos que controlaban el proyecto -a esto se denominaba, por ello, una prueba “dos veces ciega”.
Como resultado de la prueba, un psíquico dibujó un mapa detallado del edificio y sus inmediaciones; y otro, “entró” en el complejo y recopiló nombres de expedientes, palabras clave y otras informaciones sin sentido para los participantes en el proyecto.
El caso provocó un gran revuelo, ya que los psíquicos de Puthoff habían descubierto por casualidad una instalación ultrasecreta de la Agencia de seguridad nacional, de la que ni siquiera la CÍA tenía constancia. Por elío, hubo sospechas de fraude o espionaje que, una vez descartadas, hicieron subir en gran medida la consideración del proyecto SCANATE ante los servicios de inteligencia.
Hoy en día se cree que ese edificio secreto era la estación de Sugar Grove, perteneciente a ECHELON, una red de esptonaje de las telecomunicaciones mundiales cuya existencia nunca se ha admitido de modo oficial.
El Centro de Investigación Nuclear de Semipalatinsk.
En julio de 1974, la CÍA encomendó a Puthoff y su equipo la primera misión operativa del proyecto El objetivo era una instalación soviética de utilidad desconocida, situada en Kazakistán. A psíquico elegido, Pat Price, sólo se le facilitaron las coordenadas geográficas de la instalación y se le indicó que, probablemente, se tratara de un centro de investigación de algún tipo. De nuevo, ni él, ni nadie más envuelto en el experimento, conocía más detalles que estos. Aun así, el psíquico logró dibujar un esquema de las instalaciones, además de un boceto muy detallado de una grúa industrial montada sobre carriles (ver Figura). Según confirmó posteriormente la CÍA, los datos facilitados por Price eran asombrosamente correctos; en especial, el detalle de la grúa.
En una segunda fase, Price recopiló más datos que, una vez más, fueron corroborados por la CÍA. Llegó un momento en que el psíquico empezó a obtener informaciones sobre el complejo secreto de Semipalatinsk que no pudieron ser verificadas hasta más adelante, cuando la propia CÍA pudo descubrirlas con agentes en el terreno y otros medios de espionaje convencionales.
A pesar de estos casos exitosos, y de otros muchos aún más sorprendentes, según Puthoff, este curioso proyecto fue cancelado a finales de 1995. Entonces, su nombre en clave era STAR GATE.
Ángel Gutierrez
Fuente:Mito o realidad de los poderes extrasensoriales(Extracto)
https://realidadtrascendental.wordpress.com